Redacción / Sinembargo
Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– Grupos civiles han advertido en diversas ocasiones que “México es el paraíso de la contaminación ambiental”, debido a la facilidad con que se quebranta la ley y, en su defecto, porque las autoridades no la cumplen y se venden a las grandes empresas.
Las denuncias de los activistas se fundamentan en los ecocidios que recientemente han protagonizado compañías públicas y privadas por el norte, el sureste y el occidente del país.
En Jalisco, toneladas de peces fallecieron esta semana a consecuencia de un mal manejo de los desechos tóxicos que se vierten en la Laguna de Caijititlán. En Tierra Blanca, Veracruz, una fuga de gasolina provocó la muerte de peces, tortugas, conejos y pájaros.
Los hechos se suman a la tragedia en Sonora que dejó afectadas a 24 mil personas por el derrame de cobre y ácido sulfúrico proveniente de la mina Buenavista del Cobre, subsidiaria de Grupo México.
Además, esta misma semana, mineros de Cananea alertaron que un represo de desechos tóxicos está a punto de colapsar y contaminar de forma irreversibles el Río Sonora.
Una semana antes, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) reportó en Durango una emergencia ambiental generada por el derrame de dos mil metros cúbicos de solución cianurada en la mina Proyecto Magistral, en el arroyo La Cruz, en el municipio El Oro.
Días después, una fuga de petróleo crudo causada por una toma clandestina se registró a 15 kilómetros al sureste de la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) del municipio de Caldereyta, Nuevo León, y contaminó las aguas del río San Juan.
Para los activistas que defienden el medio ambiente, el derrame en Sonora, dado a conocer el pasado 7 de agosto, es sólo “la punta del iceberg”.
Organizaciones, como Greenpeace y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), expusieron que hay un problema de incumplimiento de la ley en cuanto a prevención a nivel nacional, así como de implementar las sanciones que compensen el verdadero daño ambiental y social por los desastres que ocurren en el país.
“México sí es el paraíso para la contaminación” desde hace muchos años, pero esto se agudizó en el mes pasado “porque en la legislación ambiental ha habido avances, pero existen muchos huecos, muchos desafíos que se tienen que enfrentar y uno de ellos es precisamente el tema de la prevención”, afirmó Raúl Estrada, director de Comunicación de Medios Greenpeace México.
ESPECIES EN PELIGRO
La titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) del gobierno de Jalisco, Madgalena Ruiz Mejía, explicó que desde la semana pasada se han registrados cientos de peces popochas muertos en la Laguna de Cajititlán en Tlajomulco.
Funcionarios de la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente y la Comisión Estatal del Agua afirmaron tener pruebas de que existe un manejo inadecuado de lodos en tres plantas de tratamiento del municipio, mismos que podrían estarse vertiendo en la laguna y ocasionando la muerte a millones de peces.
No obstante, descartaron tener estudios para incriminar a las plantas de tratamiento por la contingencia, aunque sí dijeron que aportaron las pruebas existentes a la Procuraduría General de la República (PGR) para que investigue un eventual delito ambiental.
El desastre es el cuarto en lo que va del año.
También, en Tierra Blanca, Veracruz, una fuga de gasolina Premium en una toma clandestina provocó la muerte, aún sin cuantificar de peces, tortugas, conejos y pájaros, entre otros, denunciaron autoridades municipales.
Según la información, la fuga provocó afectaciones en una radio de seis kilómetros del llamado arroyo Hondo. Autoridades de Tierra Blanca se quejan de que Petróleos Mexicanos (Pemex) sólo quiere remediar un radio de 1.2 kilómetros.
Los representantes del municipio acusan a la empresa de no actuar a tiempo, pues en cuanto se detectó la fuga se hubiera evitado el ecocidio si se hubiera librado una sustancia que absorbe el combustible y evita su expansión.
“El derrame tiñó de rojo el agua del arroyo pues se presentó la muerte de numerosas especies como anguilas, tortugas, pero a nivel de tierra también de conejos, ratones, entre otras especies”, señaló a los medios de comunicación Franco Osorio, director de Seguridad Pública del municipio.
El Ayuntamiento de Tierra Blanca alista una denuncia penal en el ámbito federal en contra de Pemex por no reconocer la contaminación que dicha fuga de gasolina ocasionó al cuerpo de agua empleado para uso agrícola y ganadero.
En un comunicado, la paraestatal informó que el derrame de hidrocarburo fue “provocado” por una toma clandestina y “causó afectaciones” en 1.2 kilómetros del arroyo Hondo.
MINAS, TIERRA DE NADIE
Ayer, el Sindicato Minero Sección 65 advirtió que un represo que resguarda desechos tóxicos desde hace 30 años de la mina Buenavista del Cobre de Grupo México está a punto de colapsar y contaminar de forma irreversible el Río Sonora.
Antonio Navarrete Aguirre, del Sindicato Minero de Cananea, Sonora, indicó que el represo de jales se encuentra ubicado en la raíz del río y que contiene millones de metros cúbicos de ácidos y reactivos para la recuperación de los metales, confinados ahí desde hace tres décadas.
“Ese represo colapsará en cualquier momento porque no se le ha dado mantenimiento. Si eso sucede, el daño será brutal, no se comparará con el que ya se le hizo al río, sino que será el fin de los pueblos donde viven 25 mil sonorenses”, dijo.
Navarrete Aguirre explicó que el represo mide 15 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho, y la cantidad de desechos contenidos ahí, es incalculable.
Mencionó que fue el Sindicato Minero quien avisó a las autoridades federales y estatales en 2008 que el represo que derramó 40 mil metros cúbicos de lixiviados de Sulfato de Cobre Acidulado en el Río Bacanuchi y Sonora la madrugada del 6 de agosto pasado, colapsaría.
“Nosotros tenemos en nuestro pliego petitorio cuando arrancamos la huelga que los represos de la mina no tenían mantenimiento y que había peligro de un desastre ecológico como el que ya ocurrió”, comentó.
Navarrete, uno de los comisionados del sindicato, afirmó que no fue la falla de una válvula lo que ocasionó el derrame tóxico, como asegura la empresa, sino una negligencia por parte de Grupo México, quien ya sabía de los problemas del represo y no solucionó el problema de mantenimiento.
Al interior de la mina, dijo, hay 11 represos más que constituyen una amenaza latente para el Río Sonora.