La crisis del PRD

Gerardo Fernández Noroña

Fui fundador del PRD con miles de hombres y mujeres libres en el hoy lejano 1989. Yo era uno más entre los muchos que apostamos a ese proyecto de izquierda plural, firme opositor, comprometido, salvajemente democrático y muy irreverente. Contaba con 29 años en el momento de la creación del PRD.

Sin tener ninguna experiencia partidaria me volqué con absoluta pasión en ese proyecto partidario. Milité 19 años de mi vida en él, renuncié en noviembre de 2008 por la imposición de Jesús Ortega en la presidencia nacional que legítimamente había ganado Alejandro Encinas.

A seis años y meses de mi renuncia, me sigue doliendo mucho lo que le pasa al PRD. La crisis que atraviesa es la más seria que haya vivido a lo largo de su historia. La línea colaboracionista que la cúpula del PRD decidió ha favorecido sin duda a Enrique Peña Nieto. Le abrió la puerta para impulsar todas las reformas neoliberales que han postrado aún más al país.

La política colaboracionista y el absoluto «agandalle» del control partidario ha generado en últimas fechas que un gran número de dirigentes de ese partido renuncie a su militancia, creando una sangría muy seria del que ha sido el principal partido electoral de la izquierda mexicana. Las renuncias van desde modestos militantes hasta quien fuera su líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Pero la cúpula de Nueva Izquierda, popularmente conocida como «los Chuchos», sigue actuando como si nada pasara. La grave crisis lejos de llevarle a cuidar a los cuadros políticos que se mantienen dentro del PRD ha agudizado aún más su prepotencia, su arrogancia y su sectarismo. Recién este fin de semana se eligieron los candidatos a diputados plurinominales de ese partido. Todas las corrientes existentes en el PRD logran promover a sus principales dirigentes o cuadros en este tipo de elecciones. Esta vez no ha sido así. La corriente Nueva Izquierda y ADN decidieron quedarse con todas las posiciones seguras para ir al la próxima legislatura federal.

No sólo dejaron fuera a IDN una corriente muy importante en el PRD que encabeza René Bejarano y Dolores Padierna, sino que excluyeron nada menos que al exjefe de gobierno Marcelo Ebrard. La determinación de dejar fuera a este último agudiza la crisis interna del PRD y muestra un nulo nivel de racionalidad política y un avasallamiento torpe, absurdo y suicida.

Como decía mi abuela, tuerto, chueco o derecho, Marcelo Ebrard es uno de los liderazgos más importantes al interior del PRD. Tratarlo con esa inquina y esa prepotencia es francamente un acto político impolítico, valga la paradoja.

Hacer trizas internamente a una figura como la del ex jefe de gobierno es increíblemente irracional. ¿Pretenden presentar a Miguel Angel Mancera como aspirante frente a López Obrador a la presidencia en el 2018 si no logramos cambiar el actual rumbo del país? ¿O están pensando en Jesús Ortega? De ser así, francamente creo que la cúpula perredista anda muy desencaminada.

Los compañeros que encabezan las cinco circunscripciones: Agustín Basave, Jesús Zambrano, Guadalupe Acosta, Luis Maldonado, Hortensia Aragón y Omar Ortega no tienen el capital político que Ebrard, el ex jefe de gobierno. Basave ha participado como candidato a diputado plurinominal en diversas ocasiones desde 2006 sin lograr llegar al Congreso, esta vez sí alcanzará su objetivo en calidad de candidato externo. Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta de Nueva Izquierda regresarán a la Cámara de Diputados después de un periodo de ausencia. Luis Maldonado fue dirigente de Convergencia, secretario de gobierno del represor y corrupto desgobernador poblano Rafael Moreno Valle y ahora será diputado por el PRD. Hortensia Aragón es de Foro Nuevo Sol y regresará al Congreso después de varios periodos fuera. Omar Ortega es un gris dirigente del Estado de México.

Toda elección interna del PRD para dirigentes o candidaturas deja gente lastimada. Sin embargo creo que hoy el lastimado será el propio partido. Las decisiones que la cúpula del PRD viene tomando sólo beneficiarán a MORENA, lo cual no deja de ser una ironía pues Nueva Izquierda y ADN intentan demostrar que su fuerza y liderazgo es mayor al de López Obrador. Me parece que Jesús Ortega y Héctor Bautista dirigentes de las citadas corrientes perredistas han ganado las diputaciones seguras pero han perdido la perspectiva debido a que su voracidad y política excluyente fortalecen el ya muy serio desfonde del partido.

Dirán que no se equivocaron, que ejercieron la mayoría que ostentan al elegir a los candidatos a diputados plurinominales, pero en junio se verán los resultados electorales del partido y serán desastrosos. En esa fecha se darán cuenta que así no se hace política. En la política hay que sumar, multiplicar, construir, fortalecer la unidad, ser generoso. La política de avasallamiento no es política. la cúpula perredista avanza cantando alegremente al despeñadero. Allá ellos.

«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz»

Gerardo Fernández Noroña.
México D.F. a 15 de febrero de 2015

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