Operativos para impedir que ilegales aborden trenes no resuelven la migración y los obligan a arriesgarse mucho peor

Silvia Garduño
Reforma

Cd. de México (21 septiembre 2014).- Desde el lanzamiento del Programa Frontera Sur, Médicos sin Fronteras (MSF) ha detectado una caída de 92 por ciento en el número de indocumentados centroamericanos que llegan a Ixtepec, Oaxaca, uno de los puntos de mayor tránsito en la ruta migrante.

La organización, que brinda asistencia médica a los migrantes, contabilizó julio el paso de 3 mil 800 centroamericanos por esa localidad, cifra que se redujo a 278 en agosto.

En entrevista, Marc Bosch, coordinador general de MSF en México, señaló que la caída no significa necesariamente que los flujos migratorios se estén reduciendo, sino que los centroamericanos están utilizando otras rutas, o bien, están posponiendo su salida, esperando que disminuyan los operativos del Instituto Nacional de Migración.

«El objetivo parece ser que los migrantes no suban al tren, más allá de que puedan quedar expuestos a situaciones de violencia, y efectivamente, a lo largo de las vías estamos viendo que hay menos migrantes. Nos llegan informes de que la gente se esconde más, utiliza otras rutas», comentó.

«Es posible que muchos migrantes que tenían previsto salir en agosto-septiembre digan ‘esperamos dos semanas más a ver qué pasa’. De lo que no tenemos duda es de que todos estos migrantes que están difiriendo su salida tarde o temprano van a llegar».

Aunque el tren conlleve riesgos, remarcó, no es lo que genera la violencia, pues la mayor parte de los migrantes que atiende MSF son casos que no tienen que ver con «La Bestia», sino con todo el proceso, en el que los extranjeros deben pagar cuotas para poder avanzar, y al mismo tiempo son víctimas de asaltos, secuestros y violencia sexual.

El activista lamentó que el Programa Frontera Sur esté más orientado a medir el número de deportaciones hacia Centroamérica, que en frenar los abusos contra los migrantes en su tránsito por el país.

«Se vuelve un poco una maquinaria dedicada a interceptar, a devolver, pero las veces que están expuestos a situaciones de violencia, a la extorsión, al secuestro, aumentan», alertó.

El hecho de que no viajen en el tren, insistió, no quiere decir que no estén en México y estén expuestos a abusos, incluso mayores que antes.

Cuestionó que el Gobierno mexicano no reconozca que una gran proporción de los migrantes centroamericanos salieron de sus países por motivos de violencia y les brinde protección, de conformidad con instrumentos internacionales.

De los 11 mil migrantes que asiste MSF cada año, detalló, un 13 por ciento expone factores relacionados exclusivamente con la violencia como motivo para tomar la decisión de salir de su país, en tanto que otro 18 por ciento expone varios factores, entre ellos al menos uno relacionado con la violencia.

Aseguró que MSF, que tiene a su personal desplegado en varios puntos de las vías del tren, tenía una perspectiva bastante buena de cuánta gente pasaba, misma que están perdiendo porque los migrantes están utilizando rutas en las cuales ésta y otras organizaciones civiles no están presentes, pero las bandas criminales sí.

Los cambios en las rutas migratorias, señaló, obligarán a MSF a reajustar su proyecto en México, pues su mandato la obliga a ofrecer asistencia médica a las víctimas, y debe adaptarse a las nuevas dinámicas.

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