Carlos Cantón Zetina
Noticaribe
Implícitamente jefe máximo del ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún), el mandatario estatal priista Roberto Borge Angulo quita y pone jefes de la Policía en éste que es el destino turístico más importante del país.
Retiró a Arturo Olivares Mendiola (acusado de deshonesto, torturador y represor) y colocó a otro malandrín: Jaime Alberto Ongay Ortiz, uno de los “verdugos” de la periodista y escritora Lydia Cacho Ribeiro en 2005 y que fue corrido por el gobernador en 2011.
Ambos tienen un denominador común: son “egresados” de la Policía Judicial de Quintana Roo donde formaron un negro historial.
Para Borge no existe la autonomía municipal (en todo el estado) a partir de que en 2013 hizo ganar a los diez candidatos del tricolor a igual número de alcaldías. Es el patrón irrefutable e indiscutible.
Particularmente, Paul Carrillo de Cáceres, también militante del PRI, ha dado muestras amplias de servilismo hacia Borge. Un presidente municipal benitojuarense que es un cero a la izquierda. Carente de dignidad acepta ser una figura decorativa. Siempre obsesionado en la gubernatura… que no le darán.
El jueves 30 de julio, el gobernador ordenó separar de su cargo al capitán Mendiola Olivares, titular de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito (SMSPyT). Y no lo puso en manos de la justicia como debió hacerlo sino que le dio premio, inventándole un puesto:
Ahora es subsecretario de la Coordinación de las Policías Municipales en la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo, cargo que no existía en el organigrama.
En el relevo del “capitán” ni siquiera estuvo presente Carrillo, permanentemente ausente de sus oficinas. Lo representó José de la Peña, secretario del ayuntamiento.
Olivares Mendiola carga con acusaciones de toda índole. La más grave: brindar protección al Cártel del Golfo, desde su anterior cargo de jefe de la Policía Judicial del Estado en la zona norte de Quintana Roo. ¡Y seguirá sin castigo y viviendo del presupuesto!…
Tuvo una cuestionada gestión al frente de la policía de Cancún, donde la delincuencia se incrementó excesivamente sobre todo en los últimos meses. También, el tráfico de drogas y su secuela de ejecuciones.
Uno de los más severos señalamientos en su contra y que aparentemente obligó a Borge a relevarlo:
En marzo de 2013, cuando fungía como director de la Policía Judicial, Olivares Mendiola habría torturado y encarcelado injustamente a Héctor Manuel Casique Fernández “El Diablo”, bajo el cargo de ser el autor del asesinato contra 7 personas en el bar “La Sirenita” de Cancún.
Jazz Fernández Ramírez, madre de Casique, denunció que el “capitán” se vengó de su hijo porque lo acusó de haberle cobrado 150 mil pesos a cambio de darle una plaza como jefe de sus escoltas. (El Universal, 14 de marzo de 2014).
“El Diablo” fue exonerado por un juzgado federal del cargo de homicidio múltiple, después de un año de estar en prisión.
El asunto de Héctor Casique causa indignación, trascendió ya a varios países y es motivo de severas críticas al gobernador quintanarroense.
El paso de Olivares Mendiola como jefe policiaco de Cancún incluyó escándalos como el encabezar (el domingo 5 de octubre de 2014), una fiesta en el campo de tiro de la corporación con menores presentes, en la que civiles fueron fotografiados disparando armas de la Policía Preventiva Municipal.
El asunto fue dizque investigado por el Cabildo local pero rápidamente se le dio carpetazo. Orden del gobernador.
El diario Reforma (el 24 de marzo de este año) hizo público el hecho. Dijo tener videos y gráficas que prueban cómo el “capitán” dejó utilizar fusiles R-15 y pistolas, asignadas para adiestramiento o tareas de seguridad pública, a familiares y amigos para las prácticas de tiro al blanco. ¡Mujeres y niños disparando armas de grueso calibre, mientras que corría el alcohol!.
El rostro represor de Olivares Mendiola:
El 26 de febrero de este año estuvo al mando de los genízaros que, con la anuencia de la dupla Borge-Paul Carrillo, se lanzaron contra simpatizantes de los normalistas de Ayotzinapa. La represión puso en evidencia una cadena de corrupción, torturas, impunidad y delitos sexuales perpetrados por mandos de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito (SMSPT).
Otro barbaján, Higinio Sánchez Baltazar, fue quitado este jueves por Borge como titular de la Dirección de la Policía Preventiva cancunense y nombrado (nunca castigado por sus fechorías) director del Centro de Readaptación Social (Cereso) en Cozumel.
