VIDEO: Raptan a niña de 11 años cerca de su escuela en Veracruz, desatando la ira de padres de familia

Norma Trujillo Báez
La Jornada

Sustracción de menores o secuestro, el hecho es que Mariann Aguilera ayer fue llevada a la fuerza por tres personas que viajaban en un auto, cuando la niña de 11 años iba a entrar a la escuela Justo Sierra, no apareció y este hecho sí dejó claro que la gente no cree en las instituciones: ni en la policía del estado ni en la Procuraduría de Justicia del Estado, por eso lo que buscaban los padres de familia de ese centro escolar es justicia con sus propias manos y aplicarla a Iván Castillo, que fue uno de los “presuntos responsables del delito cometido”.

Una testigo, quien pidió anonimato, muy asustada relató: eran cinco para las 8 de la mañana, yo estaba en el portón de la escuela, cuando oímos el grito de una abuela o mamá que decía ‘ayúdenme, ayúdenme, se llevan a mi niña’ volteamos y le dije a mi esposo, córrele, córrele, otro señor y yo corrimos, yo me aventé y me agarré de la pierna del tipo que está en la patrulla”.

Con los dedos raspados y el brazo adolorido, porque también fue arrastrada, siguió comentando sobre la sustracción de Mariann, quien estaba a unos pasos de entrar a la escuela primaria que se ubica en la colonia Progreso, entre las calles Jalisco y Chilpancingo, de la capital del estado: “quien manejaba el carro era una mujer, se arrancó el carro, eran cuatro en total, se fueron tres en el carro, el detenido quería alcanzarlos y como yo no lo soltaba me arrastró, pero ya no se pudo subir, pero sí se llevaron a la niña”.

Mariann estudia el 5 año de primaria, fue llevada a la fuerza en un carro vehículo verde, de la marca Versa, con placas del Estado de México MUX6619, pero los demás padres de familia retuvieron a Iván Castillo, la gente empezó a golpearlo, para que hablara, se le formaron hematomas en pómulos, cejas y sangrado de labio y nariz.



Los padres de familia denunciaron que fue hasta media hora después que la policía llegó, “es mentira que haya vigilancia escolar, si no aquí hubieran estado, pero no hicieron caso, a las 9: 30 de la mañana el C-4 tampoco tenía notificación de desaparición de alguna menor”.

Los policías llegaron en la patrulla de Seguridad Pública 20-1403 y allí subieron al detenido, pero la gente no les creía que hicieran justicia, muchos padres de familia gritaban “se lo van a llevar y lo van a liberar”, otros más decían, bájenlo, lo vamos a linchar”, algunos reviraban a los policías, “como no es tu hija”.

También en los alrededores llegaron elementos del Ejército Mexicano, ellos permanecieron alejados de los ciudadanos, mientras los ánimos se desbordaban, señoras pedían llevar al presunto secuestrador amarrado hacia la plaza Lerdo, incluso un padre de familia ya tenía la reata, los policías no dejaron que bajaran al detenido de la patrulla.

Y mientras los padres de familia poncharon las llantas de la patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado, porque querían retener a Iván Castillo hasta que apareciera la niña. El tío de Mariann pidió que la gente dejara que se llevaran a declarar al inculpado, porque de esa forma se podría localizar más rápido a la menor, además porque por el nuevo sistema Penal Acusatorio podría salir libre si se le violaban sus derechos humanos.

Sin embargo, al estar ahí la policía, se estaba dando la protección a Iván, como lo marca el artículo 20 constitucional y en caso de infragancia la persona acusada debe ser remitida al Ministerio Público de acuerdo al artículo 16 constitucional en donde no podría ser retenido por más de 48 horas.

Yo conozco a Jenifer, la chofer

Ivan Castillo dijo a los medios de comunicación que una señora quería recuperar a su hija: “la mamá no me contrató, me dijo que la ayudara a recuperar a su hija, yo solo ayudé, soy de Oaxaca, yo hice el paro a quitarle la niña a la abuelita. Yo me llevo con la muchacha que traía el carro sé que se llama Jenifer, ella era la chofer, no sé sus apellidos, pero sólo a ella conozco, yo soy campesino, me buscó la muchacha pero no me pagó”.

La Fiscal del Distrito 11

“Al señor lo tenemos que llevar a tomarle su declaración, bajo ciertos requisitos legales para que él pueda entrar a Pacho (Cereso ubicado en Pacho Viejo) y examinado por un médico. Dennos la oportunidad de trabajar”, decía Eva Aquino Tamayo Fiscal del Distrito 11, quien no fue escuchada por más de cien padres de familia.

