Cirilo Ramos
Sapiens 2.0 / Intolerancia
En la entrega del viernes pasado concluí la reflexión de la siguiente manera: “Veremos si la máxima morenovallista de que ‘nadie por encima de la ley’ es una práctica de gobierno o simplemente fue un eslogan de campaña para llegar al poder”.
Armando Reyes Toscano, un cibernauta, asiduo lector del portal de Intolerancia Diario enriqueció la afirmación:
“Las manifestaciones y protestas contra la presidencia municipal y el gobernador de Puebla son, una respuesta a la arbitrariedad e inconformidad de sus acciones emprendidas y promesas incumplidas durante el proceso electoral pasado.
“La represión y amenaza se ha convertido en una constante de la nueva administración, una y otra vez hemos leído y escuchado al Gobernador expresando que nadie está por encima de la Ley, y efectivamente, hoy vemos que por cualquier motivo se está recurriendo al uso y abuso del poder que le otorgó una parte del pueblo, y que ahora se arrepiente de no ser escuchado, de no ser recibido, de no ser representado.
“Nadie por encima de la ley, ni el propio gobernador ni el presidente municipal, ni cualquier otra instancia de gobierno como la Secretaría de Trabajo o la de Gobernación. El desequilibrio de fuerzas salta a la vista, los trabajadores están sujetos a las decisiones unilaterales de gobierno, que no respeta su vida interna, los electricistas, cansados de promesas, exigen el retorno de su materia de trabajo, de la que fueron despojados por Calderón en una acción a todas luces violatoria de la ley federal del trabajo.
“¿Los trabajadores, comerciantes, vendedores ambulantes, franeleros, defraudados, sindicatos, a que se atienen, a que se enfrentan?, a un gobierno que no oye, que no ve, que no está bien informado por sus subordinados, o bien, trae ganas de cobrar venganza contra la oposición.
“¿Quién está fuera de la Ley?”.
Primero fue el PAN; ahora el PRD
El morenovallismo no cesa en su interés por tener el control absoluto de los partidos políticos en Puebla.
Primero fue el PAN. Ahí realizó un cacería a todos los militantes que se opusieran a sus intereses, pocos, muy pocos resistieron a la embestida y poco a poco los panistas cedieron los espacios de dirección al grupo en el poder o simplemente se convirtieron en cómplices, a cambio de posiciones políticas y, en contados casos, puestos en el gabinete estatal.
Ahora el morenovallismo tiene en la mira el PRD. Un partido que sin la fuerza de Manuel López Obrador corre el riesgo de quedarse con un auténtico partido de membrete.
Pero ante el vacío de autoridad y las constantes pugnas internas entre las “tribus”, el morenovallismo ve la posibilidad de controlar los órganos de gobierno y de esa forma hacer y deshacer con las siglas del partido de izquierda.
La estrategia: la misma que le funcionó para apoderarse del Partido Acción Nacional en Puebla. Invasión de supuestos militantes, persecución y cooptaciones a liderazgos partidistas.
De esta forma, el morenovallismo reavivó la campaña “negra” en contra de la diputada Roxana Luna, la única perredista que ha defendido las causas sociales, como lo marca el estatuto del Sol Azteca.
A través de un supuesto grupo de perredista exigen su expulsión del Sol Azteca. La razón es simple, de todos los perredistas poblanos, Roxana Luna ha ganado credibilidad no sólo partidista, sino de la izquierda poblana, por enfrentar al gobierno morenovallista.
¿El PRD correrá la misma suerte que el PAN o las tribus dejarán de pelear y conformarán un frente para defender a su partido?