Gabriela Hernández
Proceso
PUEBLA, Pue. (apro).- En lo que fue calificado como una injusticia, el gobierno del estado desplazó hoy de la custodia del aviario del parque de la Revolución Mexicana a la Asociación de Pajareros, la cual había levantado este lugar y lo había colocado como ejemplo nacional en los últimos 23 años.
Sin hacer reclamos, pero sí con un nudo en su garganta que en momentos lo traicionó, Martín Camacho, líder de los pajareros, encabezó la entrega de las llaves del aviario y de las más de mil 200 aves, de 136 especies, entre ellas 16 en peligro de extinción, que han encontrado refugio en este santuario.
Apenas la semana pasada, el gobernador Rafael Moreno Valle anunció que la administración de este espacio sería recuperada por su gobierno, pero que buscaría la participación del sector privado para su manejo. Incluso, señaló la posibilidad de que el lugar sea concesionado al Africam Safari.
Sin embargo, representantes de organizaciones no gubernamentales que acudieron a atestiguar el acto protocolario reclamaron a los enviados del gobierno del estado que la experiencia de Camacho no haya sido tomada en cuenta para continuar a cargo del santuario de aves.
En un recorrido en el que además estuvieron presentes autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Camacho relató a los asistentes el trabajo que llevó a cabo en los 23 años que el aviario estuvo a cargo de la asociación, durante los cuales muchos de los animales llegaron heridos o casi muertos, y fueron salvados y rehabilitados por los pajareros.
En 1991 la concesión de este espacio fue entregada por el entonces gobernador Mariano Piña Olaya a la agrupación de pajareros, la cual estaba conformada por vendedores de aves en los distintos mercados.
Para sacar adelante este proyecto, los pajareros no sólo trabajaron, sino que se prepararon sobre el conocimiento de este tipo de aves y sobre la forma de preservarlas.
Camacho también explicó cómo armó poco a poco los cuatro jardines botánicos que simulan un bosque, una selva tropical, un área desértica y una huerta, y que sirven de hábitat a las aves, proyecto que ha servido de modelo a otros espacios similares en Guadalajara, Tlaxcala, el parque Flor del Bosque y recientemente en Ecatepec, en el Estado de México.
No obstante, dijo estar conforme en que el gobierno del estado tome posesión del lugar, con el fin de que pájaros y otros animales, como conejos, reptiles, roedores y hasta un chango que ahí se refugian, cuenten con suficiente alimento y atenciones.
Hasta ahora el aviario se mantenía sólo de los ingresos que obtenía por el cobro de entradas de los paseantes y las contribuciones de algunos vecinos del parque ecológico que se organizaban para donar alimento para las aves, pues desde 1991 se carecía del apoyo gubernamental.
Las llaves del lugar fueron entregadas a Patricia Santana Alvarado, directora jurídica de la Secretaría de Turismo, y a Héctor Silva, coordinador jurídico de Parques y Convenciones, quienes acudieron en representación del gobierno estatal.
María del Carmen Tajonar Méndez, representante de la organización Tierra Baldía, reclamó a los funcionarios que no se tome en cuenta el trabajo hecho por Camacho, quien ha recibido el reconocimiento nacional e internacional por este espacio, para que lo inviten a colaborar con el gobierno.
Los enviados del gobierno poblano aseguraron que Camacho sí estaba invitado, pero también dijeron que habrá personas capacitadas que se harán cargo del santuario de aves, sin precisar nombres.