Arduo camino para el IPN rumbo al Congreso Nacional Politécnico, luego de firmar «acuerdos» con delincuentes

Se muestran relajados y alegres pero insisten en la necesidad de mantenerse vigilantes.

Arturo Sánchez y Emir Olivares
La Jornada

La firma de los acuerdos alcanzados por Asamblea General Politécnica (AGP) y el gobierno federal es apenas la primera etapa de un movimiento que pasará de los paros de actividades y las marchas a la organización del Congreso Nacional Politécnico (CNP). Así lo consideraron 10 representantes estudiantiles que participaron en las negociaciones con el gobierno, quienes fueron entrevistados luego de que se dieron por concluidos los trabajos de la mesa de diálogo el viernes pasado.

«Los resultados que obtuvimos son históricos, son una prueba de que la movilización funciona. Esta primera etapa se sustentó en la fuerza que da la movilización política; ahora viene otra, con las escuelas abiertas», comentó César López, de 23 años, estudiante de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Tecnología Avanzadas (UPIITA). Para él volver a las clases no significa que el movimiento estudiantil se vaya a descuidar: «La escuela siempre ha sido difícil y exige esfuerzos y desvelos. Tendremos que redoblar esfuerzos y confiar en las generaciones que vienen, que serán más capaces y valientes que nosotros; ellos serán quienes concluirán esta lucha».

Al finalizar el diálogo con el gobierno, el cual implicó no únicamente las 10 sesiones plenarias de discusión en el auditorio Alejo Peralta, sino también varias reuniones para redactar acuerdos y largos debates en la AGP y en asambleas locales, los representantes se notaban contentos. Luego de la firma de los acuerdos, decenas de alumnos presentes en el auditorio se acercaron a los jóvenes integrantes de la mesa de diálogo para tomarse fotografías con ellos.

Y entre foto y foto, Zamantha López, alumna de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi), comentó a este diario: «En el aire se ve que hay esperanza, pero no debemos confiarnos. Es el momento en el que todos los politécnicos, los que participamos en el movimiento y los que estaban en contra, salgamos; se necesita que toda la comunidad politécnica luche por la materialización de los acuerdos».

Rodrigo Díaz, quien a sus 20 años actuó como coordinador de los representantes estudiantiles en la mesa de diálogo y quien está matriculado en la Escuela Superior de Turismo, opinó que con lo hecho hasta ahora por el movimiento del IPN «le hemos dado una gran lección a la sociedad: que podemos manifestarnos de forma pacífica y que así podemos conseguir lo que queremos».

“No tenemos nada que ocultar –agregó Alfredo Rivas Catáneo (22 años), de la Unidad Interdisciplinaria de Ingenierías Zacatecas–. Somos estudiantes legítimos con demandas legítimas y no tenemos ninguna razón para no dar la cara”.

Aún queda mucho trabajo, dijeron otros representantes. Juan Alfredo Hernández, quien cursa sus estudios doctorales en la ENCB, comentó que «viene un camino arduo y largo rumbo al Congreso Nacional Politécnico. El gobierno federal no respeta las leyes ni los acuerdos, así que lo único que va a lograr que se concrete todo es la organización». Juan Héctor Hernández Mireles, de 19 años, estudiante de la Escuela Superior de Medicina y Homeopatía, lo secundó: «Ahora toca materializar todos los acuerdos mediante la organización».

Daniela Valderrábano tiene 16 años, estudia en la Vocacional 6, y también lo considera así: «Es un paso en medio de una gran lucha. Estar organizados y tener un sistema en el que se escuchó siempre a las bases es parte de lo que contribuyó a conseguir el principio el éxito de este movimiento».

Para Enrique Hernández (28 años), estudiante de maestría en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ha sido un honor participar del movimiento, pero considera que lo importante aún no ha llegado. «Si bien avanzamos, aún no hemos resuelto el problema de raíz en el IPN: sus estructuras verticales y corruptas. Vamos a modificarlas y para eso vamos al CNP».

Abraham de la Cruz, 23 años, de la Escuela Superior de Economía, afirmó que: «Sabemos que en una lucha es imposible ganarlo todo, pero en este caso terminamos con mucho a nuestro favor, a favor, sobre todo, de los estudiantes, y de todos quienes forman parte de la comunidad del IPN».

«Ve la dicha y la hermandad que hay en la escuela en este momento: no puede ser mejor. A partir de esto vamos a organizar un mejor Politécnico», dijo, por su parte, Froylán Juárez Matus, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Tecamachalco.

Entrevistado en el mismo contexto, Enrique Fernández Fassnacht, director del IPN, dijo: “Yo podría decir que estaba muy cómodo en Anuies, pero me entregaré por completo al reto de hacer algo por mi primera alma mater”.

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