México, 31 de julio 2014 (NOTIGODÍNEZ).- Las fotografías mostradas por Víctor Carrancá, procurador de justicia en el Estado de Puebla, desmienten la propia versión oficial del «gobierno» de Moreno Valle sobre la causa de la herida en el cráneo de José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, la «onda expansiva» de una explosión por cohetón, a decir de la «autoridad» poblana.
De acuerdo con el informe presentado ayer ante medios de comunicación, la procuraduría concluyó que no hay evidencia alguna de la utilización de balas de goma o algún otro proyectil de «disuasión» que hubieran disparado los granaderos estatales contra manifestantes de San Bernardino de Chalchihuapan el pasado 9 de junio. Sin embargo, fotografías difundidas por La Jornada de Oriente que muestran los proyectiles recolectados por los propios pobladores el mismo día la represión, desmienten la conclusión de la dependencia.
Asímismo, Carrancá señaló que la dependencia a su cargo basa sus conclusiones en 98 dictámenes periciales en diversas especialidades, diligencias y el análisis técnico de la dirección científica de la Policía Federal. Llama la atención que dicha unidad fue dirigida por Facundo Rosas Rosas, hoy secretario de Seguridad Pública en Puebla.
«Ninguno de los objetos, incluyendo las lanzaderas de gas lacrimógeno, tanto de corto como de largo alcance, a excepción de los cohetones, produjo lesiones similares a una fractura multifragmentaria como la que se describe en los dictámenes médicos y la historia clínica del menor. Una lesión como la descrita -se determinó- es consecuente con la acción de una onda expansiva producida por un artefacto explosivo”, refiere la procuraduría en su informe subido a su página oficial. No obstante, la tomografía mostrada ayer por el procurador Carrancá en conferencia de prensa, muestran un impacto focalizado en el cráneo del menor:
El primer cuadro en dicha fotografía coincide con la tomografía escaneada que se filtró en las redes sociales desde la cuenta en Twitter del periodista Jesús Manuel Hernández:
Expertos en Física consultados por NOTIGODÍNEZ explican que la onda expansiva de una explosión –energía cinética, sonora y de otros tipos que empuja el aire a mucha velocidad– sí puede causar lesiones e incluso podría fracturar los huesos más delgados del cuerpo si la explosión es lo suficientemente potente. No obstante, es imposible que el efecto lesivo de una onda por estallamiento de «cohetón» se concentre en un solo punto. El impacto de una onda expansiva habría dejado lesiones difusas en todo el cuerpo del menor, o al menos en su cabeza y cuello, y no sólo en la región del cráneo mostrada en la tomografía oficial, que claramente evidencia el impacto de un objeto. En ese sentido, el cráneo es uno de los huesos más duros del cuerpo y las opiniones consultadas descartan que una onda expansiva por pirotecnia pueda destruir la sección de tejido óseo que muestran las imágenes oficiales.
Por otra parte, la procuraduría precisó que el menor fue herido entre las 14:33 y las 14:38 horas, cuando se encontraba junto a una construcción y un campo de cultivo, “lugar diverso al que se confrontaban los dos grupos de personas con los elementos de la policía estatal”. Sin embargo, la imagen de una toma área mostrada por la dependencia para ilustrar la ubicación del niño, los manifestantes –a los que maliciosamente presenta como «agresores»– y el grupo de granaderos, revela también que el menor se encontraba a una distancia considerable de la zona de conflicto.
Si una onda expansiva hubiera sido la causa de su herida, la explosión habría afectado a todas las personas ubicadas dentro del radio de la misma, causando oídos reventados, lesiones difusas en la piel y daños materiales visibles en la vegetación de la zona.
Elia Tamayo Montes, madre de Luis Alberto, se encontraba a menos de cinco metros detrás del niño cuando cayó herido y ella no sufrió ningún tipo de lesión. Otras personas que huían de los gases lacrimógenos estaban igualmente muy cerca del punto donde el niño de 13 años fue abatido y tampoco resultaron afectadas. Una onda expansiva los habría lesionado a todos en mayor o menor medida. Increíblemente, la procuraduría afirma que la onda expansiva concentró sus efectos sólo en el punto mostrado en la tomografía que la propia dependencia usa para demostrar sus dichos.
Los demás heridos que dejó la refriega presentaron lesiones claramente causadas por el impacto de algún objeto disparado a mucha velocidad:
Testigos de la masacre del 9 de julio en la carretera Puebla-Atlixco refieren que durante el operativo participó un helicóptero de la Secretaría de Seguridad local desde el que –aseguran los probladores– uniformados disparaban con rifles hacia los manifestantes. Asimismo, denuncian que granaderos armados se hallaban apostados en puntos diversos de la zona de conflicto y no sólo en el área ilustrada por la procuraduría.
Veinte días después y con un niño de 13 años muerto y enterrado, la CNDH anunció que «indagará posibles violaciones a los derechos humanos» en ese operativo policiaco.