Carlos Figueroa y Martín Sánchez
La Jornada
Los 160 elementos de la Policía Estatal Acreditable (PEA) destacamentados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, comenzaron un paro de labores y advirtieron que no lo suspenderán hasta que los nuevos jefes de la corporación, llegados de Ciudad Victoria, terminen los actos de privación ilegal de la libertad y tortura contra los oficiales acusados de trabajar para la delincuencia organizada, que el lunes pasado quitó la vida al general Ricardo César Niño Villarreal.
El coordinador de seguridad pública en la delegación norte de Tamaulipas fue ultimado el lunes pasado cuando viajaba con una mujer en el municipio de Vallecillo, Nuevo León.
Los oficiales Karen Monserrat Villagrán Martínez, Ana María Márquez Valencia, Guadalupe González Ledezma y Darío Vázquez Bamaca denunciaron que fueron privados de la libertad y sometidos a torturas, motivo por el cual la primera tuvo que ser internada en el hospital del Issste. Darío dijo que sus jefes le robaron 5 mil 500 pesos de su salario. Los cuatro interpusieron denuncias ante la agencia del Ministerio Público del estado.
Karen Monserrat narró que en el pase de lista, la mañana del miércoles, cuando escuchó su nombre y contestó “presente”, un oficial con el rostro cubierto le dijo que debía responder preguntas por una investigación.
“Le pregunté que de qué era la investigación, y respondió que no me importaba; me llevaron al patio y me subieron a una patrulla, donde me dijeron que debería contarles lo que yo sabía, pero nunca dijeron a qué se referían.”
Dijo que fue sometida a toques eléctricos en el cuerpo. Tiene contusiones múltiples y síntomas de intoxicación porque le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, con agua, jabón, anticongelante y antibacterial.
“Al momento en que me ponían las bolsas me ahorcaban; me pegaron en espalda, estómago y pecho con las manos”, señaló entre sollozos. La oficial se desmayó y cuando despertó sólo le preguntaron si se sentía bien; “le tuve que decir que sí, si no no me iban a dejar salir”.
En Ciudad Victoria, Arturo Gutiérrez García, secretario de seguridad pública, afirmó que ante la muerte de dos altos mandos militares ocurridas este año, es necesario replantear la estrategia para recuperar la tranquilidad en Tamaulipas.
“Los asesinatos de Salvador Haro Muñoz y Niño Villarreal nos obligan a cambiar la estrategia de seguridad. Únicamente debemos hacer cambios y presentaremos la propuesta al gobernador, dijo después del homenaje póstumo a Niño Villarreal.
Al encabezar la ceremonia, el gobernador Egidio Torre Cantú sostuvo: “Mi gobierno reconoce y valora las tareas de seguridad del general Niño y la de otros mandos militares y policías que trabajan para recuperar la tranquilidad en esta entidad”. Lamentó el asesinato y destacó que su gobierno continuará en su empeño de combatir el crimen organizado.
Por otra parte, Gutiérrez García confirmó que Niño Villarreal se enfrentó a balazos con civiles armados cerca del municipio de Camargo. En la carretera nacional México-Laredo, tramo Victoria-Monterrey, tuvo un segundo enfrentamiento, precisó.
Rechazó la versión de que los escoltas de Niño lo hayan abandonado, pues era parte de su procedimiento de bajo perfil para desplazarse, justificó.