Los procedimientos legales para que pueda actuar la justicia, pues dijo que tenían dos horas para que llegara la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y lo liberarían, no obstante, cuando se entrevistó a la fiscal, sobre cuál sería el procedimiento a seguir mediante el nuevo Sistema Penal Acusatorio, solo se limitó a decir, se tienen que respetar sus derechos humanos y tiene que ser juzgado adecuadamente bajo la ley y con su abogado”.

Había problemas con la mamá

La mamá de Mariann se llama Edith Bello y el papá Héctor Javier Aguilera, quien se encuentra en Playa del Carmen trabajando, dijo un tío de la menor, quien también denunció que la mamá le ha causado varios daños psicológicos, a la niña la dejó desde hace varios años con el papá, la custodia está en manos del papá, pero la mamá ha hecho varios intentos de llevársela a la fuerza, ha amenazado a la familia.

Narró que cuando el papá de Mariann compró un carro nuevo, la mamá le dijo ´dame el carro y que se te quede la niña’, eso habla de cómo es la mamá, ya antes, cuando la pequeña iba a la escuela anexa de la Normal Veracruzana, también se las quiso arrebatar y mandó a golpear al papá.

También denunció que en esos momentos los policías los habían llevado a la avenida Ruiz Cortines, a buscar en un hotel, porque el detenido había dicho que se dirigían hacia ese lugar, “pero me quiso intimidar el comandante, me dijo ahora que estamos solos dime”.

El procurador llegó

La gente estaba molesta, y aunque el abuelo de la menor, el escritor Marco Tulio Aguilera, pedía calma, la gente quería justicia y no creía en la policía, ni en la Fiscal, ni en el Director de la Policía Ministerial, tampoco en el Procurador, porque decían que la llegada de funcionarios no resolvía el problema, pues ellos querían de regreso a la niña.

Allí llegó Luis Ángel Bravo Contreras, procurador de Justicia del Estado de Veracruz, “tengo que cubrir un marco legal, si no nos lo entregan vamos a perder tiempo”, les dijo, mientras los gritos dicen “no, no, que no se lo lleve”.

“No vamos a escatimar y me comprometo a que no voy a parar un solo segundo para resolver este problema, me comprometo a recuperar a la niña, pero además todos sabemos que este problema deviene de un origen familiar, no es algo tan grave señores, no vino la mafia por una niña, la voy a encontrar, me comprometo”.

La protesta se escucha: “¿compromete su cargo?”. Entonces una señora cuestiona “¿por qué eran 9:30 y C-4 no tenía reporte de desaparición de la niña?”, el funcionario respondió, “yo no tengo que ver”.

El abuelo de la niña, el escritor Marco Tulio Aguilera le reprocha a Bravo Contreras la procuración de justicia; el procurador molesto dice “no tengo tiempo de divagar en cuestiones políticas”.

Y entre la molestia de la multitud, los policías aceleran la patrulla, el personal que resguardaba al procurador empieza a gritar “aguas, van a pasar a traer al procurador, aquí está, detengan la patrulla”.

El procurador se marcha, creyendo haber convencido a los padres de familia pero no fue así, tuvo que regresar de nuevo a pedir que dejaran que se llevaran al detenido para iniciar las investigaciones. Fue allí cuando una señora le dijo: “si usted se lo lleva se lo damos, pero súbase a la patrulla”, acto seguido, el procurador aborda la patrulla en la que llevaban al detenido, más personas no aceptan, pero entre policías y elementos del Ejército la patrulla con llantas ponchadas acelera.

La gente se molesta y empiezan a correr tras la patrulla en la que iba el detenido y el procurador, también las demás patrullas salen rápido, una cuadra arriba, empiezan las piedras, palos, tubos, contra las camionetas de policías y soldados. Unos policías no logran subirse a las patrullas, abordan taxis, pero uno es atrapado por la multitud, pretendían quedárselo ahí hasta que les regresaran a la menor.

Sus compañeros se dan cuenta y regresan a rescatarlo, después se marchan del lugar, aunque algunas piedras y tabiques, también los alcanzaron. Después vecinos de la colonia y padres de familia toman un camión del servicio urbano, para que los llevara a las oficinas de la Unidad Integral de Procuración de Justicia Número 1, donde fue trasladado el joven detenido.

Nota redifundida en NOTIGODÍNEZ. Fuente

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