J. Gil Olmos, A. Rodríguez y M. Tourliere
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- En un mitin al que asistieron miles de personas, familiares y estudiantes de Ayotzinapa, exigieron la presentación con vida de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” que se llevó la policía municipal de Iguala el viernes 26 de septiembre.
“Queremos resultados, no palabras. Que intervengan las autoridades competentes para que encuentren a nuestros compañeros, como lo piden los familiares”, expresó uno de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en el mitin que se realizó a un costado de Palacio Nacional.
Desde que la marcha arrancó, al filo de las cuatro de la tarde en el Ángel de la Independencia, los ánimos ya estaban encendidos entre los asistentes que gritaban “asesinos” en contra del gobierno de Enrique Peña Nieto, del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca.
Durante casi dos horas que duró la caminata a la que asistieron estudiantes de todas las escuelas de educación superior, campesinos, trabajadores y organizaciones de derechos humanos y de víctimas de la guerra contra el narcotráfico, las consignas estaban llenas de rencor en contra de todos los partidos políticos y los tres niveles de gobierno.
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, fue la consigna con la que arrancó la protesta que a la vanguardia tuvo siempre a familiares de los estudiantes desaparecidos por la policía de Iguala y alumnos de la Normal de Ayotzinapa.
Luego comenzaron a cambiar los gritos y protestas alcanzando los niveles de repudio a toda la clase política.
Los contingentes más visibles eran de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, a la que pertenecen los alumnos de Ayotzinapa, y las 16 normales rurales del país, además de la UNAM, el IPN, la UAM y de los campesinos de Atenco.
Pero en el curso de la marcha se fueron sumando organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, del Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, encabezada por Javier Sicilia, y personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Adolfo Gilly y Salvador Nava hijo quienes, al final del mitin, fueron repudiados por una turba que les aventó botellas de agua, basura y otros objetos.
Los gritos de protesta y las pancartas de “narcos y políticos son lo mismo” denotaban la rabia en contra del gobernador Ángel Aguirre Rivero y del edil de Iguala, José Luis Abarca, ambos del PRD, a quienes no dejaron de calificar como “asesinos”.
Una vez que llegaron al Zócalo ocupado por las carpas de la Feria del Libro, los miles de asistentes ocuparon las calles aledañas y los familiares de los estudiantes desaparecidos subieron al templete que se levantó a un costado de Palacio Nacional.
Ahí, los estudiantes de Ayotzinapa manifestaron que no se rendirán hasta encontrar a sus compañeros desaparecidos.
“No nos rendimos, nos sostendremos. Nuestra lucha es por una educación y eso no es un pecado. Si por eso el Estado nos ve como enemigos no nos importa, nos mantenemos de pie”, dijo uno de los estudiantes.
Otro de ellos, que logró escapar del ataque armado, espetó: “Lo que pasó el 26 y 27 fue terrorífico. Nuestros ojos y mentes no son capaces de revivir. Queremos hacer énfasis que no es cierto lo que dice el gobierno que fue el narcotráfico. Fueron los policías del municipio los que se los llevaron. Ángel Aguirre Rivero y José Luis Abarca son los asesinos”.
Acusó que en Guerrero se vive “un estado ingobernable”, porque no hay autoridades que funcionen y ni siquiera han podido encontrar a sus compañeros.
“Somos estudiantes que sólo exigimos educación y eso no lo ven. Pedimos educación y nos responden con balas. Si somos los enemigos, ¿a qué estamos jugando? Ahora el Estado se quiere deslindar y lavarse las manos diciendo que es el narco. Llamamos a la desobediencia civil”, manifestó otro de los estudiantes.
El padre de uno de los jóvenes desaparecidos dijo que están indignados y con rabia porque atacaron a sus hijos cuando estaban haciendo labores de rutina para mantener sus gastos.
“No es posible que se derrame sangre, ni justo que sea ataque a los estudiantes. Le decimos al gobierno que ellos tienen a los normalistas y nos los tienen que regresar. Que no se laven las manos al crimen organizado. Fueron policías municipales y el gobierno municipal los que ordenaron”, acusó nuevamente.
Otro padre de familia dijo que sus hijos no estaban haciendo nada ilegal, ni cometiendo un delito como para que se los llevara la policía. “Sólo querían estudiar. Ese era su sueño”, expresó con un tono de tristeza y rabia.
Otro padre más de un estudiante originario de Tixtla pidió no decir que sus hijos ya están muertos, sino que sigan las investigaciones pero con gente especializada. Y manifestó que si Peña Nieto tiene autoridad, que la aplique y presente de inmediato a sus hijos desaparecidos.
Al final del mitin, el actor Daniel Giménez Cacho y el cantante del grupo Café Tacuba, Rubén Albarrán, leyeron una carta dirigida al gobierno en la que pidieron la presentación con vida de los 43 normalistas.
Exigieron también protocolos coordinados entre las autoridades, el envío a Iguala de antropólogos forenses especializados y el enjuiciamiento y castigo a los responsables de “un crimen de Estado cometido por policías y funcionarios”.