Andrea Becerril y Víctor Ballinas
La Jornada
México, DF. El «Senado» de la República aprobó en lo general el último de los seis dictámenes de la legislación secundaria de la reforma energética, en medio de un «ríspido debate» [SIMULACIÓN], ya que perredistas y petistas acusaron al PRI, AN, VEM de avalar que se asuma como deuda pública el pasivo laboral de Petróleos Mexicanos (Pemex), que incluye desvió de recursos de la paraestatal al Sindicato Petrolero, para las campañas de los «gobiernos» priístas y para “corruptelas” de las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.
La Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y la Ley General de la Deuda Pública, que la Cámara de Diputados remitió al Senado, fueron aprobadas por 90 votos a favor y 27 en contra, por lo que se concreta que el rescate con recursos federales de los compromisos laborales de Pemex y de la CFE, a condición de que se revise el contrato colectivo de ambos gremios y se reduzca la edad de jubilación de sus trabajadores.
Durante seis horas, los perredistas advirtieron que se debe transparentar el contenido del pasivo, porque incluye “megapensiones” de los funcionarios púbicos que ingresaron en Pemex en el sexenio de Calderón y el desvío de recursos para las campañas del PRI.
El priísta David Penchyna acusó a los perredistas de manipular, dijo que en la iniciativa energética que elaboró Cuauhtémoc Cárdenas, se planteaba el rescate de toda la deuda de Pemex. Benjamín Robles Montoya le respondió que ese rescate era antes de la privatización y sin asumir “las corruptelas” de líderes sindicales y funcionarios. Dio a conocer un préstamo, fuera de la revisión contractual, que se al Sindicato, en el 2011, en plena campaña electoral de Enrique Peña Nieto, por 500 millones de pesos.
A eso se suman los mil millones desviados a la campaña de Lasbatida Ochoa en el 2000, dijo. Igualmente, el coordinador del PT, Manuel Bartlett advirtió que habrá despidos masivos en Pemex y CFE y advirtió que todos los que se han opuesto a la privatización han sido reprimidos por el gobierno. Recordó el caso del SME a quien el ex presidente Felipe Calderón “mandó sacar a punta de bayonetas” de las instalaciones de Luz Y fuerza.
Molesto por los señalamiento el priísta David Penchyna desclasificó en tribuna tanto a Robles Montoya como a Bartlett a los dos los acusó de haber salido del PRI y estar ahora resentidos.
El priísta, quien ha llevado los trabajos de la reforma energética dijo que él no ha tenido que migrar a un partido que antes lo criticó, y dijo también a Bartlett que pertenecen a otra generación una que asume los retos.
Ante ello Robles Montoya regresó a tribuna y le respondió a Penchyna que a él por lo menos no lo acusan de que se va a beneficiar con la reforma energética y de paso le dijo también que su papá tiene acusaciones de corrupción por haber cometido un fraude en el Banco Ejidal.
De inmediato, priístas y panistas se indignaron. El coordinador Emilio Gamboa exigió respeto para el senador Penchyna. “No se vale de ninguna manera meterse con el padre de un senador y menos cuando ya no vive”.
En igual tono, el coordinador perredista Miguel Barbosa exigió que Penchyna respete el proceso legislativo y que dejara también de insultar, ya que en su intervención lanzó una serie de improperios contra legisladores que con todo derecho critican una legislación que va perjudicar a los trabajadores petroleros y al país.
Al final se retiró del debate la alusión al padre de Penchyna, este último de nuevo ante el pleno exigió que se presentaran pruebas, ya que dijo su progenitor fue un hombre honesto. Pero no perdió oportunidad para volverse a meter con Bartlett, al que acusó de nueva cuenta de resentido por no haber podido ser presidente de la república y hasta dijo que no puede entrar a Estados Unidos.
Bartlett le respondió que es un mentiroso que no resiste la crítica política y que es también un abusivo.