Alejandra López
Reforma
Cd. de México, México (08 octubre 2014).- El proyecto de la refinería de Tula, anunciada e impulsada en el Gobierno de Felipe Calderón, se esfumó junto con los 3 mil 435 millones de pesos que se le invirtieron del dinero de los mexicanos.
La Secretaría de Energía (Sener) remató el proyecto, al afirmar que el nuevo Plan de Negocios de Pemex considera sólo reconfigurar las refinerías existentes y no construir nuevas centrales.
A 5 años de su anuncio, las únicas obras visibles de lo que sería la nueva refinería son la construcción de una barda perimetral, dos túneles de desfogue, la reubicación de líneas de alta tensión y la reubicación de dos basureros.
De acuerdo con información obtenida a través del Portal de Transparencia de Pemex, entre 2011 y 2013 se otorgaron 20 contratos relacionados con la nueva refinería.
El monto más alto se pagó a la empresa ICA Fluor Daniel, con 2 mil 289 millones de pesos por la elaboración de la ingeniería conceptual y la administración del proyecto.
Otra erogación que no tendrá ningún beneficio fue la que se hizo al Instituto Mexicano del Petróleo de 552 millones de pesos también por trabajos de ingeniería básica y 90 millones 551 mil pesos por asistencia técnica a Pemex Refinación.
Las empresas Construcciones e Instalaciones del Noreste e Isolux, fueron las encargadas de la reubicación de las líneas de transmisión y por ello cobraron 155.9 millones de pesos.
La empresa Martínez Aguilar Construcciones cobró 90.5 millones de pesos por construir la barda perimetral aledaña al predio de la refinería actual.
A estos montos se suma el costo del terreno en el que se edificaría la nueva refinería y que fue pagado por el Gobierno de Hidalgo, tras anunciarse que Tula sería la sede del nuevo complejo.
El Gobierno del Estado, que entonces encabezaba Miguel Ángel Osorio Chong, asumió una deuda de mil 500 millones de pesos para la compra de 700 hectáreas.
El último dato del valor de la nueva refinería fue de 12 mil millones de dólares, mientras que una reconfiguración está calculada en 5 mil millones, según información de Pemex.
También se calculó que el costo de una refinería en Texas, Estados Unidos, representaría sólo el 10 por ciento de la inversión en Tula.
Inició derroche en Guanajuato
El derroche de Tula ocurrió primero en Guanajuato.
La administración del panista Juan Manuel Oliva Ramírez decidió competir por la Refinería Bicentenario y gastó más de mil 600 millones de pesos de recursos públicos para comprar 960 hectáreas a 211 ejidatarios de Salamanca, Juventino Rosas y Villagrán, pero finalmente el proyecto lo obtuvo el Estado de Hidalgo.
La administración de Oliva realizó todas las operaciones mediante un esquema tramposo para ocultar el destino de los terrenos, como documentó AM en una investigación que obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.
El año pasado, una auditoría del Órgano Superior de Fiscalización confirmó que un intermediario o ‘coyote’ del Gobierno del Estado pagó a sobreprecios las tierras para el fallido proyecto.
El sobreprecio provocó la pérdida de entre 500 y 1,300 millones de pesos de recursos públicos.
En promedio, el Gobierno del Estado pagó un millón 870 mil pesos por cada hectárea que adquirió para la refinería.
Sin embargo, el valor comercial de los terrenos en 2009 –cuando se realizó la transacción- era de 400 mil pesos.
Las empresas del proyecto
$2,298 millones pagaron a ICA Fluor Daniel por la ingeniería conceptual y la administración del proyecto.
Empresas con contratos
– Construcciones e Instalaciones del Noreste
– Isolux
– Martínez Aguilar Construcciones
Paraestatales
[Pertenecían al Estado Mexicano; con la reforma energética, han pasado a manos del «gobierno», es decir, del usurpador prianista en turno]
– Instituto Mexicano del Petróleo
– Pemex Refinación