Rolando Chacón
Reforma
Baviácora, Sonora (11 noviembre 2014).- Análisis de laboratorio a la sangre de la niña Nicole Yáñez Mejía, de 6 años, arrojaron presencia de cobre, así como cadmio.
Para sus familiares, no debería tener esos químicos porque no ha consumido agua del Río Sonora, aunque sí se bañó en ellas el 7 de agosto.
La niña, quien fue atendida en Baviácora directamente por el titular de la Cofepris, Mikel Arriola, y por el Gobernador del Estado, Guillermo Padrés, presenta pérdida de cabello en partes de la cabeza.
Actualmente atienden su caso en el Seguro Social, pero su familia pidió atención especializada.
En tanto, otros padres de niños con afectaciones en la piel como ronchas, salpullido y resequedad, surgidas a raíz de la emergencia ecológica en el Río Sonora, también reclaman una atención especializada.
Denunciaron que en el centro de salud catalogan su enfermedad como «hongos» y los tratamientos no curan los síntomas.
Rebeca García, madre de Raúl Antonio, de 2 años, acusó que la pomada recetada a su hijo sólo esparció el mal.
Guadalupe Gallegos, madre de Marina Fernanda, de 6 años, dice que las ronchas no se le quitan y que aunque solicitan atención en el Seguro Social, en el centro de salud les niegan el pase con el argumento de que ya están diagnosticados y bajo tratamiento.
Mientras tanto, desde sus salas de cine, en toda la República, Grupo México presume el logro «sin precedente» de haber limpiado las aguas del Río Sonora luego del derrame de 40 mil metros cúbicos de solución ácida de cobre de la mina de Cananea.
En un promocional de 1:40 minutos, Grupo México destaca los 130 millones de litros de agua entregados en las comunidades afectadas, y la limpieza realizada a 250 kilómetros del Río Sonora.