Rosa Santana
Proceso
MÉRIDA, Yuc. (apro).- La fiscal general Celia Rivas Rodríguez aseguró que hasta ahora no ha recibido alguna denuncia formal en contra del cura Luis Arturo García, a quien la arquidiócesis retiró su licencia para ser investigado por el tribunal eclesiástico.
El escándalo se conoció luego de que Denis Vega, estudiante de la carrera de Historia en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), acudió la semana pasada a los medios locales para denunciar al clérigo, quien servía en la iglesia Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, de esta ciudad.
Según su versión, García Dávalos contactó al joven a través de un chat exclusivo para homosexuales –Grindr Xtra– y lo citó para conocerse en un café, donde luego de hacerle proposiciones sexuales le confesó que era sacerdote.
Vega Sánchez aseguró que en su oportunidad acudió a la catedral yucateca para denunciar a García Dávalos y, aunque fue escuchado, no tuvo respuesta, por lo que optó por acudir ante los medios, donde detalló sus conversaciones y exhibió una foto del religioso desnudo.
Envuelta en el escándalo por su inacción, la arquidiócesis que encabeza el arzobispo Emilio Carlos Berlié Belaunzarán emitió el fin de semana un comunicado firmado por el vicario general Joaquín Vázquez Ávila, en el que anuncia la sanción al cura.
En ese comunicado señaló que independientemente de las investigaciones que realice la autoridad competente, el arzobispo instruyó al tribunal eclesiástico para que inicie “una investigación exhaustiva sobre las mencionadas acusaciones, con el fin de constatar su veracidad y, de ser así, dilucidar sus consecuencias de acuerdo con la disciplina eclesiástica.
“Mientras se lleva al cabo esta investigación, y de manera cautelar, el arzobispo ha decidido retirar las licencias eclesiásticas al presbítero García Dávalos quien, por ser miembro de una congregación religiosa, llegó a la arquidiócesis de Yucatán enviado por su legítimo superior. Al arzobispado compete otorgar o retirar la licencia para el ejercicio de su ministerio en esta jurisdicción”, aclaró.
Y sostuvo que ninguna autoridad de la arquidiócesis ofreció “algún tipo de compensación económica para callar la voz de la persona que decidió hacer públicas sus acusaciones en contra del mencionado religioso”.
Por su parte, el cura involucrado aseguró en su defensa que no conoce a su acusador y atribuyó los señalamientos a “una calumnia e intento de extorsión”.
