ÉSTA ES LA REALIDAD EN TODO EL MUNDO. Asesinatos de activistas, ambientalistas y luchadores sociales que tratan de salvar al planeta de las garras de las criminales empresas trasnacionales. ¿Ahora sí queda claro quiénes son los peores enemigos de la humanidad? ¿SE ENTIENDE YA LA NECESIDAD DEL BOICOT ENÉRGICO Y PERMANENTE CONTRA LAS CORPORACIONES GENOCIDAS?
Redacción Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de Honduras (CODEH), Hugo Maldonado, informó que la activista indígena Berta Cáceres –una de las fundadoras el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas del país centroamericano (COPINH)– fue ejecutada en su propio domicilio localizado en la ciudad de La Esperanza, departamento occidental de Intibucá.
De acuerdo con Maldonado, los hechos ocurrieron en los primeros minutos de este jueves, cuando sujetos armados llegaron al domicilio de Cáceres y le dispararon en repetidas ocasiones
En 1993, cuando se fundó el COPINH, la activista indígena lideró manifestaciones en defensa del medio ambiente. Se opuso a la construcción de proyectos hidroeléctricos en el occidente de su país por considerar que atentaban contra los recursos naturales, y también encabezó protestas contra el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente hondureño, Manuel Zelaya.
Miembro de la etnia lenca y madre de cuatro hijos, Cáceres recibió en 2015 el Premio Medioambiental Goldman por su lucha en defensa de los recursos naturales en el occidente de Honduras.
La coordinadora del COPINH ya había denunciado en varias ocasiones amenazas de muerte contra ella y familiares suyos.
Tras el asesinato de la dirigente indígena, uno de sus hermanos, Gustavo Cáceres, pidió hoy al presidente hondureño Juan Orlando Hernández esclarecer el caso y que no quede como uno más en las estadísticas de la violencia en el país, donde cada día se cometen 13 asesinatos, según fuentes oficiales.
En entrevista con representantes de medios de comunicación, Gustavo Cáceres recordó que su hermana tenía medidas cautelares y aun así fue asesinada.
Berta, dijo, “siempre dio la cara” y “nunca utilizó un arma” para protestar, porque “su arma era su voz” para denunciar violaciones a los derechos humanos y la destrucción de los recursos naturales.