A Higinio lo sustituye el teniente Coronel Retirado e ingeniero Julián Juventino Toscano Mendoza.
Ongay, involucrado en el caso Lydia Cacho
¿A quién impuso Borge como nuevo jefe de policía de Cancún?. A otro pájaro de cuenta: Jaime Alberto Ongay Ortiz, hechura y consentido del ex gobernador Félix González Canto, supuestamente quien manda en realidad en el estado.
Ongay no es el idóneo para hacerse cargo de la seguridad de los cancunenses, pero los caprichos personales forman parte del estilo de gobernar.
No sólo demostró ineptitud en los puestos públicos donde ha vacacionado sino que además estuvo involucrado en la detención arbitraria e ilegal de Lydia Cacho el 16 de diciembre de 2005.
En esa fecha, integrantes de la Policía Judicial del estado de Puebla, en contubernio con elementos de la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo, detuvieron a la periodista en la ciudad en Cancún sin estar legalmente habilitados para ello.
Durante el traslado de Quintana Roo a Puebla (unos 1500 kilómetros de distancia entre una y otra entidad), Lydia estuvo incomunicada y fue torturada. Y se le acusó de difamar en su libro Los demonios del edén al empresario de Puebla, Kamel Nacif (de origen libanés y pariente del gobernador Roberto Borge) quien tenía nexos con una red de pederastas. “El Rey de la Mezclilla”, en connivencia con el entonces gobernador Mario Marín, decidió que fuera enviada a prisión como una forma de castigarla y silenciarla por su trabajo periodístico y de defensa de derechos humanos.
Después de 20 horas de detención en Puebla, la activista y reportera fue liberada al depositar una fianza de 6 mil dólares, aunque posteriormente un juez del DF la absolvió.
El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que lo abordó el 26 de noviembre de 2007.
En su dictamen final concluyó:
“Sí existió un concierto de autoridades de los gobiernos de los Estados de Puebla y Quintana Roo, para vulnerar los derechos fundamentales de Lydia María Cacho Ribeiro, cuyos funcionarios, sin duda, ejecutaron la estrategia para lograrlo, rompiendo con ello, el principio de la división de poderes y de Federalismo…”
Los gobernadores eran Mario Marín y González Canto, ambos del PRI.
Expresamente, con nombres y apellidos, la SCJN menciona a los funcionarios de ambos estados que tienen responsabilidad en la agresión a Lydia Cacho.
De Q.Roo señala concretamente al “ex Director de la Policía Judicial en la Subprocuraduría de la Zona Norte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Quintana Roo, Jaime Alberto Ongay Ortiz”.
También a Melchor Bello Rodríguez y Carrillo, a la sazón procurador en el gobierno de Félix González Canto. Además: Teodoro Manuel Sarmiento Silva, subprocurador de la Zona Norte; Javier Brito Rosellòn, ex director de Asuntos Jurídicos de la subprocuraduría de la Zona Norte; Jorge Félix Humberto Adolfo Molina Osuna, ex comandante del Grupo de Aprehensiones de la subprocuraduría de la Zona Norte, y a Miguel Mora Olvera, agente judicial.
Después de sus fechorías contra la periodista, Jaime Alberto Ongay Ortiz fue premiado por González Canto, quien en febrero de 2008 lo nombró director del Centro de Internamiento para Adolescentes Infractores (CIPA) del estado. En febrero de 2011 (dos meses antes de dejar la gubernatura) lo hizo Director de Prevención y Readaptación Social en Quintana Roo (PRS).
En abril de 2011, apenas asumió el poder, Roberto Borge (a través del general Bibiano Villa) cesó a Ongay como titular de PRS. “Es un cochinero la Secretaría de Seguridad Pública”, dijo entonces Villa, recién designado jefe policiaco. Obvio, se refería entre otros a Ongay. En total despidió a 45 mandos y 12 asesores.
Borge, aparentemente presionado por su antecesor González Canto, nombró en febrero de este año a Ongay Ortiz como Subsecretario de Penas y Medidas Penitenciarias de la SPP.
Sólo duró unos meses en el cargo. Borge ya lo hizo “su” jefe de policía. ¿También por gestiones de Félix?…
—
*Carlos Cantón Zetina es un periodista tabasqueño con una vasta trayectoria profesional de 45 años. Fue reportero y Jefe de Información del diario Excélsior y director general de las revistas que fueron de circulación nacional Quehacer Político y Polémica. [email protected] @cantonzetina http://carloscantonzetina.blogspot.com