HÉCTOR BRISEÑO
La Jornada
La violencia contra médicos no solamente pone en riesgo a las personas, sino al propio sistema de salud, señaló Miriam López, ex presidenta de la Federación del Colegio de Médicos de Guerrero, quien sostuvo que una correcta aplicación del código de ética entre los médicos y su participación decidida, puede contribuir a disminuir las agresiones y delitos sufridos en los últimos años por el gremio.
En el contexto del Congreso Médico Estatal, Miriam López, quien actualmente es integrante de la comisión de Honor y Justicia del Colegio de Médicos de Guerrero, presentó la ponencia Seguridad en el ejercicio de la profesión médica, en la que adelantó cifras de un estudio nacional, el cual será concluido en noviembre próximo, de violencia sufrida por médicos, mediante la cual se han levantado 3 mil 179 encuestas entre trabajadores del sector en todo el país, y cuyo resultado indica que médicos del estado de México, Guerrero y Veracruz, son los que más tipos de violencia sufren.
Detalló que 75 por ciento de los encuestados ha estado en una situación de peligro.
El delito que más sufren los médicos es la extorsión telefónica, con 24 por ciento de casos; asalto a mano armada, con 23 por ciento; robo de auto, 10 por ciento; robo de casa, 8 por ciento; robo de consultorio, 7 por ciento; secuestro, 6 por ciento; asesinato, levantón y robo en cajero, 3 por ciento, entre otros, como el secuestro virtual, con 2 por ciento, y violación, uno por ciento.
Miriam López advirtió que de 2009 a la fecha, el índice de delitos sufridos por médicos va a la alza. Informó que en 2008, integrantes de la Federación de Médicos del país sufrieron 353 delitos; en 2009, 267; en 2010, 298; en 2011, 458; en 2012, 618; en 2013, 654, y en lo que ha transcurrido de este año, 397 casos de violencia.
Expresó que la encuesta demuestra que los médicos son más vulnerables en el estado de México, Guerrero y Veracruz. Puntualizó que 51 por ciento no denuncian ante el Ministerio Público.
Miriam López propuso fomentar en la sociedad la protección de los profesionales de la salud, retomar los preceptos del código de ética mundial, dignificar la profesión, y elaborar y proponer un decreto para la protección del personal de salud, que en ocasiones debe desplazarse a sitios lejanos.
Planteó la necesidad de organizar talleres de autoprotección, definir un logotipo o emblema, el cual represente que la atención que se presta en un hecho de violencia es neutral para la víctima y el victimario.
Miriam López manifestó que “los ataques contra el sector salud propician que médicos se sientan desprotegidos en nuestros centros de trabajo. Los profesionales se ausentan, el acceso a la atención de salud es restringida, los trabajadores huyen”.