Gustavo Castillo y Tania Molina
La Jornada (Foto: Víctor Camacho y Alfredo Domínguez)
México, DF. Jacqueline Santana López y Bryan Reyes Rodríguez fueron liberados la tarde de este viernes, luego de ocho meses de estar presos. Los jóvenes fueron acusados de intentar robar 500 pesos a una policía federal.
Santana dejó la prisión de Santa Marta Acatitla alrededor de las 16:30 horas, mientras que Reyes abandonó el Reclusorio Norte cerca de las 17:00 horas.
El joven abandonó las instalaciones del penal donde permanecía preso desde noviembre pasado acusado –de acuerdo con el resultado de un amparo– injustamente porque las autoridades le imputaron un presunto intento de robo a agentes federales sin fundamento alguno.
“Fue toda una construcción de las autoridades, que siempre estuvieron presionando y retrasando hasta la entrega de los resultados de las pruebas periciales, creemos que se trató de un intento de castigo ejemplar aleatorio. Una muestra de que el Estado reprime a quienes tienen otra ideología y buscan nuevas alternativas”, señaló Bryan al ser entrevistado luego de abandonar la prisión capitalina.
Bryan Reyes se dirige al plantón que mantiene una organización civil frente a la sede de la Procuraduría General de la República para reencontrarse con su compañera Jacqueline Santana.
Reyes indicó que se mantendrá en huelga de hambre y que dará continuidad a lo que él llamó 16 puntos reivindicatorios entre los que se incluye la demanda de mejores atenciones a los presos y su denuncia de que existe una “relación de complicidades entre las organizaciones de derechos humanos y las autoridades de los reclusorios, que permite que se violen las garantías de quienes se encuentran presos”.
Santana y Reyes, junto con otros seis jóvenes presos en distintas cárceles, iniciaron una huelga de hambre el pasado 27 de junio para exigir fin a los malos tratos contra los internos en los reclusorios.
Los jóvenes –ella estudiante de excelencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y él músico– estuvieron presos desde el pasado 15 de noviembre por presuntamente haber intentado asaltar a una policía federal, sometiéndola con un cuchillo de cocina.
Ese día, mientras los dos estudiantes –quienes fueron activos participantes en las manifestaciones por la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa– caminaban por la colonia Jardín Balbuena fueron sometidos por hombres y mujeres vestidos de civil, quienes no se identificaron y subieron por la fuerza a Bryan a un vehículo particular y a Jacqueline a un taxi. Los jóvenes se resistieron y gritaron que eran víctimas de un secuestro.
Al darse cuenta de la situación un policía capitalino detuvo a los vehículos, pero los captores se identificaron como policías federales y el uniformado dejó que se marcharan; los detenidos fueron presentados ante un agente del Ministerio Público acusados del supuesto intento de robo a la agente Lidia Zárate Herrera.
Bryan, uno de los detenidos el 1º de diciembre de 2012 durante las protestas por la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto y liberado casi un mes después, y su novia Jacqueline declararon por separado que al ser detenidos con fines de secuestro forzado no sólo se los llevaron en un auto particular a él y en un taxi a ella, sino que en el camino fueron golpeados, intimidados y cuestionados sobre su activismo.