Santiago Igartúa
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Barricadas hechas con botes de basura metálicos y llantas de camión quemadas, pintas en muros y señales, ladrillos pulverizados en las calles, vidrios de botellas y del automóvil del agente judicial que disparó en contra de su comunidad y un enorme operativo policiaco en sus alrededores, son algunos de los vestigios del ataque del sábado que hasta este lunes aún se encuentran en Ciudad Universitaria.
La entrada principal de la Torre de Rectoría está bloqueada por tablones con consignas anarquistas, custodiada por una docena de jóvenes, algunos con el rostro cubierto.
“Rectoría y Estado, terrorismo generalizado”; “Comunismo o muerte”; “El Kaos comenzó. No hay vuelta atrás”; “Fuera Narro y Policía de la UNAM”, se lee.
Bloquean acceso a la Rectoría de la UNAM. Foto: Eduardo Miranda
No se sabe cuánto tiempo pretenden mantener el bloqueo. Inaccesibles los ocupantes a la prensa, se limitaban a informar que a las dos de la tarde se realizaría una conferencia de prensa en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), donde la vulneración policial a la autonomía de la UNAM, en complicidad con autoridades universitarias, terminó con un balazo en la pierna de un joven y cerca de 500 granaderos apostados en los accesos de la Universidad Nacional.
En la entrada de la escuela, una “comisión de seguridad”, identificados sus integrantes con paliacates verdes en los brazos, garantizaban la seguridad de los reporteros en la puerta de la facultad. No así a las afueras del auditorio Che Guevara y a la entrada de la Rectoría.
“Nosotros vamos a hablar como miembros de la asamblea de la FFyL. Ellos (los jóvenes que se mantienen en el auditorio y la Rectoría), son de otros grupos”, aclararon decenas de estudiantes de Filosofía y Letras con credencial en mano antes de dar inicio a la conferencia, que improvisaron desde un par de escritorios al pie de la facultad, como una muestra de “fuerza” y en repudio a los acontecimientos “alarmantes” del sábado.
“Debido a lo abrupto de los acontecimientos tan graves que acontecieron el fin de semana, y que lamentablemente se insertan en una serie de violaciones a la autonomía y de hostigamiento contra el movimiento estudiantil que se ha vivido durante las últimas semanas, decidimos lanzar esta conferencia, pero no hemos tenido oportunidad de hacer asamblea, por lo que no podremos responder a sus preguntas”, comenzó el estudiante Emiliano Castro.
Pasó la palabra a su compañero Alan Aguilera, quien denunció hechos de hostigamiento previos en la facultad, hace un par de semanas, durante una asamblea celebrada el jueves 30 de octubre en el jardín Rosario Castellanos.
Ese día, los jóvenes descubrieron una serie de “filmaciones ilegales de la autoridad contra las asambleas estudiantiles de la FFyL de la UNAM, en el contexto del caso Ayotzinapa”.
A las 18:30 horas de ese jueves, relató Aguilera, se percataron que desde el primer piso de la Torre I de Humanidades una cámara de mano sobre un tripié apuntaba hacia su asamblea.
Notificaron lo sucedido a la directora de la Facultad, la doctora Gloria Villegas, y consiguieron la cámara, inventariada por la UNAM. Más tarde se enterarían que el secretario administrativo de la Facultad, Dr. René Aguilar, habría dado la orden de poner la cámara. Al descargar su contenido encontraron 34 videos de conferencias de prensa, asambleas y encuentros entre estudiantes y autoridades, desde septiembre de 2013; 12 archivos sobre asambleas por Ayotzinapa y videos para vigilar el techo del auditorio Che Guevara.
Al pedir una explicación a la dirección, cuentan los estudiantes, el secretario administrativo argumentó que grababan para guardar la integridad física de los estudiantes, “por si alguien se desmayaba”.
Ante los ataques a su comunidad, los jóvenes exigieron a las autoridades “realizar una investigación inmediata, exhaustiva e imparcial sobre los actos de vigilancia ilegal a los miembros de la asamblea, respondiendo quién y por qué ordenó que sean grabadas las asambleas estudiantiles y sus reuniones sin que la comunidad estudiantil tenga conocimiento de ello; cuál es el objetivo y qué destino tienen las grabaciones”, y sancionar a los responsables.
Exigieron también la renuncia de la directora de la Facultad, Gloria Villegas; del secretario administrativo, René Aguilar; del secretario general, Javier Torres y de otros dos empleados administrativos.
Federico Sánchez Arteaga, trabajador administrativo de la FFyL y miembro del STUNAM, tomó la palabra:
“Rechazamos la violencia, provenga de donde provenga. No vamos a caer en los actos de provocación que sigue montando este gobierno, del nivel que sea. No nos vamos a intimidar. Hasta que aparezcan nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa. El movimiento sigue.
“Exigimos la defensa de la autonomía universitaria. A todos los sectores que integramos esta universidad, y la sociedad misma, le corresponde defender la autonomía universitaria que tanto costó lograr”, concluyó el trabajador.