Norma Trujillo Báez
La Jornada
El estado de Veracruz ocupa el séptimo lugar nacional en crímenes contra homosexuales con 33 homicidios en 18 municipios, atrás del Distrito Federal con 143 casos, seguido por Michoacán con 77, luego el estado de México con 64, en cuarto lugar, Nuevo León con 54, después Jalisco con 41 y en sexto Yucatán, con 39, de acuerdo con el Informe de crímenes de odio por homofobia México 1995-2008, de Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana AC; la capital del estado destaca con un tercio de los crímenes y el doble de los cometidos en el puerto de Veracruz.
El Informe es producto de la revisión de 71 diarios impresos locales y nacionales, para la identificación de los asesinatos por “odio en contra de hombres homosexuales, de lesbianas y de personas transgénero” se ocupó una metodología que permitió descartar aquellos homicidios perpetrados contra estas poblaciones pero que no respondían a la denominación de “crimen de odio”, que se para los propósitos de este estudio se define como “una ofensa criminal cometida contra una persona, propiedad o sociedad, la cual es motivada, completamente o en parte, por los prejuicios del ofensor por su orientación sexual o su identidad de género”, y sólo incluyen los homicidios.
De este modo, en primer lugar aparece Xalapa con 10 homicidios, Veracruz con cinco, Papantla con dos, y de ahí Martínez de la Torre, Poza Rica, Úrsulo Galván, Minatitlán, Emiliano Zapata, Misantla, Nanchital, Agua Dulce, Alvarado, Teocelo, Tierra Blanca, Ciudad Mendoza, Huatusco, Ángel R. Cabada, Coatzacoalcos y Orizaba con uno cada cual, sin embargo cabe destacar que la revisión hemerográfica es parcial y sólo indicativa, porque sólo retomaron los impresos de Xalapa y Veracruz, pero no incluyeron los diarios de Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos, que hubieran arrojado un cifra más representativa.
La patología del crimen por odio
Del monitoreo hemerográfico que realizó “Letra S” para Veracruz, destaca que 29 fueron contra hombres, dos contra mujeres y dos travesti; 15 ocurrieron en su domicilio, siete en la calle, cuatro en un baldío, dos en una playa, dos en brechas, uno en canal y dos en un hotel. De los 33 crímenes, 20 ocuparon arma blanca, de éstos hubo dos mutilados, siete con heridas múltiples; ocho fueron ultimados a golpes, dos por asfixia y reportan dos suicidios.
Estos datos al compararlos con el Distrito Federal, muestran una tendencia similar, pues arrojó 143 asesinatos de homosexuales, lesbianas y personas transgénero motivados por el odio (la que reporta la mayor cifra de casos de crímenes de odio por homofobia en el país). De esa cifra, 109 fueron cometidos contra hombres, 29 contra personas travestis, transexuales o transgénero y cinco contra mujeres.
La Asociación Civil destaca que de los 86 casos en que las notas periodísticas mencionan la edad de las víctimas, 55 se encontraba en el rango de los 21 a los 40 años de edad cuando fue ultimada; 17 entre los 41 y 50 años; ocho, entre los 15 a 20 años; y seis con más de 50 años. Es decir, se trata en su mayoría de personas jóvenes.
El lugar más común donde se cometieron estos crímenes fue el domicilio de la víctima, y agrega que de los 130 casos que reportan el lugar donde se encontró el cuerpo, el mayor número se halló en el domicilio de las víctimas, 58 casos; seguido por la calle, 44 casos; los hoteles, 15 casos; el lugar de trabajo, siete casos; y otros, seis casos.
Un buen número de los asesinatos, concluye, fueron cometidos con arma punzocortante: 42 casos de 121 que incluyen información sobre la forma como se cometió el delito. La asfixia ocupa el segundo sitio con 27 casos; seguida de los golpes, 26 casos; arma de fuego, 20 casos; y otros, seis casos.
Para entender la homofobia
La orientación sexual se entiende como la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un sexo diferente o de un mismo sexo o de más de un sexo, así como la capacidad de tener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.
La homofobia es definida como la aversión, el temor, el rechazo o el prejuicio contra las personas que no cumplen con el rol de género dominante socialmente, se manifiesta en diversas maneras como puede ser omisiones, silencio, burla, desprecio, exclusión, rechazo, persecución y violencia.
La homofobia puede ser ejercida en los ámbitos personal, interpersonal, institucional y cultural, y, respectivamente, éstos se entienden como el sistema personal de creencias por el cual las diferencias sexuales inspiran odio, compasión o rechazo, la interpersonal es la indisposición o prejuicio personal que afecta las relaciones entre los individuos a causa de la discriminación; la institucional es la forma en que los organismos gubernamentales, empresariales, educativos o religiosos discriminan por orientación o preferencia sexual; la cultural son las normas o códigos de conducta que sin estar inscritos en una ley o reglamento funcionan en la sociedad para legitimar la discriminación en cuanto a preferencias sexuales.
