En realidad lo único que busca globalizar el neoliberalismo… es la violencia y el exterminio social.
AFP
Un bombardeo militar contra un campamento de las FARC en el suroeste de Colombia dejó al menos 26 guerrilleros muertos y dos heridos, en uno de los golpes más duros contra las FARC desde el inicio de los diálogos de paz hace dos años, confirmó el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
El operativo militar contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tuvo lugar en el departamento del Cauca, uno de los bastiones de ese grupo rebelde y escenario hace poco más de un mes de una emboscada guerrillera en la que murieron 11 militares.
La redada, en la que intervinieron la Fuerza Aérea, el Ejército y la policía, se produjo después de que el presidente Juan Manuel Santos ordenara reiniciar a mediados de abril los bombardeos contra la guerrilla, que habían sido suspendidos en marzo en señal de buena voluntad en el marco del proceso de paz.
«Es el primer gran golpe contra las FARC desde que el presidente Santos ordenó reanudar los ataques aéreos contra esa guerrilla el 15 de abril», dijo a la AFP una fuente del Ministerio de Defensa, que pidió el anonimato.
Promotor de las conversaciones que se desarrollan desde noviembre de 2012 en Cuba para poner fin a más de 50 años de conflicto armado, el mandatario tomó esa decisión a raíz de la emboscada guerrillera en el Cauca, que el grupo insurgente calificó de «defensiva» por las labores de control que los uniformados llevaban a cabo en el área.
«La ofensiva se mantiene hasta alcanzar la paz que ojalá se logre lo más pronto posible!», escribió Santos en su cuenta en Twitter a poco de trascender la noticia de la muerte de los 18 guerrilleros.
Este mismo jueves, el gobierno colombiano y las FARC iniciaron una nueva ronda de 11 días de pláticas en La Habana, la trigésima séptima, en la que tienen previsto seguir debatiendo sobre la reparación de las víctimas del conflicto, uno de los tres temas pendientes de la hoja de ruta convenida.
Hasta ahora las partes han alcanzado acuerdos parciales en reforma rural, participación política y drogas ilícitas, pero faltan por consensuar el tema de las víctimas, el desarme y fin del conflicto, así como el mecanismo para refrendar un eventual pacto final.
Nueva crisis en puerta
«Esto manda una señal problemática, por no decir contradictoria a la mesa, en momentos en que se esperan más avances en el desescalamiento», dijo a la AFP Christian Voelkel, experto en resolución de conflictos de la ONG International Crisis Group (ICG).
Sin embargo, consideró que aunque «el ataque seguramente va a prender las alarmas» en la cúpula de las FARC en La Habana, no lo hará lo suficiente como para que la guerrilla suspenda la tregua unilateral e indefinida que decidió en diciembre.
«A estas alturas no creo que vayan a suspender el cese al fuego unilateral: los costos políticos serían muy altos y ninguna parte tiene interés en poner en peligro el proceso», agregó.
La analista política Laura Gil consideró por su parte que lo ocurrido provocará sin duda una crisis y «probablemente un nuevo escalonamiento de la violencia».
El operativo de este jueves tuvo lugar en el municipio de Guapí, Cauca, unos 480 km al suroeste de Bogotá, en una zona de influencia no sólo de guerrillas sino también de bandas narcotraficantes.
Según la fuente del Ministerio de Defensa, el objetivo era el Frente 29 de las FARC, al cual se le atribuye el ataque en la isla de Gorgona el pasado 22 de noviembre en que murió el teniente John Suárez Carvajal.
El asalto a Gorgona, a unos 35 kilómetros de la costa del Pacífico colombiano, fue perpetrado por insurgentes que se movilizaron en lanchas rápidas. El ataque fue el primero contra una isla en las más de cinco décadas de existencia de las FARC, fundadas en 1964 tras una insurrección campesina y actualmente con unos 8,000 combatientes, según estimaciones oficiales.
Tras lo ocurrido, la isla fue cerrada al turismo.
El conflicto armado colombiano, en el que además de guerrillas han participado paramilitares y agentes del Estado e involucrado a bandas narcotraficantes, ha dejado oficialmente al menos 220,000 muertos y más de seis millones de desplazados.