México, 26 de marzo 2019 (NOTIGODÍNEZ).- El régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), condonó impuestos millonarios a casi una treintena de empresas ilegales que, en varios casos, desviaron recursos públicos a la campaña fraudulenta del propio Peña.
A partir de 2015, iniciado el tercer año del espuriato peñista y hasta su conclusión en 2018, el SAT canceló créditos fiscales millonarios a empresas fantasma que simulaban servicios y proveían de facturas falsas a dependencias públicas.
Así lo reveló el semanario Proceso en su edición impresa número 2212, ya en circulación, detallando nombres de empresas, montos de impuestos condonados -por miles de millones de pesos en todos los casos- y sus vínculos con Peña y otros «personajes» emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En total, según el citado medio, el SAT otorgó mil 483 cancelaciones de créditos fiscales a 27 empresas fantasma, emisoras de facturas falsas o importadoras de productos, que según los cálculos del propio organismo debían 59 MIL 560 MILLONES DE PESOS de impuestos.
Entre esas cancelaciones destacan, por ejemplo, 113 créditos fiscales por 2 MIL 68 MILLONES DE PESOS a dos sociedades de papel relacionadas –entre otras– con el presunto financiamiento ilícito de la campaña de Peña Nieto en 2012, a través de los monederos emitidos por el banco Monex, institución financiera ligada al PRI y señalada por lavar dinero de grupos del narcotráfico.
Las sociedades mencionadas fueron identificadas como Comercializadora y Distribuidora Suri, SA de CV; y Publicidad y Mercadotecnia Creativa PYMC, SA de CV, que fueron incorporadas en 2009, de acuerdo con una revisión de más de 320 mil condonaciones y cancelaciones de créditos fiscales que el SAT realizó entre 2015 y 2018, cuyo registro consultó Proceso en el Portal de Obligaciones de Transparencia.
El medio halló que ambas firmas están vinculadas a una tercera: Edificaciones, Ingeniería, Construcciones y Materiales (Edicom). En enero de 2014, el mismo SAT incluyó a las tres sociedades en su lista de contribuyentes que emiten facturas falsas.
De hecho, Edicom fue pieza clave del esquema de triangulación conocido como “Monexgate”. Proceso recordó que mediante ese esquema se repartieron cientos de millones de pesos a la campaña de Peña Nieto, misma que, según la comisión investigadora de aquel caso, rebasó 13 veces el tope de gasto permitido.
En su momento, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda vinculó a las tres firmas con un entramado de empresas fantasma que facturaron servicios entre sí para lavar dinero. No obstante, mes y medio después de la «elección» fraudulenta para imponer a Peña, las «autoridades» abandonaron sus investigaciones y descongelaron las cuentas bancarias de Edicom.
El organismo intergubernamental Grupo de Acción Financiera (Gafi) estimó que la evasión de impuestos es una práctica “generalizada” en el país, al grado de que en 2012 representó una pérdida de 484 mil millones de pesos para el Estado, una suma que, según cálculos de Proceso, permitiría solventar la deuda de Pemex, reembolsar por completo el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y pagar todos los programas sociales de la Secretaría de Bienestar… en un solo año.
A estas defraudaciones millonarias a la hacienda pública y saqueo del erario para financiar el fraude del asesino de Atenco, súmese la amnistía fiscal que desde el régimen usurpador del genocida Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, ha beneficiado a varios multimillonarios, entre ellos Emilio Azcárraga Jean, Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego, hoy «apapachados» por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Opinión:
La cloaca abierta sigue destilando podredumbre a más no poder. Un sexenio entero no bastaría para revelar todos los abusos, atracos y corruptelas millonarias de Peña Nieto. Pero la culpa es nuestra por haber permitido su imposición. Sabíamos que, de no hacer nada, todo esto ocurriría y de hecho el infierno del espuriato peñista superó los pronósticos más pesimistas. Bien, ya concluyó aquel nefasto sexenio y Peña sigue libre, risa y risa e impune por haber sumido a México en una crisis de infamia sin precedentes. La lista de agravios crece y parece no tener fin. ¿Qué seguimos esperando para reaccionar y hacer la necesaria justicia que demanda el país? ¿DÓNDE ESTÁ NUESTRA DIGNIDAD?
Con información de Proceso