Enrique Méndez y Roberto Garduño
La Jornada
El gobierno de Guerrero reconoció ante la Comisión especial de diputados que investiga la agresión armada contra los normalistas de Ayotzinapa que sí se enteró del hecho en el momento en que ocurría, pero que no intervino con la policía estatal porque el alcalde de Iguala con licencia, José Luis Abarca, no le respondió el teléfono.
Durante la reunión que mantienen en Guerrero con Ángel Aguirre y un grupo de colaboradores, el secretario de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, dijo que él se trató de comunicar con Abarca y que éste le respondió hasta la 1:00 de la madrugada del 27 de septiembre, y que si no envió a la fuerza estatal se debió a que tenía que cumplir con los protocolos de colaboración de la alcaldía.
También los legisladores quisieron saber por qué la procuraduría del estado no aplicó protocolos para evitar que José Luis Abarca se fugara después de la sesión de cabildo que le autorizó la licencia para ausentarse del cargo.
El procurador Inaki Blanco les respondió: “no sabemos cómo se nos escapó”.
Durante el encuentro también los diputados preguntaron al gobernador su opinión respecto de las voces que exigen su renuncia, piden la desaparición de poderes o juicio político, como una forma de evitar que continúe la crisis en la entidad.
Aguirre Rivero les respondió que detrás de esas voces existe una carga política que trata de perjudicar al estado y sostuvo: “la violencia está focalizada en Iguala”.