Pedro Matías
Proceso
OAXACA, Oax. (apro).- El pintor Francisco Toledo se dijo harto del “terrorismo fiscal” y decidió donar al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) su centro de Artes Gráficas de esta entidad (IAGO).
Indignado porque el gobierno de Gabino Cué embargó las cuentas bancarias del IAGO para saldar un adeudo de 863 mil 43 pesos, Toledo se quejó de que exservidores públicos como el exgobernador Ulises Ruiz Ortiz haya cometido un daño patrimonial superior a los 4 mil millones de pesos y nunca se haya molestado y menos encarcelado al priista.
Al recordarle que la víspera tribunales exoneraron en definitiva por enriquecimiento ilícito a Raúl Salinas de Gortari, el artista se limitó a señalar que “hay gente que pesa y gente que no pesa como yo”.
Toledo recordó que en julio pasado dijo a Cué Monteagudo que “hemos trabajado 25 años para la cultura en Oaxaca y, si este lugar ha cambiado, es gracias a las instituciones que se abrieron a partir del IAGO, y en reciprocidad no ha habido ningún gesto amistoso, por el contrario, hay poca sensibilidad y, la verdad, ya estoy harto”.
En “Oaxaca –insistió– no es el mismo porque ahora es reconocido en el mundo por el IAGO, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Museo de Arte Contemporáneo, el Pochote, el Centro de las Artes de San Agustín, el Taller Arte Papel Oaxaca, la biblioteca Jorge Luis Borges, aparte de que han llegado galerías, se han abierto museos y restaurantes a partir de este movimiento cultural”.
Apenas ayer el gobierno estatal argumentó que el contador del IAGO omitió solicitar la condonación a la que tenían derecho, por lo que se procedió al embargo y cobro de cuentas bancarias para saldar un adeudo de 863 mil 43 pesos por conceptos de recargos y actualizaciones.
El pintor consideró que “es una torpeza de parte de ellos (Gabino Cué y el secretario de Finanzas, Enrique Arnaud Viñas), pues si nosotros asumimos nuestra culpa, eso nos debería dar una posibilidad ante Hacienda de decir que le vamos a dar un trato diferente, debido a que no somos una empresa, lo único que hacemos es administrar el dinero del instituto y mío propio, así como el dinero de las ventas de la tienda”.
“Yo no sé qué pretenden; a lo mejor quieren darnos una lección de orden y honradez, pero no hay nada más que un descuido de un pobre contador que no supo hacer su trabajo o hizo las cosas para perjudicarnos”, agregó.
Por lo pronto, adelantó que el IAGO ya pagó todas las multas y ahora debe tener en regla todos los papeles antes de entregar al INBA la administración, las casas y el acervo al centro de artes.
El también premio nacional de Ciencias y Artes confirmó que “tuvimos que liquidar a todos los trabajadores porque el INBA los va a recontratar y nuestros fondos están hasta el fondo”.
Esta decisión, detalló, se adelantó por el embargo de sus cuentas bancarias, aunque ya está realizando su testamento porque “no puedo dejar esto sin darle ya una solución, o arreglarlo de tal manera que esto que ha dado un servicio de 25 años al estado, siga, y pienso que va a seguir bien con el INBA, y ya decidirá éste si se alía con el gobierno del estado”.
Al preguntarle si su testamento tiene que ver con alguna enfermedad que lo aqueje, el artista respondió que “es por tener orden y porque tengo 75 años, y en mi familia no hay longevos, por eso estoy poniendo un poco en orden a esto”.
