Armando G. Tejeda
La Jornada
Madrid. Un empresario arruinado, del que se desconoce hasta ahora su identidad, estrelló su vehículo particular, que llevaba cargado con dos tanques de gas, contra la sede central del Partido Popular (PP). El acto, de carácter individual y que, según la policía, “no tiene el cariz de un acto terrorista”, sólo provocó daños materiales en el inmueble de la formación política, en la que se reforzó la seguridad y se acordonó la zona para analizar los hechos.
Policías realizan guardia a la entrada del Partido Popular en Madrid. Foto Reuters
Alrededor de las siete de la mañana, en un acto de “desesperación” ante la deriva de la economía española y las consecuencias en sus propias empresas -arruinadas y obligadas a cerrar-, el empresario decidió estrellarse con su vehículo y emular a los “kamikazes” islamitas, al fabricar una pequeña bomba casera con dos tanques de gas que la Policía Nacional analizaron el interior del coche, ya que según el propio empresario detenido éste tenía 15 kilos de explosivos preparados para activarse a través de un temporizador. Lo que fue descartado una hora después por los agentes.
España está sumida en una crisis económica desde el 2009, si bien desde la llegada al poder del PP y de su mandatario, Mariano Rajoy, se ha intensificado la carga fiscal contra las empresas y contra los contribuyentes en general. Además, se ha agudizado la pobreza y no se ha detenido el aumento del desempleo, que se sitúa por encima del 24 por ciento de la Población Activa, lo que se traduce en más de cuatro millones 500 mil personas.
De hecho, el último informe económico del Instituto Nacional de Estadística confirmó que las familias españolas en las que no se percibe ningún ingreso ya superó las 740 mil, mientras que las familias que tienen a todos sus miembros sin empleo, pero sí perciben alguna ayuda pública, alcanzó casi los dos millones. En este periodo de crisis se han cerrado 300 mil pequeñas y medianas empresas. Otra consecuencia de la crisis es el aumento de la pobreza -uno de cada cinco ciudadanos está en riesgo de exclusión social- y de la desnutrición infantil, que ha vuelto a convertirse en un problema en España.