Alfredo Páez
Reforma (Foto: Manuel Valdivia)
Cd. de México (27 mayo 2014).- Apenas uno de cada tres vagoneros sigue en el programada que implementó el GDF para sacarlos del Metro.
Aunque 2 mil 419 vagoneros se empadronaron ante la Secretaría de Gobierno del DF, sólo 753 están cursando los talleres de autoempleo.
Esto implica que mil 666 vendedores informales abandonaron el programa, según datos de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).
De ellos, hay 731 personas que toman algún tipo de taller para autoemplearse como puede ser estilismo y bienestar personal, panadería y repostería, bisutería, electrónica básica, plomería y mantenimiento a equipos de cómputo.
Y hay otras 22 personas inscritas en el taller de habilidades gerenciales, donde se pueden tomar cursos como asistente ejecutivo, auxiliar administrativo de computación, diseñador gráfico o auxiliar de contabilidad.
Patricia Mercado, titular de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, señaló que hasta ahora estas 753 personas son las únicas que tienen contempladas para la impartición de talleres, pero de haber un nuevo listado también pueden recibir capacitación.
Hasta finales de abril, la Sedeco había suspendido 820 apoyos económicos a igual número de vagoneros quienes cobraron la primer quincena y después ya no asistieron a los talleres.
Mensualmente se otorga a los ambulantes una beca de 2 mil 18 pesos, para ello fueron destinados 40 millones de pesos, los cuales provienen de ahorros en energía eléctrica del sistema de transporte.
REFORMA observó que la venta informal en los vagones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro continúa sin freno alguno.
La mayoría de los ambulantes ofrecen productos que puedan guardar en mochilas y «bocineros» que aún operan sin ninguna restricción.
David, bocinero de la Línea 7 del Metro, asegura que su grupo no tuvo opción de ser empadronado por el GDF porque no tiene un líder.
«Si quieres entrar a vender algo, sólo es cuestión de que vengas con nosotros y te apalabres para ver qué días y qué horarios, no hay ninguna cuota, no se cobran cuotas con nosotros», dijo David.
Una historia similar cuenta Yolanda, quien recorre pasillo a pasillo la Línea 5, que va de Pantitlán a Politécnico,
Yolanda vende cajas de chicles y asegura ganar mucho más como vendedora informal que con el apoyo económico que les ofrece el Gobierno del DF, que destinó 18 millones de pesos para implementar el programa antivagoneros en el Metro.
‘Toda mi familia trabajó en el Metro’
El Metro no sólo representaba una fuente de trabajo para los informales, para algunos es un modo de vida.
Maritza, vecina de Tláhuac, vendió todo tipo de golosinas durante 30 años y presume que al menos 60 integrantes de su familia se mantuvieron de la venta informal por 40 años.
«Toda mi familia ha trabajado en el Metro, incluso yo nací en el Metro, pero después de tantos años de trabajar en los vagones te llegas a aburrir.
«La beca que me dan apenas me alcanza para mis pasajes, pero ya quiero salir de ese lugar, quiero tener una vida mejor», señaló Maritza.
Ella asegura que en un sólo día podía ganar hasta 600 pesos, pero tenía que descontar la inversión de sus productos y la cuota de 150 pesos que tenía que pagar a sus líderes.
Sandra Hernández, quien le dedicó 7 años de su vida a la venta informal en el Metro, es otra beneficiaria del programa de autoempleo.
«Nunca pagué ningún tipo de cuota a nadie, mis abuelos fueron algunos de los que comenzaron a trabajar vendiendo todo tipo de cosas en el Metro.
«Mis expectativas son terminar el taller y poder emplearme junto a mi mamá en una panadería, la verdad es que el apoyo que nos da el Gobierno no es suficiente, pero hacemos un esfuerzo por tener una vida mejor y aprender un oficio», dijo Sandra.