Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- La desaparición del Instituto Mexicano del Café (Inmecafe) complicó el desarrollo de la producción en las fincas cafetaleras de todo el país; en contraparte, incrementó la riqueza para los intermediarios, que ahora son los grandes acaparadores del grano, que pagan a precio bajo y lo venden hasta en tres veces más, refirió el director del Instituto Tecnológico Superior de Zongolica (ITSZ), Miguel Ángel de la Torre Loranca.
Las investigaciones del ITSZ dejan en claro las causas y origen de la crisis del café en el estado. La principal “es la extinción del Instituto Mexicano del Café. Los productores del grano en cada una de las regiones quedaron a merced de los intermediarios, que lograron amasar fortunas con la compra, a precios muy bajos del grano, para venderlos a precios elevadísimos. Ahí está la ganancia que debería ser aprovechada por los productores”.
A un productor de la sierra de Zongolica le pagan 40 pesos por kilogramo de café tostado, pero los acaparadores lo venden a los centros comerciales en las ciudades hasta en 130 pesos, “esa gran diferencia de la utilidad queda en manos de los coyotes”.
Cada vez vemos cómo se incrementa la pobreza en las zonas serranas “la gente se cansa de obtener precios muy bajos por el trabajo que se realiza en las fincas y si a todo esto le agregamos la carencia de apoyos económicos y en especie para la producción del café”.
El estudio contempla posibles medidas que solucionen el problema, “por ejemplo crear un modelo comunitario que se base a partir de la organización familiar. Ese es un hecho que en sí permite que las familias se organicen en grupos de trabajo para que a partir de ello se comercialice la producción comunitaria alrededor del poblado donde se encuentra y se hace una integración intermunicipal, lo que permite que las cadenas productivas esté direccionada a través de los grupos familiares”.
La organización es la única base para sacar adelante a los cafetaleros, sobre todo para obtener ganancias reales de la producción y que no se queden en las manos de los intermediarios.
Esto permitirá mejores formas de comercialización y evitar que los coyotes e intermediarios sean los únicos que reciban utilidades por la venta final del producto.
Dicho modelo ya se aplica en algunas comunidades de la sierra de Zongolica y se espera que haya resultados positivos para poder ser replicado en el resto de las zonas que se dedican a la producción de café en la sierra.