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Un estudio hecho por el Center for Automotive Research sobre el impacto de la firma en la economía de EU arrojó la cifra de US5,900 millones anuales en sueldos.
Hyundai se instalará en Nuevo León. La inversión de 1,500 millones de dólares, que fue cortejada por Baja California, Guanajuato y Jalisco será para los neoleoneses. La cercanía con Estados Unidos y la conectividad ferrocarrilera fueron definitivas en la decisión de los coreanos. Todo parece indicar que la sede estará en el interpuerto Monterrey, en el municipio de Salinas Victoria, a 180 kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
La gira del gobernador Rodrigo Medina a Corea del Sur fue el último metro del esfuerzo de promoción. Allí se reunió con el presidente de Hyundai Motors, Chung Mong Koo. Para esa entidad era clave dar un golpe para ratificar su candidatura al liderazgo en la industria automotriz, luego de los espectaculares resultados de Guanajuato y Aguascalientes. Nuevo León produce 30% de las autopartes de México y es líder nacional en la producción de camiones, pero llevaba un tiempo perdiendo la competencia en la nueva ola de inversiones automotrices.
La ampliación de Nissan fue para Aguascalientes. Mazda y Honda se decidieron por Guanajuato. Audi enfiló para Puebla y BMW a San Luis Potosí. Los 1,500 millones de la armadora coreana serán la mayor inversión en Nuevo León, superando los 1,000 millones de la acerera Ternium. Hyundai producirá 300,000 vehículos en su planta de Nuevo León. Inicialmente se concentrará en dos autos pequeños, que irán casi en su totalidad al mercado estadounidense, donde la demanda ha rebasado la capacidad de sus plantas ubicadas en Alabama y Georgia.
Los estudios de factibilidad para instalarse en México comenzaron desde el año 2010, pero no pasaron a una etapa de definición sino hasta principios del 2014. El CEO de la compañía, Chung Mong Koo, estuvo dubitativo respecto a la pertinencia de abrir una nueva planta de producción. Sus reservas se tradujeron en un congelamiento de cualquier proyecto nuevo, que duró casi tres años. Tenían que ver con los riesgos de calidad asociados a un crecimiento muy agresivo en la capacidad de producción. Algo parecido le ocurrió a su gran rival, el japonés Toyota, en la década del 2000.
Los analistas de la industria advertían que Hyundai perdería participación de mercado en Norteamérica en caso de no incrementar su capacidad de producción en la región. Esta empresa coreana es también productora de los vehículos que llevan la marca Kia. Está en el top 5 de autos más vendidos en Norteamérica. En los rankings de calidad es el número uno, fuera de las marcas prémium.
Junto con la fábrica de Nuevo León, cuyos primeros vehículos saldrán de la fábrica hasta el año 2016, Hyundai construirá una planta en el sudoeste de China. Con esto se consolidará como uno de los cuatro mayores productores del planeta. Sólo está detrás de Toyota, General Motors y Volkswagen.
La derrama económica que traerá Hyundai a Nuevo León rebasa ampliamente la inversión inicial de 1,500 millones de dólares. Vendrán sus proveedores Tier I y Tier II y, quizá, traiga también un centro de diseño, parecido al que ahora tiene en Italia. Un estudio hecho por el Center for Automotive Research sobre el impacto de Hyundai en la economía de Estados Unidos arrojó la cifra de 5,900 millones de dólares anuales en sueldos y alrededor de 33,000 empleos. ¿Queda claro por qué había tantos competidores por esta planta?