Rector priista de la BUAP dio la espalda a alumnos reprimidos por Peña y Moreno Valle; comunidad estudiantil lo repudia

Gabriela Hernández
Proceso

PUEBLA, Pue. (apro).- Con una marcha, estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) reclamaron al rector Alfonso Esparza Ortiz el haberles “dado la espalda” cuando fueron objeto de una represión policiaca por manifestarse en contra de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle.

“Lo que pedimos es que el rector dé la cara y, si no, mejor que se vaya”, demandaron los estudiantes al censurar la postura que mostró la rectoría en relación con los hechos ocurridos el lunes 19, cuando tres estudiantes fueron detenidos por participar en una manifestación pacífica.

Los jóvenes resaltaron que, mientras la BUAP los criminalizó y los acusó de cometer actos vandálicos, la Universidad Iberoamericana no sólo les abrió las puertas de sus instalaciones para que pudieran resguardarse de la agresión policiaca, sino que además les brindó apoyo psicológico, legal y los contactó con la CNDH.

“La BUAP emitió dos comunicados, uno para deslindarse de los hechos y otro para decir que había prestado apoyo con sus abogados, lo cual fue una mentira porque nunca intervinieron”, dijo uno de los jóvenes que participaron en la marcha, la cual partió del Centro Universitario y llegó hasta el edificio Carolino, sede de la rectoría, donde encontraron las puertas cerradas.

Los estudiantes denunciaron que la detención de Shariff Guerrero, Edgar Juárez y Gustavo Reyes, por parte de la policía poblana, fue más bien un “secuestro”, ya que no había elementos para fincarles cargos, también dijeron que estudiarán la posibilidad de presentar una denuncia contra quien resulte responsable de los hechos.

El lunes, unos 200 estudiantes de la BUAP organizaron una marcha que trató de llegar hasta un acto en el que el presidente Peña Nieto y Moreno Valle inauguraron la remodelación del Hospital del Niño Poblano, pero fueron bloqueados por policías estatales y municipales.

Los inconformes aclararon que en ningún momento se secuestraron camiones para trasladarse del CU a la zona del acto presidencial, ya que pagaron pasaje a las unidades que los llevaron.

Primero, narraron, policías estatales bloquearon una caravana de vehículos, lo que obligó al contingente a dividirse en dos grupos. El más numeroso fue “encapsulado” por policías en las instalaciones de la Preparatoria “2 de Octubre”.

En tanto, otro grupo de unos 25 jóvenes se pudo acercar hasta unos 200 metros del lugar donde se llevaba a cabo el acto oficial que era encabezado por Peña Nieto.

“Cuando los policías nos bloquearon el acceso, lo que hicimos fue ponernos a gritar consignas, fue lo único que estábamos haciendo, gritar ‘Fuera Peña, fuera Peña’, ‘Fuera Vale, Fuera Valle’”, relató un joven, “en ningún momento se aventaron piedras ni se agredió a los policías”.

“Cuando nos percatamos, después de 10 minutos de estar lanzando nuestras consignas, atrás de nosotros estaban alrededor de seis patrullas y diez motocicletas y empezaron a llegar unos 50 granaderos que fueron los que nos empezaron a concentrar a la entrada de la Universidad Iberoamericana”, agregó.

En ese momento fue cuando la policía detuvo a Shariff Guerrero, estudiante de la Facultad de Cómputo, y a Edgar Juárez, de Química.

“Ya no era quién la hacía, si no quién la pagaba”, narró uno de los estudiantes, “porque no sólo nos agredieron a nosotros, sino también a compañeros de la Ibero que estaban a la entrada”.

Ante esa situación, personal de seguridad de la Ibero les abrió las puertas. Alrededor de 12 jóvenes fueron resguardados en uno de los salones por otros estudiantes, que les advirtieron que no podían salir porque las dos entradas al plantel de la universidad particular estaban vigiladas por policías estatales.

Fue hasta alrededor de las cuatro de la tarde que los custodiaron hasta el centro histórico para entregarlos a sus familiares.

“En ningún momento el bufete jurídico de la BUAP se acercó a ofrecer ayuda, en ningún momento la BUAP se pronunció respaldándonos, sin embargo, la universidad Ibero emitió un comunicado donde nos respalda a nosotros como estudiantes, poniéndonos antes de sus propios estudiantes, diciendo siempre que fue una manifestación pacífica”, reclamó uno de los participantes.

Virtual secuestro

Shariff Guerrero narró que, junto con Edgar Juárez, primero fue retenido en la patrulla por alrededor de 40 minutos hasta que después los llevaron a las instalaciones de la PGJE.

“Dijeron inicialmente que era una falta por perturbar el orden, olvidándose del derecho constitucional que tenemos a la protesta”, reclamó.

“Cuando nos llevaron a la Procuraduría, nos dijeron que llegando ahí ya se consideraba como penal porque había una parte afectada, preguntamos que quién era la parte afectada, nos dijeron que era la parte de gobierno, que porque andábamos intentando hacer algo en contra de ellos”, agregó.

En ese lugar, dijo que los tuvieron sentados entre cuatro y cinco horas, hasta que los llevaron al juzgado calificador del centro, en donde les dijeron que los acusaban de una falta administrativa, pero por “presunta inocencia” quedaban libres sin cargo.

Eso fue alrededor de las seis de la tarde, por lo que ambos jóvenes estuvieron retenidos por unas seis horas sin que se especificara que hubieran cometido algún ilícito.

Igual narró Gustavo Reyes, estudiante de la Facultad de Arquitectura, quien fue apresado horas después cuando los jóvenes hicieron otra marcha para reclamar ante la PGJE por la presentación de los dos detenidos.

El joven contó que lo primero que le preguntaron los granaderos que lo interceptaron si era estudiante de la Iberoamericana. “Les dije que no, que era de la BUAP, y me dijeron si no eres de la Ibero, ahorita te vas”.

Pero el joven no fue liberado, fue retenido igual por alrededor de cuatro horas en las que sólo le dijeron que estaba acusado por “marchar”. Luego sólo le dijeron que se podía ir, sin más.

Los estudiantes denunciaron que antes de realizar la protesta fueron intimidados por patrullas de policías en las inmediaciones del CU, así como por personal de seguridad universitaria, elementos que usan grupos de choque como el Movimiento Estudiantil Espartaco.

Una joven estudiante de la Preparatoria Lázaro Cárdenas narró que por la mañana llamaron por teléfono a su madre para decirle que a su hija la había levantado porque “no le bajaba a su desmadre”.

Ante esto, responsabilizaron al rector Esparza Ortiz y al gobierno de Moreno Valle de lo que pueda pasar a cualquier integrante de la Asamblea Universitaria o de los participantes en las protestas.

Los estudiantes reclamaron a la BUAP que se lleve a cabo una asamblea universitaria extraordinaria en la que se les permita a los estudiantes tener voz, que se garantice el respeto a su derecho de manifestarse y a su seguridad.

Fuente

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