México, 10 de agosto 2014 (NOTIGODÍNEZ).- De acuerdo con La Jornada de Oriente, fuentes federales calculan hasta 10 mil personas asistentes a la megamarcha en la capital poblana contra el «gobierno» de Rafael Moreno Valle y su consigna de reproducir la estrategia represora del régimen federal priista.
No obstante, medios al servicio de la administración morenovallista recibieron la orden de reportar «un máximo de 3 mil personas». Incluso el propio «gobierno» emitió un boletín asegurando que el conteo oficial fue de «1,250 manifestantes».
Asimismo, Rafael Moreno Valle mandó implementar una estrategia para entorpecer la llegada de los contingentes provenientes de diversos municipios, mediante la instalación de retenes policiacos que fragmentarían a los grupos y así evitar que pudieran aglutinarse, pero no tuvo éxito y solamente consigió retrasar el arranque de la marcha. Al dar inicio, la caravana se prolongaba por más de seis cuadras.
La víspera, varias organizaciones como el sindicato de la automotriz alemana Volkswagen y la agrupación «28 de Octubre», entre otras, anunciaron que no participarían en la marcha, unos por negociaciones con el régimen poblano y los más, por amenazas.
Al término de la movilización, Elia Tamayo Montes, madre del niño asesinado por granaderos estatales durante la represión violenta del 9 de julio en San Bernardino Chalchihuapan, convocó a toda la ciudadanía poblana a unirse para evitar más muertes causadas por el régimen morenovallista:
“Él dice que quiere cuidar a los niños y no lo está cumpliendo, acabó con la vida de mi hijo y eso no se vale, él todo pura mentira, lo que está haciendo es pura mentira, yo tuve mucha presión cuando yo estaba en el hospital, ofreciéndome cosas, pero yo dije jamás voy a recibir nada, como si hubiera vendido a mi hijo, mi hijo no tiene precio, jamás”, exclamó refiriéndose el autor intelectual del homicidio, Moreno Valle.
Aunque la enlutada madre encabezó al contingente y la muerte de su hijo fue el principal reclamo contra el panista, la marcha unió a mototaxistas, transportistas, maestros, académicos, campesinos, habitantes de juntas auxliares, operadores de radios comunitarias, estudiantes, amas de casa, activistas sociales, periodistas, políticos, entre otros muchos mexicanos que exigieron la renuncia de Rafael Moreno Valle y repudiaron sus «políticas» represoras.
Diversos medios de comunicación coincidieron en que la megamarcha de hoy es el reflejo del hartazgo ciudadano ante una crisis social en Puebla sin precedentes.
«No sólo debe renunciar, DEBE IR A LA CÁRCEL»
Entrevistado por medios de comunicación mientras esperaban el arranque de la caminata, el exdiputado federal y único líder de la resistencia civil pacífica, Gerardo Fernández Noroña, aseguró que solamente la organización de la sociedad poblana podrá frenar los excesos, abusos y la brutal represión del desgobierno panista en la entidad.
Asimismo, cuestionó los ridículas conclusiones de las «autoridades» estatales que apuntan a que la «onda expansiva de un cohetón» ocasionó la muerte de José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, el niño de 13 años que se convirtió en la primera víctima de la llamada «Ley Bala» de Moreno Valle.
“Es inaceptable esta situación. Tú puedes cometer un error y lo menos que debe de hacer es asumirlo y quitar la política represiva”, señaló al respecto.
“Es de una inteligencia por debajo de la media la explicación de que fue una onda expansiva lo que ocasionó la muerte del menor. Moreno Valle no sólo debe renunciar, DEBE IR A LA CÁRCEL», remató.
Gerardo Fernández Noroña preside actualmente la Asamblea Nacional por la Independencia de México (ANIMO), integrada también por los exdiputados Balfre Vargas Cortez y Rosendo Marín Díaz, desde donde convocan al pueblo de México a unirse y realizar acciones de desobediencia civil pacífica contra las falsas «leyes» del régimen ilegítimo que actualmente usurpa las instituciones.
El pasado 10 de agosto, ANIMO llevó a cabo una reunión nacional en la capital del país para refrendar la convocatoria a un nuevo paro nacional el próximo 1 de septiembre, cuya dinámica consiste en suspender toda actividad productiva, académica y de consumo (incluyendo ver televisión) y que sólo concluirá con la renuncia de todos quienes en este momento tienen tomados los tres poderes de la Unión.