Verónica Espinosa
Proceso
LEÓN, Gto., (proceso.com.mx).- El exvocero del arzobispado de León Jorge Raúl Villegas Chávez fue requerido por un juez de oralidad por una demanda de paternidad con el fin de que reconozca a una hija de casi nueve años y cumpla con dichas obligaciones.
El padre Villegas fungió como vocero y fue una de las personas más cercanas a José Guadalupe Martín Rábago durante los años en que éste fue obispo de León (a partir de 1995) y posteriormente arzobispo de la arquidiócesis del Bajío, nombramiento que recibió en 2006, además de que fue presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Villegas fue integrante de la comisión pastoral que se encargó de organizar y recibir la visita del Papa Benedicto XVI, a fines de marzo de 2012.
El sacerdote fue demandado en febrero pasado por una mujer ante la Procuraduría General de Justicia del estado para exigirle el reconocimiento de paternidad y el pago de la pensión alimenticia de una menor que habría procreado hace nueve años.
Este lunes se celebró una audiencia en el juzgado de oralidad familiar de León, a la que el sacerdote no se presentó. Sus abogados pidieron establecer un acuerdo de confidencialidad con la demandante, a fin de que no se revelen los detalles del proceso.
Villegas Chávez estuvo a cargo de la parroquia de San Juan Bautista la Salle entre 2004 y 2012. En septiembre de 2012 fue relevado como vocero de la arquidiócesis por Martín Rábago, supuestamente porque viajaría a Guadalajara para tomar un curso.
Aunque se manejó la versión de que el exvocero fue ya suspendido para ejercer el sacerdocio, el actual arzobispo Alfonso Cortés Contreras no se ha pronunciado sobre este caso.
Durante su labor como vocero, Jorge Raúl Villegas defendió reiteradamente a varios sacerdotes acusados de pederastia y abusos contra menores, como ocurrió con José Luis de María y Campos, párroco de la iglesia de Santa María de Cementos en León, quien fue acusado por las madres de dos menores y fue sentenciado a seis años de prisión en septiembre de 2006.
El arzobispo Martín Rábago abogó por el sacerdote De María y Campos para que éste fuera finalmente preliberado tras purgar cuatro años de la pena que le fue impuesta.