Sandra Naal
Vanguardia
Saltillo, Coahuila.- A la mayoría le gusta el refresco, algunos dicen que la comida no sabe igual si no se acompaña de una gaseosa, el consumirlo se ha convertido en una costumbre no sólo al sentarse a la mesa, sino a todas horas.
En este caso, como en muchos otros, ya sean alimentos o bebidas, pocas veces nos detenemos a pensar qué es lo que le estamos dando a nuestro cuerpo, algunos problemas de salud son provocados por la mala alimentación.
El departamento de investigación de VANGUARDIA aplicó una encuesta a 300 personas, arrojando como resultado que al 85% de los saltillenses les gustan los dulces.
Además, un 45 por ciento respondió que en su casa hay alguien con problemas de obesidad, en casa del 42 por ciento alguien padece de caries, y un 42 por ciento respondió que alguien en su casa padece diabetes, la respuesta del otro 58 por ciento fue negativa.
Trascendió también que un 74 por ciento no se interesa en saber que cuántas calorías tienen los alimentos y bebidas que consumen, y sólo el 26 por ciento dijo que buscaba informarse.
Sólo el 61 por ciento de los encuestados realiza algún deporte o practica ejercicio todos los días, de lunes a viernes el 10 por ciento, a veces el 24 por ciento y el 50 por ciento dijo que nunca hace ejercicio.
En cuanto a las bebidas gaseosas, un 46 por ciento de los saltillenses encuestados respondieron que toman refresco una vez al día, el 25 por ciento dos veces al día, 17 por ciento tres veces y 12 por ciento más de tres veces. De éstos, el 69 por ciento lo consume en casa, el 18% por ciento en el trabajo, 6 por ciento en la escuela, 4 por ciento en restaurantes y 2 por ciento en el cine.
Así como «es rico», ES DAÑINO
La nutrióloga María Rodríguez explicó a VANGUARDIA cuáles son los estragos que puede causar el consumo de refresco, entre éstos se encuentran la resistencia a la insulina y adiposidad visceral, que es la grasa dentro de la cavidad abdominal.
“Estamos consumiendo más refrescos que nunca y se han identificado ya varios problemas de salud, incluidos dentales, desmineralización de los huesos, diabetes y el desarrollo del síndrome metabólico”, dijo.
El alto consumo de fructosa presente en el azúcar de caña y mayor presencia en el jarabe de maíz de alta fructuosa, son ingredientes base de los refrescos, los cuales contribuyen al desarrollo de síndrome metabólico, una combinación de trastornos médicos que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Pese a que la mayoría de los encuestados saben que beber refresco hace daño, continúan haciéndolo.
La nutrióloga afirma que el consumo de refresco puede incrementan el riesgo de osteoporosis debido a que posee ácido fosfórico que impide la correcta absorción del calcio, aumenta el riesgo de sufrir caries debido al elevado contenido en azúcares simples, es adictivo, implica un elevado gasto económico que repercute negativamente en la salud, pues el agua es más sana y mucho menos impactante en el bolsillo. Además las sustancias químicas, así como la gran concentración de azúcares y ácido, pueden generar gastritis u otras alteraciones a nivel digestivo, tienen efecto diurético y no colaboran con una buena hidratación, incrementan el riesgo de sufrir obesidad así como diabetes tipo 2, puede causar nerviosismo e insomnio si se consume en exceso debido a la cafeína.
Aunque el refresco trae muchas complicaciones a la salud, los encuestados mostraron su afecto hacia este tipo de bebidas; un 34 por ciento sabe que beber refresco en exceso causa diabetes, el 28 por ciento dijo que sabe que causa obesidad, el 9 por ciento tiene cuidado con las caries, 9 por ciento sabe el riesgo de problemas renales, 7 por ciento de osteoporosis, pero sólo el 6 por ciento dijo que podría causar colesterol, enfermedades cardiacas y cáncer.
