Gerardo Fernández Noroña
El día de hoy, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró que Venezuela es un peligro para la seguridad de ese país. ¿Cómo puede un pueblo pacifista como el venezolano y su gobierno ser un peligro para la seguridad de los Estados Unidos? De ninguna manera puede serlo, sólo en la mente calenturienta y voraz de quienes están detrás de Barack Obama se puede plantear semejante necedad.
Hace ya varias semanas, mi amigo venezolano Juan Ramón Guzmán, me planteó que Estados Unidos preparaba una invasión militar contra Venezuela. Me pareció una exageración. A pesar del brutal acoso con que Estados Unidos ha sometido a Venezuela le argumentaba que en pleno siglo XXI eso era inviable y absurdo. Pues resulta que Juan Ramón tenía razón, Estados Unidos harto de su incapacidad para derrocar de manera ilegal al gobierno de Nicolás Maduro, ha decidido realizar la más infame de sus políticas, la de una invasión militar.
Estados Unidos, su gobierno, ha intentado todo contra Venezuela. Lo ha buscado desestabilizar de todas las maneras posibles: golpeando su economía, apretando con campañas mediáticas falsas y dolosas, buscando la realización de un golpe militar y en todas ha fracasado.
Desde que el Comandante Hugo Chávez llegó por el voto del pueblo venezolano a la presidencia en 1998, Estados Unidos no ha descansado buscando derrocar a un gobierno legítimo y comprometido con su pueblo. Fracasó.
Ahora, con Nicolás Maduro ha reforzado sus intentos. Apoyó con todo al candidato de la derecha en la elección presidencial que Maduro ganó. Hizo todo lo posible porque el Presidente Maduro no pudiera asumir el cargo. Ha generado todo tipo de sabotajes y de presiones a la economía venezolana para que Maduro caiga. Intentó recientemente la realización de un golpe militar en toda forma que también se frustró de manera estrepitosa frente a la lealtad de las Fuerzas Armadas con la Revolución Bolivariana.
Ahora, frente a la evidencia de que el gobierno de Maduro ganará las elecciones intermedias, se ha decidido a dar el paso más atroz, como ya lo mencionamos, el de una invasión militar.
La declaración del presidente Barack Obama respecto a que Venezuela representa un riesgo a la seguridad de los Estados Unidos sería hilarante y delirante si no tuviera la amenaza militar detrás. Todos los gobiernos y pueblos de América Latina, de la Patria grande debemos alzar la voz, para que esa amenaza no pueda consumarse.
Lo que verdaderamente Estados Unidos busca es tomar los yacimientos petroleros de Venezuela. Su voracidad respecto a este energético es brutal e insaciable. Con pretextos similares invadió Irak y ha saqueado la riqueza petrolera de ese país. Ha mantenido a la fecha su ocupación militar a pesar del ofrecimiento del propio Obama de retirarse de esa nación de Medio Oriente, planteamiento que hizo casi desde el inicio de su primer mandato.
No debemos tolerar ni permitir que en pleno siglo XXI se repita la triste y trágica historia del siglo XX de invasiones militares de Estados Unidos a nuestras naciones con cualquier pretexto. Debemos alzar la voz, y debemos repudiar toda guerra de Estados Unidos contra nuestros pueblos. México aún vive las secuelas de la guerra injusta y brutal con que Estados Unidos nos despojó de más de la mitad del territorio a mediados del siglo XIX.
El peligro para la seguridad Estados Unidos es su política imperialista. Su racismo y su clasismo que genera en pleno siglo XXI, que policías blancos maten a afroamericanos, a mexicanos y a minorías raciales en ese país con absoluta impunidad y a los ojos del mundo.
El peligro para la seguridad de Estados Unidos es su creciente injusticia social y su enorme desigualdad. Su capitalismo feroz y rapaz del que no se salva ni el propio pueblo de los Estados Unidos. El peligro para la seguridad de los Estados Unidos es su enorme consumo de drogas y su ausencia de políticas públicas en beneficio de su propio pueblo.
Estados Unidos bien haría en arreglar sus graves problemas internos antes de continuar con su lamentable política guerrera e imperialista.
Barack Obama ha resultado un blanco clasista y racista disfrazado de afroamericano. Obama ha sido una decepción enorme para el pueblo Estados Unidos y para los pueblos del mundo. El premio Nobel de La Paz, Barack Obama, quiere guerra contra el pueblo de Venezuela. Vaya paradoja, vaya farsa, vaya tragedia. No lo permitamos si queremos que nuestros pueblos sean libres y soberanos. Y si el gobierno Estados Unidos se atreviera a invadir Venezuela, la respuesta de todos los pueblos de América Latina, con el de Venezuela a la cabeza, debería ser la desobediencia civil.
«El pueblo tiene derecho a vivir y hacer feliz».
Gerardo Fernández Noroña.
Hermosillo, Sonora a 9 de marzo de 2015.