Poblano se arriesga en desierto de Arizona para conseguir dinero y salvar a su hija enferma

Miguel Ambrosio
E-Consulta

San Pablo Anicano, Pue.- Cuando su hija Cecilia tenía 4 años, Nicolás Martínez tomó la decisión más difícil de su vida: separarse de su familia para ir a Estados Unidos en busca de dinero para la operación que retiraría el tumor que amenazaba la vida de su «pequeña».

Quedarse a trabajar en su lugar de origen no era opción. Nicolás vive en El Carril, una de las comunidades más alejadas de San Pablo Anicano donde apenas hay 80 personas que le sacan a la tierra lo poco que ofrece en temporada de lluvias.

El viaje a la unión americana

Aún recuerda bien el viaje por el desierto de Arizona. Nicolás iba acompañado por más gente que caminó durante cinco días con poca comida y menos agua. Muchos no alcanzaron a llegar.

Cuando la esperanza parecía perdida, el objetivo se logró, llegar hasta un sitio en el que podía trabajar y ganar dolares para aliviar la enfermedad de Cecilia.

Luego de algún tiempo, el hombre consiguió el dinero suficiente para llevar a la niña al Hospital Universitario de Puebla, lugar que le recomendaron por los «buenos especialistas» en su plantilla.

Los médicos aceptaron operarla, pero antes le advirtieron que por tratarse de una operación del cerebro corría el riesgo de quedar discapacitada.

“Pero por bendición de Dios y la Virgen de Guadalupe, Cecilia salió bien de la operación”, asegura su papá visiblemente emocionado.

Cecilia creció normalmente por varios años ya sin el tumor en la cabeza, y estudió la primaria hasta el cuarto grado, pero fue en marzo del 2014, después de cinco años de la operación, que se convulsionó tres veces y de forma repentina perdió la vista.

Hoy, Nicolás se encuentra desesperado por no tener recursos para costear la atención médica, por lo que hizo algo que no pensaba nunca más: entrar nuevamente a los Estados Unidos. Pero no tuvo suerte.

“Es algo muy difícil, imaginar el recorrido que se convierte en la peor pesadilla, pero por mi hija lo volví a intentar, sólo que al final ya para llegar me agarró la migra y ahora estoy fichado, si lo intento y me vuelven a detener, me dan más de seis meses de cárcel y no podría vivir pensando en ella, en su enfermedad, no me queda otra que lucrarle aquí (…) yo quiero que (a) mi hija la vean especialistas y me digan si puede recuperar su mirada”.

Recientemente Cecilia obtuvo apoyo del Programa Tizaac Niños de México, que ofreció llevarla al Hospital del Niño Poblano para ser valorada y recibir atención médica, además el Ayuntamiento de San Pablo Anicano pondrá una Unidad Móvil para el traslado. De cualquier forma su futuro es incierto.

Los migrantes de la Mixteca

San Pablo Anicano se encuentra en la Mixteca Poblana, importante expulsor de mano de obra hacía los Estados Unidos.

Cada año, cerca de 5 mil migrantes regresan a sus pueblos para pasar las fiestas navideñas en sus casas, volver con regalos y dejar dinero a sus familias.

De cualquier forma, 4 de cada 10 personas nacidas en esta región del estado afirman no tener problemas para retornar a sus centros de trabajo una vez que ya consiguieron la residencia o se han nacionalizado.

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