Patricia Méndez
E-Consulta
Las empresas OHL (Obrascón–Huarte–Lain) y Pinfra (Promotora y Operadora de Infraestructura), de origen español y mexicano, construirán y administrarán la concesión del segundo piso de la autopista México-Puebla, en el tramo que recorre de la armadora Volkswagen (VW) al Estadio Cuauhtémoc, que abarca 13.5 kilómetros y que requerirá una inversión de 10 mil millones de pesos, de los cuales las particulares aportan el 50 por ciento de los recursos.
Así lo confirmó el gobernador Rafael Moreno Valle, quien este martes acompañará al secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, durante el inicio de la construcción de la vialidad.
A diferencia de otras obras de relevancia en el país, para el inicio de la edificación del “viaducto elevado” no acudirá el presidente Enrique Peña Nieto, aunque el gobierno federal erogará aproximadamente 2 mil 500 millones de pesos para la obra a través de Banobras.
Pinfra y OHL están a cargo de la concesión
En entrevista ofrecida este lunes, Moreno Valle confirmó que las firmas OHL y Pinfra estarán a cargo de la obra por un contrato que abarcará al menos 22 meses, es decir, casi dos años, y enfrentarán penalizaciones en caso de que incumplan con los plazos.
El mandatario dijo que este martes se conocerán los pormenores de la concesión, misma que estará a cargo de la administración estatal, no obstante, refirió que esta se desarrollará a través de un esquema de “paripaso”, que obligará a las empresas a erogar la misma cantidad de recursos que erogue el estado y la federación para la ejecución de la nueva vialidad.
De acuerdo con el diario Excélsior en su edición de este lunes, a través del Banco Nacional de Obras (Banobras), la federación y el gobierno del estado destinarán cinco mil millones de pesos para el proyecto, mientras que 2 mil 750 millones serán erogados por OHL y 2 mil 250 por Pinfra.
Sobre el proceso constructivo se prevé que inicialmente la autopista México-Puebla, en el tramo mencionado, sea ampliada a tres carriles a fin de que estos sostengan los muros del segundo piso.
El gobernador de Puebla calificó al proyecto como un “logro extraordinario”, pues explicó que la autopista es un activo de Fonadín, que se encuentra a cargo de Banobras, mientras que su operación es encabezada por Caminos y Puentes Federales (Capufe) y la normatividad de la misma está a cargo de la SCT.
No teníamos problemas con OHL: RMV
Moreno Valle recordó que en el 2012 recuperó la concesión que la administración de su antecesor, Mario Marín Torres, le entregó a OHL para construir y operar el Libramiento Norte, lo que provocó que la empresa emprendiera un litigio para obtener una indemnización.
No obstante, argumentó que el retiro de la concesión no se debió a una mala relación entre su administración y OHL, sino a las condiciones de ese convenio, ya que estas eran perjudiciales para el estado.
Explicó que una de las cláusulas de la concesión del Libramiento Poniente, estipulaba que el gobierno del estado se haría cargo de conseguir el derecho de vía para la obra, lo que implicaba el pago de indemnizaciones de las personas que vendieran sus predios.
Por lo anterior, decidió buscar otro esquema que resultara más atractivo tanto para el estado como para OHL, como la construcción del segundo piso de la autopista México-Puebla, ya que esta obra facilitará los accesos a Puebla por el Arco Norte.
Pinfra y OHL, viejos conocidos de Puebla
Debe recordarse que la firma OHL, que dirige Juan Miguel Villar Mir, opera en la entidad la autopista Amozoc-Perote, a través de su filial Grupo Autopistas Nacionales (GANA), mientras que Pinfra, dirigida por David Peñaloza, está a cargo de las vialidades Atlixco-Puebla, Virreyes-Teziutlán, y Apizaco-Huauchinango.