La grotesca farsa de la criminal BP, con ayuda de los “medios”, para TOMARLE EL PELO A LOS MEXICANOS

El pasado 9 de marzo, El Economista informó que la trasnacional ecocida British Petroleum (BP) inauguraría su primera gasolinera en México. Ese medio y muchos otros prácticamente fungieron como voceros de la compañía británica, replicando las declaraciones de sus directivos en México durante el evento al que, por supuesto, acudieron solícitos los delincuentes que usurpan las instituciones del sector en nuestro país.

La nota se manejó como un acontecimiento histórico para México, y lo es —no por las razones apologistas de la prensa falsaria— debido a que se ha cerrado la pinza de la contrarreforma peñista para liquidar las conquistas del cardenismo, encaminadas a poner la riqueza energética de México al servicio del pueblo y no de las trasnacionales que por décadas la saquearon; esas mismas trasnacionales que hoy, gracias al asesino de Atenco y sus cómplices panistas, regresan con alfombra roja por el botín.

A las 14:00 horas de aquel día, El Economista dio cuenta del evento de BP e informó claramente que la trasnacional estaría trayendo a México su propia gasolina, refinada con su tecnología exclusiva. Cuando leí la nota, completa y a detalle como suelo hacerlo, decidí utilizarla para hacer la denuncia correspondiente en NOTIGODÍNEZ y alertar en las redes que la llegada de la empresa es perjudicial para nuestro país en todos los sentidos, empezando por el hecho de que no estaría comprando el combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex) y encima ni siquiera ofrecería precios más bajos. Se apegaría «a los precios determinados por la Comisión Reguladora de Energía».

Gracias a un amigo cercano a este medio alternativo, me entero hoy que BP siempre sí le estará comprando la gasolina a Pemex. ¿Me habré equivocado cuando leí la nota? ¿Interpreté mal el texto? ¿Se aclaró después que hubo algún error en la información original? Vuelvo a consultar la nota en el portal de El Economista, encontrando este párrafo adicional —con mala ortografía, como escrito al vapor— inexistente cuando consulté al medio la primera vez:

En tanto, el vicepresidente para Nuevos Negocios de BP Downstream en América Latina, Raúl Augé, explicó que la molécula la comparan [sic] a Pemex, a la cual agregarán los aditivos de su tecnología Active en su complejo de Azcapotzalco, cuyos precios serán en relación con el mercado.

Nótese la explicación rimbombante, «comprarán la molécula a Pemex y le agregarán sus aditivos de su tecnología Active«, cuando lo único que harán es vender exactamente la misma gasolina que se expende en las franquicias de Pemex. Si acaso, le añadirán algún químico que sólo contaminará más el ambiente. Pero, ¡alégrense!, BP no les cobrará extra por ello.

El Economista tuvo la mínima decencia de incluir una leyenda de actualización al pie de su nota, confirmando que la alteró tiempo después de haberla publicado. En tanto, nosotros ya habíamos difundido la nuestra en las redes sociales, llamando a NO cargar gasolina en la estación de BP bajo la premisa de que la empresa estaría importando su propio combustible, en perjuicio directo para Pemex. Por lo mismo, ni siquiera tendría sentido realizar desobediencia civil en las gasolineras de BP.

¡Sorpresa!, ahora los medios difunden la versión corregida de que la compañía inglesa «sí estará comprándole la molécula a Pemex» y hasta nos hará el favor de agregarle un «aditivo para cuidar el motor de nuestros vehículos». Durante la semana circularon notas diversas, incluso en el portal digital de La Jornada, dando la importantísima noticia de que había largas filas de automovilistas ansiosos por cargar gasolina en la estación de BP. Hoy El Universal vuelve a «informar» lo mismo en tono obsequioso, casi propagandista: «Saturan gasolinera en Satélite, la primera con inversión extranjera». Según ese «medio», conocido por incurrir en la práctica repugnante de difundir propaganda disfrazada de noticias, eran tantos los sedientos de gasolina de BP que «unas jóvenes con aspecto de modelos tuvieron que organizar las filas de abasto de gasolina», y hasta «ofrecieron café gratis» a los desesperados clientes.

