México, 24 de marzo 2017 (NOTIGODÍNEZ).- El enorme poder de manipulación y sometimiento del sistema neoliberal sobre la población, se demuestra claramente en la dependencia absurda en pleno siglo XXI al consumo de carne, huevos y lácteos.
Pese a que millones de vegetarianos y veganos en todo el mundo, particularmente en Europia y Asia, han dejado exhibida la FARSA sobre la «necesidad de comer carne» para llevar una vida sana, la ingesta de productos animales se sigue promoviendo por consigna desde el ámbito educativo y científico, bajo argumentos comprobados como FALACIAS impulsadas por la misma industria lácteo-carnicera —una de las más poderosas del mundo—, del mismo modo que Coca Cola y otras grandes trasnacionales engañan a la humanidad asegurando que sus productos son «nutritivos», «alimenticios» y hasta «necesarios» para llevar una dieta saludable.
El absurdo, sin embargo, es inocultable, y los anaqueles en centros comerciales pletóricos de péptidos, antiácidos, digestivos y suplementos de vitaminas con alta demanda de compra —negocio redondo para la industria farmacéutica—, dan fe del engaño al que está sometida la población adicta a la carne, huevo y lácteos. ¿No se supone que esos productos animales son suficientes para garantizar nuestra salud y todo el aporte nutricional que requerimos? ¿Por qué entonces tiene éxito la industria farmacéutica al comercializar suplementos vitamínicos y todo tipo de químicos para aliviar malestares digestivos?
Sobre el tema de la leche, la FARSA debería ser todavía más evidente: ¿por que los países que encabezan la lista de consumo de leche de vaca, como Estados Unidos, también registran los más altos índices de osteoporosis —deficiencia de calcio— entre su población? ¿No se supone que la leche de vaca proporciona el calcio necesario para nuestros huesos?
La respuesta es obvia: es MENTIRA que los fosfatos de calcio presentes en la leche de vaca, sean asimilables por el organismo humano. Entérense: la leche de vaca está diseñada para satisfacer los requerimientos nutricionales de los TERNEROS —crías de la vaca—, no de los humanos.
De todas las especies que habitan este planeta, el humano es el único mamífero lo suficientemente RIDÍCULO Y ESTÚPIDO como para consumir leche de otra especie. Las jirafas no toman leche de vaca al igual que los elefantes no consumen leche de cebra. La única leche que todos los mamíferos del mundo necesitan durante sus vidas, es la leche que sus madres les proveen durante la etapa de crianza. En la edad adulta, ningún ser vivo requiere leche —ni siquiera la de su propia especie— para alimentarse. ¿SE DAN CUENTA DEL ENGAÑO?
Por si fuera poco, la industria lácteo-carnciera recurre a prácticas crueles, brutales e insalubres en su afán de aumentar su «producción» y enriquecerse. Si la humanidad estuviera informada sobre lo que realmente ocurre en rastros y mataderos, adoptaría invariablemente el estilo de vida vegano —cero productos de origen animal, incluyendo calzado, vestido y higiene personal, etc.
Observen, cuando salgan al campo, como los mataderos están perfectamente cerrados y no disponen de ventanas. La industria lácto-carnicera se asegura, a toda costa, de que el consumidor no se entere de lo que pasa dentro de sus campos de concentración animal, pero eso sí, engaña a la población con publicidad mentirosa en los «medios» mientras empaca «pulcramente» trozos de cadáveres infectos que sus socias criminales (Walmart, Soriana, etc.) comercializarán de forma masiva.
ATENCIÓN: Se les recomienda ABRIR BIEN LOS OJOS cuando vean la siguiente investigación del colectivo Igualdad Animal. Si en algún momento sienten repugnancia y el impulso de cerrarlo, háganse estas preguntas: SI ESTO NO ES BUENO PARA MIS OJOS, ¿POR QUÉ DEBERÍA SERLO PARA MI ESTÓMAGO? ¿POR QUÉ ENVENENO A MIS HIJOS CON ESTO, CUANDO ES FALSO QUE LO NECESITEN?
Cualquier luchador social genuinamente comprometido con el cambio, no sólo en México sino en el mundo, habrá entendido ya la necesidad de boicotear a las grandes trasnacionales ASESINAS que están acabando con el planeta. Desde luego, la industria lácteo-carnicera y avícola debe encabezar nuestro esquema de boicot. El veganismo como forma de vida es clave en nuestras aspiraciones de lograr un mundo mejor.
