México, 1 de agosto 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El asesino de Atenco y actual usurpador de la presidencia, Enrique Peña Nieto, inaugurará este sábado un nuevo estadio de futbol en el municipio de Guadalupe, Nuevo León… sin público para evitar abucheos, pero eso sí, frente a algunos acarreados, aplaudidores a sueldo y los directivos del club de futbol dueños del estadio.
De acuerdo con la agencia Proceso, la «presidencia» usurpada no ha explicado la razón por la que inagurará el estadio sin aficionados. Se espera que el sujeto recorra el inmueble vacío, un día antes del partido inaugural del club «Rayados», para no exponerse a los abucheos de 51 mil aficionados que podrían repudiarlo por la crisis económica en el país, su monstruosa corrupción, los despilfarros del dinero de todos los mexicanos por parte de su familia y la reciente tomada de pelo de la «fuga» de su jefe, Joaquín Guzmán Loera alias «El Chapo».
El usurpador Peña Nieto se presentaría esta tarde al estadio ubicado en terrenos del parque La Pastora, que tuvo un costo de más de 2 MIL MILLONES DE PESOS, según detalla Proceso.
Cabe mencionar que su nuevo esbirro en el «gobierno» de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón alias «El Bronco», lo estará acompañando en su recorrido por las nuevas y costosas instalaciones que en los próximos días se verán atiborradas por miles de fanáticos embrutecidos con el futbol, dejando cuantiosas ganancias económicas a los dueños de ese moderno circo romano. Proceso vaticina «llenos asegurados» de imbéciles televisados en éste y los demás estadios del país durante el nuevo «año futbolístico 2015-2016».
Por cierto, el estadio lleva el nombre del banco español BBVA Bancomer que patrocina al equipo de «Los Rayados». Ahí tienen a los criminales descarados que realmente están detrás del negociazo llamado «futbol mexicano»: los amantes del dinero ajeno más ricos del mundo, dueños espurios de toda la riqueza del planeta.
Pese a que el asesino de Atenco inaugurará el estadio, aún faltan obras por concluir tales como vialidades y andadores peatonales, elevadores para los discapacitados, jardineras, barandales y algunas luminarias, según confesó el propio «edil» de Guadalupe.
La construcción del estadio, como muchas «obras» que en realidad no sirven para nada y hasta son perjudiciales como en este caso, causó ecocidio en el pulmón natural más grande de Monterrey y a un costado del río La Silla, único afluente vivo de la mancha urbana regiomontana. Debido a esto, grupos ambientalistas protestaron contra el «proyecto», desde luego sin ser escuchados.
No sería la primera vez que el asesino de Atenco manda vaciar recintos para evitar el repudio de la ciudadanía. En abril pasado, la Universidad Panamericana –presuntamente alma máter del usurpador– ordenó a sus alumnos abandonar las instalaciones a más tardar a las 14:00 horas del viernes 17 de abril, «con motivo de la visita del licenciado Enrique Peña Nieto».
Estudiantes fitlraron en redes sociales el correo electrónico enviado por las autoridades universitarias, expresando su molestia por el montaje que se preparaba para brindarle una visita cómoda al asesino de Atenco, razón por la cual el cobarde individuo decidió a última hora cancelar el evento.
Con información de Proceso
