La UNAM con el priista José Narro al frente: OTRO ESCÁNDALO DE PLAGIO

Álvaro Delgado
Proceso

MÉXICO, D.F. (apro).- Sealtiel Alatriste renunció, hace dos años, como coordinador de Difusión Cultural de la UNAM por plagiario y ahora otro escándalo análogo sacude a la institución: El abogado general, Raúl González Pérez, es acusado de pretender doctorarse en España con una investigación ajena y pagada con recursos públicos.

Se trata de un caso de enorme relevancia, entre otras razones porque involucra al número dos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y mano derecha del rector José Narro, quien tuvo que pagar el costo de sumar a su equipo al plagiario Alatriste y al que, en febrero de 2012, debió cesar.

A reserva de conocer la versión de González Pérez, el exfiscal del asesinato de Luis Donaldo Colosio que elaboró la tesis del “asesino solitario”, la información sobre el supuesto plagio del funcionario de la UNAM se detalla en la queja que presentó, el jueves 28, el abogado Enrique Carpizo Aguilar ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

De acuerdo con la queja, González Pérez contrató a Carpizo Aguilar –sobrino del exrector Jorge Carpizo McGregor– para realizar durante ocho meses, entre 2011 y 2012, una investigación sobre libertad de expresión, al término de la cual le entregó al funcionario el documento de 600 cuartillas.

Luego cada quien se dedicó a lo suyo hasta que, en mayo de este año, Carpizo Aguilar recibió llamadas de quienes se identificaban como periodistas para preguntarle si sabía que González Pérez usaba su investigación como tesis de doctorado ante la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de España.

No sabía nada, pero pronto el funcionario lo buscó para persuadirlo de que renunciara a los derechos de autor de la investigación y, al no lograrlo, comenzó a instrumentar contra Carpizo Aguilar “un persistente acoso” y violación a sus derechos humanos a través de una “red de funcionarios universitarios” bajo su mando.

Carpizo Aguilar detalla en su queja ante la CNDH que González Pérez obstaculiza su cambio de adscripción de la Facultad de Derecho al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), donde labora desde hace más de siete años; dificulta el ascenso de profesor titular ‘A’ a profesor titular ‘C’; le niegan información para su titulación de doctorado y hasta amedrentan a sus colaboradores.

“Por desgracia estoy siendo objeto de un persistente acoso y violación a mis derechos humanos por parte de una red de funcionarios universitarios empeñados en desviar su ejercicio profesional en detrimento del reconocimiento y salvaguarda de mi dignidad humana como miembro de la Universidad Nacional”, dice Carpizo en la queja.

Luego de conocer el documento presentado ante la CNDH, hablé con Carpizo Aguilar, quien asegura que la furia del abogado general de la UNAM obedece a que no quiso renunciar al derecho de autor de la investigación que hizo.

“El acoso se debe a que yo no desistí. El sabía que estaba de por medio mi titulación de doctorado, mi cambio de adscripción y además mi asignación de letra, entonces ese era el cambalache, según él, pero la verdad es que mi vida académica ha estado basada en el esfuerzo y no tengo ninguna necesidad de eso. Y 600 cuartillas perderlas en un segundo, pues no. Ese es el punto.”

Por lo pronto, Carpizo Aguilar, presidente del Instituto para la Protección de los Derechos Humanos (Inprodh), autor de cinco libros, conferencista y profesor universitario, logró que la CNDH emitiera medidas cautelares, pero su demanda es que el caso se esclarezca, tanto el plagio como las represalias en su contra.

Le pregunté qué debe hacer el rector Narro ante este asunto, y respondió: Tendrá que dar la cara, decir que está enterado y que está haciendo las investigaciones pertinentes para que, con objetividad, se aclare esta información. Y en caso de que la situación esté bastante dudosa, pero en contra del profesionalismo de Gonzáles Pérez, pedirle su renuncia y expulsarlo de la Universidad.

“Y también que proteja mis derechos universitarios para evitar que esa red de académicos mafiosos instaure una serie de acciones de desprestigio en mi contra. Ya basta de que las personas no puedan quejarse por miedo a las represalias de esa red”.

El asunto, por lo pronto, está en el terreno de la CNDH, de la que Carpizo McGregor fue fundador y a la que aspira el propio González Pérez.

Cosa curiosa: Todos los involucrados, incluido Narro, formaron parte del grupo de Carpizo desde que fue rector de la UNAM y varios lo siguieron a la CNDH, a la Procuraduría General de la República y a la Secretaría de Gobernación. El sobrino, denunciante, aclara que él no. “Yo nunca pertenecí a esa mafia y por eso les soy incómodo”.

El asunto apenas comienza…

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