Más de 20 mil profesores de Oaxaca repudiaron la «evaluación» espuria de Peña y «Ñoño»

  • Participan 2,600. No habrá represalias, dice la sección 22
  • Un grupo de encapuchados enfrenta a la PF

Arturo Cano
La Jornada

Oaxaca, Oax.

A las cinco de la mañana los más jóvenes comenzaron a reunirse en el Mercado las Flores, a unas cuatro calles del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo). Una hora después llegaron dos maestras que traían en sus mochilas carteles y mantas: una de ellas con dibujitos escolares, pero que en lugar de lápices o cuadernos mostraba toletes y cascos: «Así evalúa el gobierno a los maestros de México».

Aún estaba oscuro cuando los maestros retuvieron tres autobuses. Que eran de transporte público, dicen unos. Que en ellos viajaban docentes que sí habían aceptado la evaluación, afirman otros. El caso es que fue entonces que apareció la Policía Federal, en su versión granaderos, y volaron los gases lacrimógenos y las pedradas. El zafarrancho duró poco. La escena habría de repetirse pasado el mediodía, cuando un grupo de encapuchados que fueron expresamente rechazados por los profesores, rompió una de las vallas y se lío brevemente con los granaderos de la Federal.

Fuera de esos episodios, la marcha transcurrió pacíficamente y la inmensa mayoría de los manifestantes atendieron disciplinadamente las instrucciones de los líderes.

El dato a destacar es, entonces, que la marcha fue muy nutrida: de unas 20 mil personas.

«Es un buen músculo», reconoció Joaquín Echeverría, secretario general de la sección 59 del SNTE, creada expresamente por Elba Esther Gordillo para hacerle contrapeso a la 22.

Según Echeverría, «cuando la 22 llama a paro va 100 por ciento, a las marchas han llegado a ser hasta 40 mil, así que si ahora son 20 mil no está mal».

A pesar de que son sus adversarios y de que en muchas ocasiones sus confrontaciones han llegado incluso a la disputa cuerpo a cuerpo por el control de escuelas, Echeverría no se suma al coro de linchamiento contra la 22: «No va a enfrentar a las fuerzas federales. Está actuando con mucha mesura y resistiendo. Y su apuesta de resistencia pasa por la elección del gobernador el año que viene y llega hasta 2018».

Los maestros de la 22 no tendrán que esperar: la disputa por la gubernatura comenzó hace tiempo y hoy la expresan con claridad meridiana los diarios locales que en sus portadas traen como notas principales las declaraciones sin sustancia de algunos de los suspirantes.

El triunfo de la evaluación, como lo presentará más tarde el gobierno local, no merece ninguna de ocho columnas.

La conveniente confidencialidad

Hace unos días, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, informó que para garantizar la evaluación serían enviados a esta entidad entre 8 y 10 mil policías «adicionales de los que existen».

¿Cuántos maestros serán evaluados gracias al enorme despliegue de fuerzas federales? ¿Le saldrán las cuentas al secretario Aurelio Nuño?

Ayer, el director del Ieepo, un abogado con más experiencia ministerial que educativa, dijo que participarían 4 mil 900 de 6 mil docentes convocados. Bajo el brazo cargaba el reporte real de avance, pero no quiso mostrarlo a la prensa. El examen fue blindado no sólo para evitar que la sección 22 consiguiera cumplir su acuerdo de boicotearlo, sino para guardar estricta confidencialidad sobre la identidad de quienes lo presentaron. Con ese pretexto, ningún observador que no portara uniforme o un gafete del Ieepo pudo ingresar a los salones donde se realizó ni constatar que los examinados eran efectivamente profesores, y no burócratas obligados a participar.

El argumento de las autoridades para impedir que los medios de comunicación atestiguaran la aplicación del examen fue que era preciso resguardar la identidad de los participantes por temor a represalias de la sección 22. Así se lo expresaron a los reporteros locales y así lo machacaron durante días los espots de radio. Sin embargo, en los boletines oficiales de la jornada, las mismas autoridades incluyeron fotografías que muestran los rostros de los docentes.

Rubén Núñez aseguraba, a punto de partir la caminata, que las precauciones son innecesarias, porque saben que «muchos compañeros fueron presionados» y que no habrá represalias contra ellos.

La marcha, que se extendió casi todo el día, arrancó al grito de «Si hay que evaluar, por Peña hay que empezar». Los insultos a la policía fueron el sonido ambiente para las consignas que los líderes soltaban desde el carro de sonido:

“La evaluación más cara para el estado más pobre, esa es la fórmula de Peña y Ñoño para Oaxaca”.

