Fernando Camacho Servín
La Jornada
Diversas organizaciones religiosas participaron en acción de oración por los 43 desaparecidos en Ayotzinapa, en el Zócalo capitalino. Foto Yazmín Ortega Cortés/ LJ
Diversos grupos religiosos iniciaron este martes la Jornada ecuménica de solidaridad con Ayotzinapa #43×43, mediante la cual realizarán un ayuno de 43 horas, en alusión a los estudiantes normalistas que permanecen desaparecidos desde el 26 y 27 de septiembre.
La iniciativa empezó ayer a las 18 horas en el Zócalo capitalino y durará hasta el jueves a la una de la tarde, y en ella habrá «acciones permanentes» de encuentro, solidaridad y oraciones por los jóvenes de Ayotzinapa, a realizarse en una carpa que se instaló cerca del astabandera.
Este miércoles, los participantes en el ayuno se reunirán desde las 16:30 horas en la Estela de Luz para sumarse desde ese punto a la marcha que se realizará de Los Pinos al Zócalo, y a las 9 de la noche llevarán a cabo una nueva velada de oración.
Leticia Gutiérrez, directora general del colectivo Scalabrinianas Misión para Migrantes y Refugiados, indicó que esta acción «dedicada al dios de la esperanza» busca enfatizar que los 43 normalistas de Ayotzinapa forman parte de las miles de víctimas de desaparición forzada que hay en el país.
Sergio Cobo, sacerdote jesuita, llamó a las autoridades no sólo a aprehender «a unos cuantos chivos expiatorios», sino a decir la verdad histórica sobre lo ocurrido en Iguala, pues de lo contrario «llegaremos a un punto de quiebre a nivel nacional: o se descompone más el país por estos crímenes impunes o lo recomponemos».
Por su parte, Ricardo Gallegos, secretario ejecutivo de la organización Iglesias por la paz, enfatizó que esta jornada de ayuno y oración busca «poner el hombro, no ser indiferentes» y visibilizar el conflicto de manera activa.
Arturo Carrasco, pastor de la Iglesia Anglicana, dijo que a pesar de lo terrible de la actual situación nacional, «es momento de hacer un llamado a todas las personas de buena fe, creyentes o no creyentes. Estamos llenos de una indomable esperanza y una alegría tremenda porque sabemos que el mal no va a triunfar».
