MARGENA DE LA O, RODOLFO VALADEZ LUVIANO, SALVADOR CISNEROS, JESÚS PINTOR, RAYMUNDO RUIZ Y ARTURO DE DIOS PALMA
La Jornada
Un usuario de la caseta Palo Blanco que viajaba en un Cruze gris, marca Chevrolet, sacó el brazo derecho, alzó el dedo pulgar y dijo: “¡Con todo! ¡Con ustedes!”. Es un maestro de Tixtla, comenta, antes de atravesar la caseta y dar 50 pesos a sus compañeros del magisterio que tienen tomada la caseta en apoyo a Ayotzinapa.
Antes, tres cetegistas que tomaron la caseta suben a un autobús Futura, número de serie 1027, cuyo conductor tardó en abrir la puerta. Mientras uno de los maestros explicaba a los pasajeros que se trataba de un movimiento en apoyo a normal rural de Ayotzinapa por la desaparición de 43 de sus alumnos y el asesinato de seis personas, incluidos tres estudiantes de esa escuela, el operador comenta su desacuerdo: “organismos internacionales los apoyan porque no los conocen. ¿Qué no se ponen a pensar que si nos gana el coraje les podríamos echar el carro encima?”, le dijo a uno de los maestros que se asomaba por la ventanilla.
Los dos momentos de la protesta de hoy en la caseta representan las posiciones de un movimiento que surgió a raíz del caso de violencia más severo en Iguala, ocurrido el 26 y el 27 de septiembre, que terminó con seis muertos, 24 heridos y 43 normalistas desaparecidos. El estigma contra los estudiantes por sus protestas es un arraigo.
Aun con las diferencias en torno a la protesta, hubo más comentarios que reprocharon la desaparición de los normalistas y que exigieron su presentación con vida.El hombre que conducía un Chevy rojo, opinó: “tienen que encontrarlos. Que el gobierno cumpla”.
Otro, que también manejaba un carro similar anaranjado, mencionó al cruzar la caseta: “No sé ni qué decir, pero no pueden desaparecer así a estudiantes”.
La caseta de Palo Blanco es la sede de protestas tanto de normalistas como de maestros, y también colectas para sostener el movimiento en respaldo de Ayotzinapa.
Los maestros tomaron y controlaron la caseta desde mediodía. Una hora después llegaron normalistas rurales en cuatro autobuses sólo a apoyar para el flujo de vehículos.
En Tecpan, unos 30 maestros cetegistas tomaron la caseta de cobro del libramiento Tecpan.
Durante su estancia, que comenzó a las 9 de la mañana, dejaban pasar los vehículos luego de pedir a los conductores 20 pesos, siete menos que lo que se cobra en la caseta normalmente.
La protesta originó molestias en algunos conductores; hubo uno que incluso echó su carro encima a los manifestantes, quienes se tuvieron que hacer a un lado para evitar ser arrollados. Otros, en cambio, accedieron a depositar sus donativos, como un grupo de soldados, que dieron su aportación cuando fueron detenidos por los profesores.
En Tlapa, profesores y alumnos del Instituto Tecnológico, la normal, la Universidad Pedagógica Nacional y la Ceteg marcharon, bloquearon la carretera y cerraron los accesos de los centros de autoservicio.
En Pungarabato, la comunidad escolar, docente y administrativa de la escuela de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) se sumó a la protesta y exigieron la aparición con vida de los normalistas.
En Taxco el coordinador de la Organización Ciudadana por la Educación, Justicia y Democracia (OCEJD) y ex dirigente de la Ceteg, Gonzalo Juárez Ocampo, señaló que el gobernador Ángel Aguirre Rivero desde hace días debió retirarse, porque lo que está provocando “es un encono social” que ocasionará un conflicto “mayor y difícil”, por lo tanto aseguró que la organización se sumará al plan de acción de los cetegistas en cuanto a la posible toma de las 81 alcaldías, para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas y castigo a los responsables de los seis asesinatos en Iguala el 26 de septiembre.
Por otra parte, damnificados por la tormenta Manuel de la comunidad de la Unión de las Peras, en el municipio de Malinaltepec, esos que llevan viviendo más de un año sobre la carretera, llevaron tres camionetas con víveres a la normal rural de Ayotzinapa para apoyar a los estudiantes y a los padres de los 43 jóvenes desaparecidos. Este martes, unos 10 pobladores encabezados por el comisario, Abel Bruno Arriaga, entregaron a los estudiantes de Ayotzinapa los víveres que recolectaron entre los pobladores para ayudar a sostener el movimiento.