Roberto Morales
El Economista
A diferencia del azúcar de México, que ha enfrentado diversas restricciones, la fructosa de Estados Unidos no ha tenido obstáculos adicionales en el comercio bilateral y ha gozado de la liberalización pactada en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Ambos hechos adquieren relevancia por las tendencias del mercado: México consume cada vez más fructosa, lo que contribuye a que se incrementen sus excedentes exportables de azúcar.
En un acuerdo anunciado el lunes entre los gobiernos de ambas naciones, se puso limitantes a las exportaciones de azúcar de México, pero las importaciones mexicanas de fructosa siguen totalmente liberalizadas.
“El acuerdo no tocó nada sobre el acceso privilegiado que tiene la fructosa estadounidense en México, no veo que sea lo mejor para el país, ni para la industria azucarera”, comentó Enrique Bojórquez, director general de Coprobamex, uno de los mayores compradores de azúcar de México y proveedor de PepsiCo.
En el último ciclo, de octubre del 2013 a septiembre del 2014, México importó 912,535 toneladas de jarabe de maíz rico en fructosa de Estados Unidos. Acumulando las cinco pasadas temporadas, la cifra sumó casi 5.5 millones de toneladas.
Al mismo tiempo, las empresas Corn Products, Cargill, Archer Daniels Midland y Tate & Lyle produjeron 498,820 toneladas de fructosa en sus plantas ubicadas en México en el ciclo que culminó el pasado septiembre.
La Secretaría de Economía adujo que no se restringió en esta ocasión a las importaciones de fructosa estadunidense, porque no hubo peticiones de la IP en tal sentido.
México ya tiene dos intentos frustrados para restringir las importaciones de fructosa de EU: uno al poner cuotas antidumping rechazadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el 2001, y otro al fijar impuestos a las bebidas endulzadas con fructosa, por lo cual pagó 169 millones de dólares a empresas estadounidenses.
En la última temporada, el consumo nacional aparente de azúcar en México fue de 4.1 millones de toneladas, mientras que el de la fructosa ascendió a casi 1.4 millones de toneladas.