RODOLFO VALADEZ LUVIANO
La Jornada
Tecpan, 20 de julio. Antelma Serrano Reyes, habitante de la comunidad de Los Tarros en este municipio, vive actualmente en la casa de su hermana porque la suya se cayó con el sismo del pasado 8 de mayo. Ella, como las otras 30 familias cuyas viviendas se vinieron abajo con el temblor, sigue en espera de que la ayuda del gobierno llegue, ya que la venta de pescado que realiza en el mercado de Nuxco, no alcanza para construir una nueva.
En esa localidad hay aproximadamente 50 casas, de las cuales la mitad o se cayeron o sufrieron daños graves por los movimientos telúricos, sin que a la fecha alguna autoridad gubernamental acuda a ayudar a los damnificados, quienes, como en el caso de Antelma Serrano, tuvieron que refugiarse con familiares o vecinos porque sus hogares quedaron inhabitables.
“A pesar de que los sismos dañaron a la mitad de las casas, las autoridades estatales y federales mantienen en el olvido a esta localidad y son indiferentes a los llamados de ayuda que envían sus pobladores, ya que hasta ahora ni una despensa ha llegado para los afectados”, expresó Antelma Serrano.
Los Tarros, donde viven unas 200 personas, se sitúa en la zona donde se registraron los epicentros de los temblores más recientes, el del 18 de abril y 8 de mayo, pero pareciera que para las autoridades esa población no existiera, porque hasta la fecha, las casas permanecen con los daños que ocasionaron los sismos y la gente sigue refugiada en otros lugares, aseguró la mujer de aproximadamente 65 años de edad.
“Aquí es un pueblo de gente muy pobre. Muchos tenían casas de adobe y techo de teja porque no alcanza para más, y lo poco que se gana, ya sea por la pesca en la laguna o el mar o por la venta del pescado en los mercados de los pueblos vecinos, no alcanza para volver a construir las que se cayeron, por eso la gente espera que el gobierno venga y las ayude”, explicó mientras mostraba los daños en su casa que quedó inhabitable por el riesgo de caerse completamente en caso de que ocurra un nuevo temblor.
Agregó que en algunas casas, ahora que comenzaron las lluvias en la región, el agua se cuela por las tejas que se quebraron, lo que empeora la situación de propietarios y refugiados.
El ex comisario municipal Miguel Ángel Silva García informó que, desde que ocurrió el temblor, fueron suspendidas las clases en la Primaria Benito Juárez, porque las dos aulas del plantel sufrieron daños y los padres de familia decidieron no mandar a sus hijos por temor de que sufran algún accidente, y añadió que a la fecha siguen en espera de que lleguen las despensas, láminas de cartón, colchonetas y cobertores para los damnificados, que prometió el gobernador Ángel Aguirre Rivero hace más de dos meses.
