Gabriela Hernández
Proceso
PUEBLA, Pue. (apro).- Elementos de la policía estatal confirmaron al periódico Intolerancia que en el desalojo del pasado miércoles 9 dispararon contra los pobladores de Chalchihuapan con cartuchos de gas lacrimógeno caducos, que, al no estallar, se convirtieron en proyectiles contundentes al punto de herir a los manifestantes.
A condición del anonimato, los policías narraron que ese día sus superiores les dieron la orden de utilizar ese tipo de municiones, pese a que algunos elementos de los cuerpos de seguridad advirtieron que ya estaban caducas.
Asimismo, refirieron que el miércoles 9 recibieron instrucciones de sus mandos superiores de actuar de manera enérgica en contra de los manifestantes.
En un escrito entregado a la redacción del diario, el grupo de policías que participó en el desalojo confirma lo dicho por los pobladores de Chalchihuapan: que en el operativo participó un helicóptero, desde donde se lanzaron esos cartuchos de gas lacrimógenos.
“Además participaron el secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas; la subsecretaria, Ofelia Flores Ramos; el director de Operaciones Policiacas, Wilibaldo Ramón Díaz Castillo; Yair Bibiano Sánchez, coordinador de despliegue territorial; el director de grupos especiales, subdirector operativo e inspector, Guillermo Palma Salazar; el subdirector de planeación, Oscar López Sánchez, y los coordinadores de la tercera y cuarta región”.
La orden de disparar con “todo” provino de la dirección de operaciones policiales, apunta el texto.
Según la relatoría que hicieron los propios policías, cuando el inspector Guillermo Palma Salazar exigió sacar del depósito de armas “todo el gas con que se contara”, se le explicó que en el lugar había granadas y proyectiles caducados, pero el funcionario estatal insistió con “sacar todo”.
Por separado, el portal digital e-Consulta presentó el acta de defunción del menor José Luis Tehuatlie Tamayo, en el que se asienta como causal de su muerte el golpe que recibió en la cabeza, pero no el paro cardio-respiratorio irreversible que oficialmente dio a conocer el gobierno del estado la tarde del sábado 19.
Según el Formato de Defunción del Juzgado Primero de lo Civil, el deceso del menor obedeció a tres causas: Hematoma subdural parieto temporal occipital izquierdo; hemorragia subarancnoidea, edema cerebral y fractura de cráneo, secundario a traumatismo cráneo encefálico.
“En ninguna parte del certificado de defunción 140625077 firmado por el médico Nahu Juárez Meza, del Servicio Médico Forense (Semefo) del Poder Judicial del estado, se consigna que el menor de Chalchihuapan falleció como consecuencia de un paro cardio-respiratorio irreversible”, precisa e-Consulta.
Los abogados que llevan el caso señalaron que Elia Tamayo, madre del niño, podría demandar la exhumación del cuerpo y que se practique una nueva autopsia, debido a que persisten dudas sobre si el gobierno tomó la determinación, de manera unilateral, de desconectar a José Luis, pese a que aquella había tramitado un amparo para evitar que eso se hiciera.
Es muy raro que el médico que realizó la necropsia no haya asentado en el acta de defunción que José Luis Alberto murió como consecuencia de un paro, y que en el apartado donde se solicita al médico señalar el tipo de muerte haya escrito: “Se ignora”, dicen los abogados.
Los medios locales también destacaron información de un video que circula en las redes sociales, en el puede verse cómo inicia el operativo de desalojo, que desmiente la versión oficial de que los pobladores de Chalchihuapan tenían una conducta violenta hacia los policías. El video aparece en la página:
En este lamentable homicidio cuyo autor intelectual probado y comprobado es el gobernador de Puebla, se advierte insólitamente, como muy pocas ocasiones ha ocurrido en otros hechos o en otras partes, una verdadera y auténtica solidaridad de la sociedad poblana y de algunos medios de comunicación, tanto como el apoyo de las redes en internet. Esta conducta hay que demostrarla siempre en todas partes, como en este caso. Cárcel a Rafael Moreno Valle, por asesino.