Gerardo Fernández Noroña
Durante cuatro días el Zócalo de la ciudad México y parte del centro histórico estarán absolutamente bloqueados por la filmación de una película. Si el bloqueo fuese el resultado de alguna manifestación demandando respuesta a sus demandas, el linchamiento mediático no se haría esperar y la represión del gobierno del D.F. tampoco.
Pero como el bloqueo es producto de la filmación de una película extranjera, los medios aplauden y Mancera les sirve con deferencia.
Ya se había dado el caso, en que el desgobierno de Peña usara el Zócalo capitalino como estacionamiento. Mancera simplemente fungió como valet parking de lujo. Ahora, el jefe de gobierno asume el papel de escenógrafo para el filme de marras.
Anterior a esta banalidad, Mancera ha permitido la instalación de exposiciones del ejército en el Zócalo capitalino que son una aberración y una justificación a la intromisión permanente del ejército en los asuntos de seguridad del país, lo cual es un eufemismo para decir que se cobija la violación sistemática de derechos y garantías constitucionales por parte del ejército. Convalidó el brutal desalojo del magisterio del zócalo capitalino, realizado por el ejército disfrazado de policía federal, entre otras muchas represiones.
Tiene presos políticos y su policía fue clave en la represión del 20 de noviembre pasado contra los padres de los 43 normalistas víctimas del crimen de estado de desaparición forzada. Mancera mantiene secuestrado el Zócalo capitalino y decide de manera discrecional quién puede usarlo y quién no puede hacerlo. En esas decisiones discrecionales, ha privilegiado al desgobierno de Peña y a todo tipo de actividad vana y superflua.
En cambio, no ha dejado de reprimir a todo movimiento social que cuestione al gobierno federal. Ha convalidado toda la política represiva y desesperada del desgobierno de Peña Nieto.
Es público que yo apoyé a Miguel Ángel Mancera para que llegara al gobierno del D.F. He hecho pública también una amistad en el marco de la política que con él mantengo. Pero en política las cosas no son personales y es evidente que el gobierno que él encabeza ha sido una enorme decepción para quienes votamos por su candidatura.
Es el peor gobierno que la izquierda haya tenido en la ciudad. No es ni la pálida sombra de ninguno de los gobernantes que desde 1997, han encabezado tan importante y honrosa responsabilidad con gobiernos de izquierda y surgidos de la misma.
Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard fueron, sin excepción, espléndidos gobernantes. Mancera está a años luz de distancia de todos ellos.
Así las cosas, los bloqueos de Mancera deben terminar. De lo contrario, el jefe de gobierno se expone a sufrir la misma suerte que tendrá su actual jefe político, Enrique Peña Nieto, a saber: ser defenestrado de su cargo.
«El pueblo tiene derecho a vivir y ser feliz»
Gerardo Fernández Noroña
México D.F. 19 de marzo de 2015
