Shaila Rosagel
Sinembargo
Iguala, Guerrero, 10 de octubre (SinEmbargo).– Los días pasan y la angustia crece. Los normalistas desaparecidos por la policía de esta ciudad aún no son localizados y el largo goteo de las horas no ayuda. ¿Qué dirá la lectura del ADN? ¿Son esos que hallaron en las primeras fosas?
La policía comunitaria, padres de familia y la Procuraduría General de la República (PGR) intensificaron ayer la búsqueda, en parajes cercanos a la ciudad, de los 43 desaparecidos. La Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero (UPOEG) realiza brigadas desde el miércoles pasados en distintos lugares aledaños a la ciudad donde creen que pueden encontrar indicios de los jóvenes estudiantes de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos (Ayotzinapa).
Su desaparición está marcada el 26 de septiembre, y nada.
Crisóforo García Rodríguez, promotor de la UPOEG, informó que recorren los sitios que la comunidad indica que tenían operaciones el crimen organizado, coludido con las autoridades municipales, como en Tecomatlán.
“No encontramos evidencia más contundente, fueron paquetes que pertenecen a robos, ropa, casquillos, guantes, lo más importante es encontrar a los muchachos y de eso no hay nada todavía”, dijo.
De acuerdo con García Rodríguez, los padres de los jóvenes normalistas están desesperados, pues a 12 días de los sucesos, aún no hay resultados concretos.
Ayer, durante la mañana, los comunitarios realizaron un brigadeo casa por casa, para invitar a la comunidad a dar informes sobre el paradero de los jóvenes y a solidarizarse con la búsqueda de los muchachos y la exigencia de paz para la comunidad.
Según la policía comunitaria, los pobladores de Iguala desde hace tiempo denunciaban la operación del crimen organizado, en colusión con las autoridades municipales. Había secuestros, extorsiones y asesinatos.
Sin embargo, nadie tomó cartas en el asunto y poco a poco la población aprendió a callar por miedo a las represalias de los criminales.
Después de la brigada de información y volanteo, los comunitarios se reunieron en la Preparatoria 32 con 14 papás de los normalistas desaparecidos, para compartirles la información que recabaron.
“Les dimos los avances que llevamos, pero lamentablemente, no tenemos nada concreto. Los papás están desesperados porque ya es mucho tiempo, sin resultados”, dijo Manuel Vázquez Quintero, abogado de la UPOEG.
De acuerdo con los promotores de la UPOEG los padres de familia se sumarán tentativamente hoy a nuevas brigadas de búsqueda, que iniciarán desde las 8:00 de la mañana.
IGUALA: SE TENSA EL AMBIENTE
El ambiente de Iguala continúa tenso, en medio de un fuerte operativo de la Gendarmería y el Ejército. En toda la ciudad hay una fuerte movilización policiaca y militar y la población convive con los federales con armas largas paseando por las calles.
Los retenes mantienen prácticamente blindada la ciudad, desde el norte hasta el sur, mientras que la policía comunitaria se deslindó por completo del llamado que hizo el Comité Estatal de Guerrero Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) al pueblo en general a conformar la “Brigada Popular de Ajusticiamiento 26 de Septiembre” para enfrentar “en aspectos político-militares esta nueva afrenta del narcoestado mexicano y, particularmente, al cártel de sicarios del Estado, mal llamado Guerreros Unidos”.
Los miembros de la UPOEG aseguraron que tienen permiso de las autoridades de permanecer en Iguala y que no están armados.
“Nosotros no tenemos nada que ver con eso, no traemos armas, no venimos a juzgar a nadie y sólo buscamos a los muchachos desaparecidos”, dijo Crisóforo García.
NADIE SABE DE LAS FOSAS
La noticia del hallazgo de cuatro fosas que dio a conocer en una conferencia de prensa en la Ciudad de México, el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, tomó por sorpresa a los comunitarios y a los observadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que se encuentran en Iguala.
“Nosotros no sabemos nada de esas fosas. De hecho, no pudimos subir hasta donde están las seis fosas primeras, porque nos regresan. Sólo hasta cierto lugar llegamos rondeando”, dijo Manuel Vázquez.
En la zona de las seis fosas en Iguala, donde se encontraron los 28 cuerpos, hasta el momento no hay indicios de movimiento de peritos y médicos forenses.
Al área llamada Pueblo Viejo llegaron varios medios de comunicación desde que se anunció del hallazgo, pero no hay información de su ubicación exacta.
En el lugar de las primeras seis fosas de Pueblo Viejo, en medio del cerro, rodeado de barrancas y veredas, hay unos ocho elementos de la Policía Estatal y Ministerial que resguardan la zona, que aseguraron a SinEmbargo que en ese perímetro no hay nuevas fosas.
Jesús Murillo Karam informó que el hallazgo ocurrió cerca de las otras seis, sin especificar el lugar.
Hasta la noche de ayer, en el cerro de Pueblo Viejo, Parota, se notaba una escasa presencia policial y en el Servicio Médico Forense (Semefo) tampoco habían entregado cuerpos.
Los observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos indicaron que también se encuentran en espera de información precisa, para poder realizar su labor de verificar que las diligencias se realicen correctamente.
Hasta ayer a las 9:00 de la noche, los observadores de la CNDH no se habían sumado a la búsqueda de cuerpos en las cuatro fosas encontradas, según el reporte de la PGR.