Es una GROTESCA FARSA, no tengo duda alguna. De entrada, a BP le conviene más importar su propia gasolina barata, venderla cara aquí y evadir impuestos como es su costumbre en todo el mundo. Así que el nuevo cuento de que estará comercializando la gasolina de Pemex, parece más un esfuerzo descarado por neutralizar los llamados a boicotearla y tomarle el pelo a los ingenuos:

«No ofrecemos ni gasolina barata ni litros extras, sin embargo los automovilistas están interesados en conocer nuestro combustible que es gasolina mexicana que compramos a Pemex, pero está adicionada con un aditivo que protege y mejora el desempeño del motor«, cita El Universal a Ramón Peña, empleado de la trasnacional. Esas declaraciones son una joya que confirma mis sospechas. Primero presumían que venderían su propia gasolina importada… y ahora se paran el cuello ofreciendo «gasolina mexicana». ¡FARSANTES! Y ojo: su «aditivo» NO SIRVE PARA NADA. No mejora el rendimiento —la gasolina se gasta igual—, no «protege» el motor de las carcachas viejas que usa la mayoría de los mexicanos, ni contamina menos, al contrario.

Segundo: ¿largas filas de gente desgreñándose por entregarle su dinero a BP a cambio de… lo mismo? Es posible que mucha gente desinformada, desclasada y malinchista —la hay de sobra en México— sí haya caído en el garlito. No obstante, esas muchedumbres recibiendo el «cafecito gratis» me recuerdan más a las aglomeraciones proselitistas del PRI, siempre exitosas en captar la atención de los curiosos sobre todo si hay «comida gratis». Por algo la famosa frase mexicana de «¡gratis, hasta las puñaladas!».

La práctica de atraer gente usando grupos numerosos de paleros, dádivas y hasta edecanes enseñando la pierna, no es nueva ni privativa de los partidos políticos. Es una táctica propagandista muy común en todo tipo de negocios. Cualquiera ha visto esas «largas filas de vehículos» en inauguraciones de concesionarias automotrices, centros comerciales, antros y hasta taquerías.

BP es un monstruoso imperio construido sobre el millonario negocio petrolero, uno de los más lucrativos del mundo —sólo un perfecto IMBÉCIL o un TRAIDOR MISERABLE entregaría ese negocio a terceros, ¿verdad Peña? Por tanto, BP tiene recursos de sobra para emprender una poderosa campaña comercial, incluyendo la difusión viral de rumores falsos sobre «litros gratis» y propaganda disfrazada de noticias en «medios» como El Universal.

¿Puedo equivocarme en estas conclusiones? No lo creo, pero toca al lector decidir y actuar en consecuencia. Lo cierto es que seguir cargando gasolina en las estaciones de esa criminal empresa, impune por el peor ecocidio de la historia en el Golfo de México, es el colmo del malinchismo más pernicioso. Los mexicanitos que momentáneamente se sentirán europeos al acudir a las gasolineras de BP, no estarán obteniendo beneficio alguno y en cambio la ayudarán en sus planes de extenderse en nuestro país. A la postre, BP dejará de comprarle la «molécula» a Pemex y comenzará a vender su propia gasolina, refinada aquí mismo utilizando el petróleo que ya nos está saqueando a cambio de contaminación en nuestros mares.

Cualquiera con dos neuronas en la cabeza y un mínimo de dignidad como ser humano, se rehusará a financiar el saqueo y ecocidios de British Petroleum en todo el mundo. Venda o no gasolina de Pemex, el boicot a BP debe ser permanente y absoluto hasta que se largue de nuestro país con su gasolina, sus «aditivos» y su hediondo café gratuito. ¡FUERA, EMPRESA DELINCUENTE!

Fotos: Anonopshispano (izquierda) y El Universal (derecha)

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