El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) suprimió a la homosexualidad de su lista de trastornos mentales con el reconocimiento de que la orientación sexual no se elige ni se debe intentar modificar. A partir del 17 de mayo de 2005, se instauró como Día Internacional contra la homofobia en remembranza de la histórica supresión por parte de la OMS a la homosexualidad de dicha lista de trastornos mentales. En 2006 Onusida reconoció que era necesario luchar contra la homofobia debido a que si una sociedad es homófoba no hay manera de dar respuesta efectiva a la lucha contra el VIH.
El mismo año, en una reunión de expertos en materia de derechos humanos, se tomaron algunas medidas en contra de la discriminación sexual, las cuales quedaron plasmadas en el documento los Principios de Yogyakarta que rechazan la penalización de la homosexualidad en códigos penales y aseveran que las personas LGBT tienen derecho a la vida, a una vida sin violencia, a privacidad, acceso a la justicia, libertad de expresión, igualdad, personalidad jurídica, seguridad, trabajo, protección, acceso a los servicios de salud y participación en la vida pública entre otros.
A raíz de esto en países como Andorra (2005), Bélgica (2003), Croacia (2006), Dinamarca (2004), Francia (2003), Países Bajos (1992), Portugal (2007), Rumania (2006), España (1996), Suecia (2003), Reino Unido (2004/05) Canadá (1996), Nicaragua (2008), Nueva Zelanda (2002) Colombia (2001) y Uruguay (2003) se ha tipificado que los crímenes de odio basados en la orientación sexual son considerados como una circunstancia agravante.
Un informe mundial sobre las leyes que prohíben la actividad sexual con consentimiento entre personas adultas reporta que en 80 países en el mundo que consideran la homosexualidad como ilegal y que, en cinco de ellos –Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán y Yemen– y en algunos lugares de Nigeria y Somalia, los actos homosexuales pueden ser castigados con la muerte.
La homofobia en México
La homofobia en nuestro país es amplia pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2001 (Segob/IFE), 66 por ciento de los mexicanos no compartiría techo con una persona homosexual. El porcentaje más alto de la lista que incluye a personas con sida 57 por ciento; de otra religión 48 por ciento; de diferente ideología 44 por ciento; de otra raza 40 por ciento.
71 por ciento de los jóvenes no apoyaría los derechos homosexuales. Porcentaje sólo superado por actos partidarios 73 por ciento; y a favor del aborto: 79 por ciento. En cambio, una mayoría, 70 por ciento, sí apoyaría los derechos de los enfermos de sida, o de los indígenas: 85 por ciento, reporta la Encuesta Nacional de Juventud 2000 (Instituto Mexicano de la Juventud/SEP).
El 66 por ciento del personal de salud de hospitales públicos manifestó estar de acuerdo en aplicar la prueba obligatoria del VIH a todos los homosexuales como una medida de control de la epidemia, reporta el Instituto Nacional de Salud Pública en 2004.
Entre 25 y 30 por ciento de los homosexuales recibió, por ese motivo, insultos y fue objeto de burlas y humillaciones durante su infancia y adolescencia, 8 por ciento sufrió violencia física. 41 por ciento de las agresiones vienen de compañeros de escuela, 42 por ciento de desconocidos, 28 por ciento de vecinos y 21 por ciento de hermanos. Pero no sólo los homosexuales sufren la violencia homofóbica, sostiene el Departamento de Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, 2001.
El 13 por ciento ha sufrido discriminación en el trabajo y 9 por ciento en la escuela, el 30 por ciento ha sido sujeto de discriminación por parte de policías, 21 por ciento no lo han contratado en algún trabajo por ser homosexual, al 11 por ciento le han negado el ingreso a una escuela. De cada 10 niños y adolescentes a quienes se insulta peyorativamente como homosexuales, sólo uno tiene esa tendencia.
El 70 por ciento sintió que su homosexualidad hería o abochornaba a su familia, 64 por ciento tuvo que fingir ser heterosexual para ser aceptado y 29 por ciento se alejó de su familia por razones de su homosexualidad, 20 por ciento ha sido acosado por la policía por ser gay, reporta “Discriminación Social y la Salud. El caso de los hombres latinos homosexuales y el riesgo de infección por VIH”.
Además, de las 490 quejas recibidas en 11 años por la Comisión Nacional de Derechos Humanos por motivo de maltrato y discriminación hacia personas que viven con VIH/sida en los hospitales y centros de salud públicos, 60 por ciento correspondería a homosexuales, quienes en sus quejas relatan haber padecido también maltrato debido a su preferencia sexual.
Otro indicador importante es la Comisión Internacional para los Derechos Humanos de Lesbianas y Gays, con sede en San Francisco, Estados Unidos, recibió de 1994 a 1998 116 peticiones de mexicanos gays que solicitaban asilo político aduciendo persecución por motivos de su preferencia sexual. El de gays y de lesbianas es uno de los grupos más numerosos de los 600 mexicanos que han solicitado asilo en Canadá de 1995 a 2000, y que han sido aceptados.
México es el segundo país con mayor índice de crímenes por homofobia en América Latina, sólo superado por Brasil. De acuerdo con la Relación de crímenes por homofobia 1995-2008 con 628 crímenes por homofobia. Sin embargo, algunas estimaciones indican que puede haber un subregistro en que por cada crimen denunciado se cometen otros dos por lo que el estimado de crímenes de odio por homofobia de 1995 a 2008 pudiera ser de 1884.