El magisterio de Oaxaca no termina de procesar el golpazo del 21 de julio. La asistencia a las asambleas estatales ha disminuido en porcentajes significativos e incluso hay algunos dirigentes escondidos (nada raro si la autoridad anuncia que hay pendientes una treintena de órdenes de aprehensión).

Sin embargo, son muchos los que se empeñan en la resistencia. Como los maestros que se encabritaron cuando después del segundo escarceo con la policía uno de los líderes comenzó a cantar Venceremos, pieza que indica el final de un acto.

Lo pararon en seco. A gritos y mentadas. “¡Charros!” «¡Vendidos!» «¡Hay que aguantar!»

Los dirigentes tuvieron que avanzar hasta la valla metálica y luego ordenar una marcha de regreso, no sin que antes un profesor treintañero de la Sierra Juárez les gritara: «¡Cabrones, no me hicieron bajar del cerro para estar aquí media hora!»

La mitad de 10 por ciento

Volvamos a la pregunta. ¿Cuántos de los aproximadamente 60 mil docentes de Oaxaca han presentado el examen, el gran tótem de la reforma educativa?

Desde temprano, una fuente del Ieepo deslizó un número: 2 mil 800. «No serán ni mil», juraba Rubén Núñez, secretario general de la sección 22, poco antes de que arrancara la marcha.

Su adversario Joaquín Echeverría, el citado líder de la 59, fue más preciso, cuando refirió que un día antes funcionarios del Ieepo le dieron una cifra: «poco más de 3 mil». Por la tarde, el titular del «nuevo» Ieepo, Moisés Robles Cruz, dijo que la participación fue de 2 mil 981docentes, esto es, poco más de 60 por ciento de los 4 mil 900 inscritos.

Poco después la SEP desmintió al Ieepo y señaló que asistieron 2 mil 600. ¿Quién evalúa a los evaluadores?, preguntarán los quisquillosos maestros de la CNTE.

Por donde se le vea, resulta que respondieron al llamado apenas la mitad de los convocados, que a su vez representaban sólo 10 por ciento del magisterio oaxaqueño.

Echeverría contaba también con un desglose de los participantes por su pertenencia a niveles educativos y condición laboral. La lista se ponía más interesante. Dijo Echeverría que, según el informe oficial, 500 examinados pertenecen al nivel medio superior (bachilleratos generales y técnicos) “donde de por sí estamos más avanzados en la evaluación). Otro medio millar son miembros de la sección 59. «Poco más de mil» son docentes de nuevo ingreso al servicio, obligados al examen para no perder el empleo. De modo que los mil restantes serían propiamente los miembros de la sección 22 que aceptaron inscribirse a la evaluación.

Frente a esos números, fue inevitable preguntar al maestro Echeverría si a ese ritmo la evaluación demorará décadas.

«Pues más o menos por ahí va la cosa», reconoció.

Los puentes rotos del Ieepo

Concentrada en la evaluación, y sobre todo en el examen, que sólo es uno de sus componentes, la estructura del «nuevo» Ieepo, surgida del manotazo del 21 de julio, no ha tenido tiempo de ocuparse de otras tareas del servicio educativo.

Cuando fue secretario de Educación, Ernesto Zedillo solía decir que ignoraba qué pasaba con sus instrucciones una vez que atravesaban la puerta de su oficina. Los directivos de educación de Oaxaca no tienen ese problema porque sencillamente no existe manera de que sus órdenes sean obedecidas («acátese, pero no se cumpla», es una vieja máxima de la educación pública mexicana).

Esto es así porque toda la cadena de mando, de jefes de sector a directores de escuela, «toda esa estructura es leal a la sección 22. No hay puente alguno entre los directivos del Ieepo y la base en las escuelas», remató Echeverría.

Dato menor. Porque lo que importaba al gobernador Gabino Cué y al secretario Aurelio Nuño era el titular que adelantó en su boletín el gobierno estatal: «Cumple Oaxaca con evaluación docente».

Fuente

NOTIGODÍNEZ EN REDES SOCIALES

¿Gustas apoyarnos? La mejor manera de hacerlo es leyendo, comentando, reflexionando y pasando la voz sobre nuestros contenidos, así como incluyéndonos en tus favoritos. ¡Gracias!

Un comentario:

¿Qué opinas?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *