Martín Hernández Alcántara
La Jornada
En el auditorio municipal de Zoquiapan, cientos de representantes de 13 municipios de la Sierra Norte de Puebla –entre los que había autoridades civiles– expresaron su rotundo rechazo a una consulta sobre la instalación de minas, hidroeléctricas y proyectos de hidrocarburos, argumentando que resulta que ahora se quiere preguntar a los pueblos su punto de vista, cuando el territorio ya ha sido concesionado.
El sábado pasado al mediodía se celebró una asamblea en la que participaron el coordinador de la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo (PT) en el Senado de la República, Manuel Bartlett Díaz; la presidente del Comité Directivo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Puebla, María Luisa Albores González; el edil anfitrión, de Zoquiapan, Kenny Hernández González, y su homólogo de Tuzamapan de Galeana, Miguel Cano Juárez, respectivos militantes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Pero esa pluralidad de militancias, que en el terreno político resultan hasta antagonistas, no se debía a un asunto de pacto por el poder ni mucho menos. Las autoridades, dirigentes políticos y representantes populares estaban en el presídium con otros tantos luchadores sociales, líderes comunitarios y ciudadanos de a pie, quienes han formado un frente robusto para impedir que la minería o cualquier otra industria que ponga en riesgo sus formas de vida se asiente en la Sierra Norte.
En efecto, estaban presentes vecinos y originarios de Atlequizayán, Jonotla, Cuetzalan del Progreso, Huehuetla, Huitzilan de Serdán, Nauzontla, Zacapoaxtla, Zozozolco de Hidalgo, Xochitlán, Tlatlauquitepec, Zapotitlán de Méndez y, por supuesto, Zoquiapan.
El propósito de la reunión fue el de enviar un mensaje a las compañías que codician los recursos naturales de la región y concretamente al «gobierno» federal y estatal, que ahora intentan promover una consulta para preguntarle a la gente de la zona si está o no de acuerdo en que su territorio sea explotado.
En los discursos de todos los participantes fue un rechazo contundente a la consulta, basándose en un argumento lógico: “¿Por qué nos quieren ahora preguntar si queremos o no, si ya dieron las concesiones para que esas empresas vengan y hagan lo que quieran? ¡Nosotros no se los vamos a permitir!”, expresaron en diversos tonos.
Otra exigencia fue el cese inmediato de los hostigamientos y amenazas que han sufrido los líderes visibles de la resistencia a minas e hidroeléctricas en la región.
Los participantes dejaron claro que no tienen miedo y que incluso están dispuestos a empeñar la vida, si es necesario, para impedir que sus comunidades sean invadidas por compañías transnacionales, cuyo único fin es el lucro y que no tienen el menor interés en la vida de los pueblos a los que pretenden engañar.
Sí hay victorias
Para dar constancia de que su lucha no está condenada a la derrota, como han pregonado emisarios de las compañías e incluso algunos funcionarios gubernamentales, a través de un manifiesto que fue leído durante el acto, los 13 pueblos recordaron algunas de sus más recientes victorias.
Mencionaron la oposición que logró que la empresa transnacional más importante de supermercados, Walmart, no se instalara en Cuetzalan del Progreso. También se impidió que el gobierno del estado, que encabeza el panista Rafael Moreno Valle Rosas, no realizara su proyecto piloto de Ciudades Rurales –que a la postre resultó un absoluto fracaso– en San Miguel Tenextatiloyan; también, ante el embate de Frisco para explotar la mina Espejeras, surgió la asociación civil Tetela Hacia el Futuro, que ha logrado contener las ambiciones del magnate Carlos Slim Helú por aprovechar a cielo abierto los yacimientos de oro y plata en ese municipio.
También trajeron a la memoria la expulsión de la firma china JDC Minerales, que pretendía explotar la mina La Lupe y fue echada por el pueblo de Zautla. Asimismo, mencionaron la resistencia valiente que hicieron pobladores de la junta auxiliar Ignacio Zaragoza y que hicieron desistir al poderoso Grupo México de construir una hidroeléctrica en su territorio.
Hubo también alusiones a las prácticas corruptas e inmorales que suelen acostumbrar los consorcios para hacerse de los predios o riveras que ambicionan.
Desde el micrófono los oradores instaron al auditorio a no ceder ni un milímetro de tierra y a no venderse o comprometerse como cuando hay elecciones y la necesidad o la falta de interés o compromiso con una causa o militancia partidista, los hace comercias con su sufragio.
Todos le pidieron a Bartlett Díaz que transmita en la Cámara Alta del Congreso de la Unión su sentir e indignación por los atropellos que se les han cometido
No hay partidos
María Luisa Albores González, quien también es asesora de la Sociedad de Cooperativas Tosepan Titataniske, resaltó en todo momento que, a pesar de que había militantes, dirigentes y autoridades de diferentes expresiones políticas, el acto era ajeno a cualquier asunto partidista, pues la defensa del territorio y de la vida, “es cosa de todos, y cuando vengan las empresas no van a preguntar por qué partido se está, todos debemos estar juntos, unidos”.
En esa lógica explicó que, además de la batalla que se debe librar en la Sierra Norte para evitar que los llamados “proyectos de muerte” o megaproyectos se instalen, los habitantes de esa región de Puebla también están obligados a participar en la defensa de los recursos que la reforma energética impulsada por Enrique Peña Nieta y los integrantes del malogrado Pacto por México –PRI, PAN y PRD– entrega en bandeja de plata a los capitales extranjeros.
La dirigente del Morena en la entidad instó a los presentes a aportar su rúbrica para solicitar formal y legalmente la realización de una consulta pública que se empate con los comicios de 2015 para preguntarle a los mexicanos si están de acuerdo en que el petróleo sea aprovechado por manos extranjeras.
En su turno al micrófono, el senador Manuel Bartlett Díaz celebró la unidad y la firmeza que tienen los habitantes de la región para defender su territorio y se comprometió a luchar por su causa desde su escaño.
No obstante, advirtió que aun más grave que el saqueo que se plantea con los negocios de minas e hidroeléctricas es la entrega de la soberanía nacional que los “traidores a la patria” aspiran a ejecutar con la aprobación de las leyes secundarias que se derivan de la constitucional en materia energética.
Por eso, exhortó a todos a participar en la reforma energética y a no dejarse avasallar por los megaproyectos.