Ezequiel Flores Contreras
Proceso
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Integrantes del magisterio disidente, normalistas y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos marcharon esta mañana sobre el carril norte-sur de la autopista Del Sol para conmemorar el 40 aniversario de la muerte del líder guerrillero Lucio Cabañas, egresado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
Además, hicieron un llamado a la sociedad para que siga protestando en todo el país con el fin de exigir la presentación con vida de los normalistas desaparecidos a manos de la Policía Municipal de Iguala hace más de dos meses, y aseguraron que seguirán marchando pese al “cansancio” del gobierno federal.
Durante un mitin frente a la sede del Poder Ejecutivo local, los manifestantes reprocharon la criminal indolencia gubernamental frente al caso Ayotzinapa y lanzaron consignas contra el Ejército.
También reprobaron la “sospechosa actitud” de los soldados del 27 Batallón de Iguala, acusados de permitir la masacre y desaparición de los normalistas, deportistas y civiles a manos de policías municipales y sicarios al servicio del grupo delictivo Guerreros Unidos.
Por aproximadamente media hora los manifestantes bloquearon los cuatro carriles de la autopista Del Sol y acusaron a los militares de ser comparsa del narcotráfico y políticos coludidos con la delincuencia organizada.
Marchan sobre la autopista Del Sol por caso Ayotzinapa. Foto: Germán Canseco
Los padres de los normalistas desaparecidos reprocharon la actitud de los elementos del Ejército porque en lugar de intervenir para frenar la barbarie, “permanecieron escondidos en su cuartel y salieron sólo para agredir a los normalistas que sobrevivieron a la campaña de exterminio realizada por autoridades y delincuentes”, apuntaron.
De igual manera, criticaron la actitud “omisa e indolente” de las autoridades federales frente a la narcopolítica que –aseguraron– ha sumido a Guerrero en la ingobernabilidad, violencia e impunidad.
Tras dejar la autopista, la marcha avanzó hacia el sur de esta capital, donde estudiantes y docentes lanzaron piedras contra el Congreso local, cuyas instalaciones fueron quemadas el pasado 12 de noviembre por integrantes del magisterio disidente.
Poco después el contingente arribó a la sede del Poder Ejecutivo, que minutos antes fue desalojado de manera abrupta.
Los padres de los estudiantes desaparecidos encabezaron un mitin alrededor de las 2 de la tarde en la explanada del edificio gubernamental, que también fue incendiado por los normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que exigen la presentación con vida de sus compañeros.
El vocero de los familiares de las víctimas, Felipe de la Cruz, pidió una disculpa a la ciudadanía por las afectaciones provocadas, pero también comprensión.
Enseguida, un integrante de la dirigencia estudiantil de Ayotzinapa expresó: “Lamentamos afectar la estabilidad de la ciudadanía, pero el gobierno no hace nada por buscar a nuestros compañeros. Se trata de vidas humanas y no podemos ser indiferentes”.
Añadió: “Los normalistas de Ayotzinapa pueden resignarse a la reducción de la matrícula y el presupuesto público para financiar el internado de este plantel de nivel superior, pero nunca dejar que nuestros compañeros sigan desaparecidos”.
Luego hizo un llamado a las organizaciones sociales que se han solidarizado con el movimiento para que enfoquen su demanda en la presentación con vida de los normalistas.
No es tarea fácil, dijo, porque el gobernador interino Rogelio Ortega ha empezado a repartir dinero para dividir el movimiento.
El dirigente estudiantil hizo esa declaración a raíz de las reuniones que ha sostenido el dirigente de Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), Reyes Ramos, con autoridades federales y estatales, con el objetivo de exhibir la división en la estructura del magisterio disidente.
Otro padre de un normalista desaparecido pidió la solidaridad de la sociedad, porque ellos, advirtió, no van a descansar hasta encontrar a sus hijos. Expresó que si es necesario salir a las calles diariamente, así lo harán, pese al “cansancio” de las autoridades federales.
En respuesta se escuchó el grito: “No están solos, no están solos”.
Y aquéllos remataron: “Si 43 familias van a pasar una Navidad sin sus hijos, el gobierno no va a festejar nada este mes”.