Antonio Nieto, Arturo Sierra y Rubén Zermeño
Reforma
Cd. de México, México (20 agosto 2014).- Muy sencillo y rápido es para un ratero deshacerse de un botín y ganar unos pesos: le basta acudir a una casa de empeño.
Los negocios prestamistas carecen de candados para evitar «financiar» a los delincuentes, al aceptar la mercancía sin verificar si los artículos son robados y sin garantizar la legal propiedad del pignorante.
Grupo REFORMA corroboró en 32 establecimientos del Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, la facilidad para empeñar un artículo atractivo: sólo hay que tener credencial de elector, documento que está comprobado puede obtenerse con una identidad falsa.
En la capital del País se visitaron nueve casas de empeño. En todas se repitió la misma escena: tras ofrecer un producto, del cual no se llevaba factura, ni comprobante de licitud alguno, la casa de empeño aceptó recibirlo y entregar el dinero sin mayores preguntas.
En una de las empresas visitadas fue una cámara profesional que tiene un costo aproximado de 30 mil pesos. Se le aclaró al valuador que no se contaba con algún documento y que el equipo no era propiedad de la persona que la llevaba.
Pese a eso, el dependiente dijo que no había problema. La cámara fue empeñada por 3 mil 500 pesos, con un plazo de cuatro meses para pagar el préstamo.
En la zona metropolitana de Guadalajara, las casas de empeño también flaquean al recibir una prenda y contribuyen al “tráfico” de aparatos electrónicos, joyas y electrodomésticos.
En el Centro de Guadalajara se empeñó una cámara valuada en 15 mil pesos en la franquicia de empeños El Cerrito, sin que se pidiera el cargador de la batería ni cubrelentes ni algún documento o historial que avalara su origen lícito.
El ejercicio se replicó en otra tienda de Camino Viejo a Tesistán, en Zapopan, donde preguntaron al pignorante si era fotógrafo o sabía operar el equipo.
El reportero contestó con negativas y fingió ansiedad y aún así aceptaron el artículo a cambio de 4 mil 200 pesos.
En Monterrey se visitó una sucursal de Préstamo Express, en Colón y Guerrero, donde una empleada ofreció realizar la transacción de una cámara sin siquiera pedir alguna credencial o teléfono del cliente.
En el 2013, la Profeco tenía registro de 5 mil 406 casas de empeño que operan en el País, pero sólo la mitad de ellas cumpliría las reglas de Hacienda para impedir la recepción de bienes ilícitos.
Los controles consisten en identificar a los clientes con documentos oficiales y comprobante de domicilio.
En el 2012, según la PGR, entre el 30 y 35% de los artículos que se empeñaron fueron de hurtos.
‘Empeñamos con sus datos’
En sus contratos y letreros, casas de empeño en el área metropolitana advierten que no aceptan objetos robados, pero en la práctica esto es letra muerta, al prestar o comprar artículos aun sin comprobar la identidad de las personas.
Aunque 14 negocios visitados en Monterre pidieron al interesado la credencial de elector, también ofrecieron como alternativa mostrar alguna otra identificación, como la licencia de conducir, e incluso dejar sólo nombre y domicilio.